Otro Domingo sin sol
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece (para mala suerte mía)
Una delgada silueta, pálida como las sabanas satinadas en que se recuesta, se recorta contra la escasa luz del amanecer filtrándose por la ventana, su cabello platinado cae libremente sobre su espalda desnuda. Sus ojos se posan sobre el cuerpo a su lado, tan frágil como si mismo, su pareja, confidente y cómplice de tantas cosas y de tan poco a la vez. Aún ahora se pregunta como es que llegó a ese punto, donde el amor no es más que una utopía, una vida que ha quedado atrás. ¿Cuántas veces ha evitado mirar atrás? Ha perdido ya la cuenta pero, sabe a ciencia cierta que cada vez duele más saber perdido lo que tanto amo.
No le queda nada más que la bella criatura que duerme a su lado. Tan bella, sí al menos le provocará alguna reacción para saberse vivo... El destino parece divertirse con él, creyó poder olvidar a su lado y ahora... Con sutileza se levanta, pude adivinar que su consorte hace lo propio, toda la rutina que ha vivido por largos años se repite, ella no le dirá nada, lo sabe bien, y sin embargo realmente lamenta que todo sea así, se odia y la odia por estar en el campo de una batalla perdida... su hogar...
Que sentido del humor tuvo el destino
nos jugo la broma cruel del desamor
y despertamos vencidos
otro domingo sin sol
Entra directamente al baño para ducharse, tiene ya todo en mente, su lista de obligaciones es impresionante como cada día de su vida, pero le es tan necesario mantenerse ocupado que no se deja amilanar por la esfera que le despliega cada una de sus citas.
Primera parada del día; Ministerio de magia. Su porte aristocrático le atrae miradas tanto masculinas como femeninas, se sabe deseado y no le importa, no cuando no puede tener lo que quiere.
- Debo ver al ministro, ese orangután incompetente. Pareciera que todo lo malo que he hecho en mi vida se ha juntado el día de hoy. Aún no comprendo como es que la vida nos llevó por este camino. Tortuoso, siniestro pero por sobre todo vacío...
A lo lejos un movimiento multicolor llama su atención, debe ser Dumbledore, nadie más que le podría tener el valor para vestirse tan decididamente mal, con tan poco gusto como para combinar los más estrafalarios colores y las formas más extrañas, su mente rápidamente evaluó que negocios le hubieran podido llevar a ese lugar. algo debe estar mal como para que el vejete mequetrefe abandone su escuela. Decididamente comienza su suave deslizar en dirección al anciano director. Después de todo la cortesía le indica que debe saludar a quien rige la escuela en dónde su hijo estudia, así quizá también pueda enterarse de algo útil.
A poca distancia sus pasos se detienen abruptamente, una túnica negra con un balanceo demasiado familiar lo dejan paralizado. Severus esta ahí. Como si fuera participe de un sueño vuelto pesadilla ve transcurrir demasiado lentamente los breves instantes en los cuales Snape habla con el anciano sin parecer muy de acuerdo con él, para luego girar e irse sin siquiera verlo, tan lejano... y ahora quizá inalcanzable, no por nada cada uno hizo su vida separada después de la primera caída de Voldemort.
Fue algo muy doloroso comenzar a pensar en una vida lejos de él, él juró que nada lo separaría de Severus y... todo se desmoronó frente a sus ojos sin que tuviera el voto de intervenir, hizo lo que tenía que hacer, lo que se esperaba que hiciera. Él era un Malfoy después de todo. ¿Dónde quedaron todos los planes? Se sintieron tan seguros que el destino se los tragó. A él lo dejo vacío con el odio como compañero y la soledad por espíritu, traicionó y fue traicionado por un juramento mutuo: Siempre a tu lado
¿Cómo empezar de cero y al vacío?
¿Porque jurar que esta seguro lo que se pacto?
Afuera del ministerio neva.
Hogwarts
En la oscuridad, una persona con movimientos de pantera, se desliza silenciosa por múltiples corredores hasta llegar a su objetivo. Un breve susurro, y la puerta frente a él se abre flanqueándole el paso al habitante de esas siempre frías habitaciones.
Sus ojos van más allá de la ventana mágicamente conjurada de sus habitaciones, a pesar de que sabe es una ilusión, no puede dejar de pensar que la nieve cubriendo los campos de Hogwarts, no iguala en pureza a la de su amante perdido.
Mirando todo y a la vez sin ver nada se dirige directamente al rincón más apartado de su habitación, ahí guarda recuerdos de una época dichosa. Él ha estado en demasiadas batallas y ha perdido mucho en ellas, sin embargo nada consume tanto como aquella que perdió sin luchar. Todo por nada. La mitad de su vida, de su corazón y la libertad de su alma. Poco a poco la imagen de la fotografía que sus manos sostienen, le llena las pupilas, su rubio, su Lucius, o al menos eso se dice para que el frío no le hiera el corazón que le queda.
¿Que pesa mas la nieve o todo el frío?
¿Que dolerá con medio corazón?
Su mirada vira un poco, solo para tropezar con un anillo con el emblema de los Malfoy y una medalla con una inscripción antigua grabada fuego y sangre. Sus recuerdos le traicionan y regresan sin ser deseados para hacerle regresar años atrás, a través del caos, la guerra, la desolación...
Como sí se desandara el camino
como dos gotas de lluvia en un ciclón
Su rubio le dio aquellos dos objetos, ambos representan el comienzo de una vida. Aquella que planeó al lado de Lucius, aquélla que por causa de su indecisión peligro por no ser siquiera imaginada y la cual, una vez soñada, simplemente acabó. Una vida los dos juntos, la vida que pudo ser y murió antes de poder comenzar.
Te debo el tiempo perdido
me debes lo que faltó
Not mine either.