El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro.
En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado,
había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
Bienvenido a casa.
Mi historia con Harry Potter no fue amor a primera vista. De hecho podría decirse que ni siquiera me interesó cuando lo vi por primera vez.
Los primeros libros que tuve suyos fue La piedra filosofal en 2001, exactamente un 22 de Junio, regalo de mis padres. Comencé a leerlo enseguida pero aquello no estaba hecho para mí. Había mucha narración, poco diálogo, poca aventura y poca magia. Así que me estanqué, si no recuerdo mal, antes de llegar a Hogwarts. Pero vi la película en el cine con mis padres. Puedo afirmar que debe ser la película que más veces he visto. Todas las tardes jcogía el vídeo VHS y lo ponía. Me sabía los diálogos de memoria.
El siguiente libro fue en 2002. Un regalo de mis tíos, en junio otra vez, trajo los dos siguientes ejemplares a mi casa. No sé y no logro recordar por qué empecé a leer El prisionero de Azkaban antes que La cámara secreta. Supongo que debe ser que retomé los libros tras ver la segunda película. El caso es que esta vez, yo ya sabía quién era el niño que sobrevivió y qué demonios pintaba en una escuela de magia. Aquí me enamoré de Harry Potter y de los Merodeadores.
El cáliz de fuego llegó a mis manos por un regalo de una (des)conocida de mi familia, es la versión de círculo de lectores y me he prometido a mí misma que un día me compraré la de Salamandra. Porque necesito ese libro malva. Recuerdo perfectamente que lo empecé a leer una noche, tumbada en la cama de mis padres, mientras a mi lado mi madre leía otro libro. Recuerdo que la introducción me pareció muy extensa pero que no podía parar de leerla. Recuerdo que hasta me angustié por ver a Voldemort tan vivo. Es un recuerdo que tengo tan claro en mi mente que me sorprende. Lo terminé y aquí, justo aquí, cuando ya no hay más libros que devorar, es cuando noté que Harry Potter era algo importante para mí.
La Orden del Fénix. Estuve una semana cansando a mi padre con diálogos como
Yo:el sábado hay que madrugar para ir al Corte Inglés a coger el libro que se acaban
Mi padre: ¿pero cómo se van a acabar? Traerán muchos.
Yo: Que sí, que sí, hazme caso, que la gente va a ir pronto para comprarlos y como se acaben y me quede sin leerlo y tenga que esperar me da algo.
A las 9:30 fuimos en coche y los maravillosos ejemplares reposaban sobre sus baldas. No se acabaron y si lo hicieron me daba igual porque creo que compré el 1º de toda la tienda. Lo leí en 3 días. No recuerdo haber leído tanto en tan poco tiempo hasta entonces. En serio. El mejor libro de Harry Potter para mí fue ese. La historia, el tamaño, las ganas de matar a Umbridge, el furor de esperar por algo. A todo esto, y es importante, conocí a una gran fan de los libros que hoy día es una de mis mejores amigas. Sobra decir que lo destripamos entre las dos y nos comimos hasta los huesos. Y ella hasta adivinó, años más tarde, y releyendo esta parte quién era un tal R.A.B cuyo guardapelo reposaba en un armario.
Aparte de convertirse en mi libro favorito fue el primer libro con el que lloré. Lloré por Sirius Black y por lo injusto que fue todo para Harry. Lloré porque ¿quién demonios eran ellos para matar a Sirius y negarle a Harry la única familia que le quedaba? Así que Bellatrix Lestrange se convirtió en Undiserable #1
El Príncipe Mestizo vino a mis manos en una bolsita de promoción con un póster, creo que un jueves, sobre las 7 de la tarde. Tardé en empezarle lo que tardé en llegar a casa, cenar y abrir el libro. Entendedme, en el coche y con la luz de las farolas no se veía NADA. Si no, hubiese tardado menos. Leí bastante, coincidió con que tenía puente y “relax, you’ve got many days to read it”. Al día siguiente me llamó una amiga. Me sacaba 200 páginas. Al día siguiente yo ya había terminado el libro y ella seguía en la misma página. Desde entonces me guarda un poco de rencor.
Y aquí llega el final. Julio de 2007. La gente está loca. Hay fans en las librerías vestidos con túnicas esperando EL libro. Entonces supe que durante 6 meses no buscaría nada de Harry Potter porque no quería saber el final. Así que llegó Febrero y compré el último ejemplar. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Era emocionante ir por las mañanas al colegio y ver la cuenta atrás en la librería, los dibujos de Harry colgados por ahí . La cuenta la llevaban mal. Yo no. Así que estuve dos o tres días con este volumen. Estirándolo. Porque no lo quería terminar. Y cuando llegó el momento, cerré el epílogo y lloré. Porque era un final y porque había sido un desenlace tan perfecto (y triste y dramático) que tenía que hacerlo.
Durante estos años vi las películas y me fueron decepcionando más y más cuanto más avanzaban. Tengo el póster de la 3ª colgado de mi habitación, y los de los libros 6 y 7 detrás de la puerta. Tenía un juego de Harry Potter que no sé ni dónde está. Tenía un cuaderno donde apuntaba todos los hechizos que salían y luego me los aprendía. Este verano releí la saga y los dos primeros libros y me gustaron más que la primera vez. Mucho más.
Pero no he sido una fan tan grande hasta ahora. Cuando he visto que el final estaba ahí y el tráiler lo decía claramente. Ahí fue cuando dije, ¿Por qué nunca has leído fics? Y empecé a leer fics. Entonces fue cuando empecé a gritar por Harry Potter con mi amiga y cuando comentamos cada maldita escena de la promo. Cuando echamos una carrera como dos idiotas por ver quién conseguía antes las entradas, con una semana de antelación, y cuando las tuvimos en las manos nos miramos y pensamos que 7 días parecían una eternidad. Una semana después, entre amigas Porque bonito sitio para estar entre amigos sentadas en la última fila nos agarramos las manos y vimos el opening de la Warner con la BSO
La cicatriz llevaba diecinueve años sin dolerle. No había nada de que preocuparse.