Fragmentos
DBSK; PG
Angst/Romance
Dedicado a
natipooh :D
Hay cosas que Changmin no recuerda. Como por ejemplo, cuando fue la última vez que comió cereal, a qué hora terminó el ensayo o que fue lo último que Yunho dijo antes de dormir. Son pequeños detalles que se van escapando de su mente poco a poco. Algunas veces Changmin siente pánico, otras veces decide ignorarlo.
-Hyung…-
Jaejoong focalizó su atención en el menor, los platos quedando a un costado de la mesada.
-¿Recuerdas tu primer beso?-
Sus cabellos se desparramaron al girar su cabeza. Jaejoong sonrió a pesar de su torpeza.
-¿Por qué la pregunta?-
Changmin se encogió de hombros, su mirada fugándose hacia el techo de la sala. Muchas veces sentía la necesidad de escaparse de todo. Hasta de la realidad.
-Supongo… fue hace mucho tiempo-
El joven respiró hondo.
-¿Crees que… crees que podrías besarme hyung?-
Jaejoong no cuestionó la pregunta. Quizás porque sintió la desesperación en el tono, o porque los ojos de Changmin le mostraban cuanto necesitaba de aquel gesto. Y así fue como besó a su compañero.
Hay cosas que poco a poco va olvidando. La razón por la cual se despierta a las cinco de la mañana en vez de a las seis, cuál fue su primera mascota o porque odia tanto los días de lluvia. Pero, extrañamente, hay algo que sí recuerda todos los días. Su primer beso.
Las sensaciones: el cosquilleo en el estómago, el sudor de sus manos, la electricidad que producía el roce, la sonrisa que, entre beso y beso, expandía los labios. Aunque las emociones se repiten constantemente en su cabeza acalorando su pecho, hay algo que le produce un leve estremecimiento.
El recuerdo es borroso, una nube de colores, nada definido. Imágenes inconsistentes bailando alrededor de sus ojos, provocándole un fuerte dolor de cabeza.
Había creído con ferviente seguridad que la figura de sus recuerdos era la de Jaejoong. Sin embargo, luego de haber colisionado sus labios en un beso demasiado suave y forzado con el mayor, había perdido esa certeza.
No era Jaejoong.
-¿Changmin?-
Después de intentos e intentos de olvidar el asunto su mente se sentía nublada, llena de pensamientos que no lo direccionaban a ninguna parte. Había perdido el rumbo.
-¿Qué?-
Su intención no había sido la de sonar hostil, pero estaba cansado y Junsu era la última persona a la que quería ver.
-¿Estás bien?-
Vacilante se acercó a su amigo, quiso extender su mano pero tuvo miedo de que el menor la rechazara. Luchando contra sus propias preocupaciones decidió quedarse en su lugar y mirar atento al menor, esperando una respuesta.
Changmin bufó antes de moverse de su cama, sus codos haciendo de apoyo para su cuerpo. Con ojos salvajemente oscuros miró a su hyung.
-Estoy bien, hyung-
Una sonrisa sarcástica le afeó el rostro. Junsu miró a un costado.
-No lo pareces, te pasas todo el día encerrado mirando al techo, Changmin…-
-¡Ese es mi problema!-
El menor gritó sin darse cuenta, todas sus frustraciones arremolinándose en su pecho. Cuando cerró los ojos y los volvió a abrir Junsu ya no estaba ahí. El fantasma de su presencia haciendo eco en su conciencia…
Los días continuaban su curso, rápidamente dejando el otoño atrás. Más y más cosas eran olvidadas. Pero aquel recuerdo perduraba. Con insistencia le acariciaba la piel, tan suave, como los rayos del sol en la mañana.
-¡No lo recuerdo hyung!-
Jaejoong lo miró de manera compasiva. Aunque habían dejado ese beso atrás, Changmin quiso explicarle el por qué una noche, cuando estaban solos en la cocina.
-Siento no poder ayudarte…-
Lamentó con una gentil sonrisa, sus dedos acariciando la bronceada piel de su amigo. Changmin miró la mano que acariciaba la suya, no se sentía incomodo, quizás por eso había confundido a Jaejoong con ‘la persona’.
-Quizás no fue importante, por eso no puedo recordar-
La noche era sofocante y por eso no podía dormir. El aire acondicionado estaba descompuesto, justo cuando más lo necesitaba. Frustrado arrojó las sabanas a un costado, estar un minuto más en su cama significaba perder la cordura. A paso lento, con cuidado de no despertar a los demás, se dirigió a la cocina.
Sus piernas se detuvieron en seco, sin embargo, antes de llegar a la heladera. Una silueta estaba acurrucada en un rincón de la cocina, aquel, el que la luz no puede alcanzar.
-¿Junsu hyung?-
El joven levantó el rostro, sus ojos camuflándose con la noche. El brillo que tanto lo caracterizaba no estaba presente, se había perdido.
-Changmin… ¿Qué sucede, por qué estás aquí?-
Changmin se acercó, levantó una ceja y llevó sus brazos hacia su pecho.
-Lo mismo pregunto…-
Se detuvo a una distancia considerable, la justa como para mirar fijo a su compañero.
El silencio los envolvió en un manto de tensión. Junsu apartó su mirada, respirando hondo se levantó del suelo.
-Ya es tarde Changmin… deberías dormir-
Antes de que su figura se perdiera por el pasillo el menor lo detuvo.
-¿Te pasa algo?-
Junsu apretó los dientes y se forzó a sí mismo a estar calmado, a respirar con normalidad y, con suerte, formar una sonrisa.
-Nada Changmin…¿podrías soltarme? Ya es tarde, debemos madrugar-
-¿Por qué estabas tirado en ese rincón?-
Ignorando a su hyung, olvidándose de los honoríficos, preguntó con rudeza. Sus dedos apretando con excesiva fuerza la piel de Junsu.
Tragando saliva el mayor cerró los ojos, esperando a que las palabras fueran selladas para siempre en sus entrañas. Desear, sin embargo, no es sinónimo de realidad.
-Hoy… hoy escuché la conversación que tuviste con Jaejoong. No fue mi intención, yo simplemente…-
-Simplemente, ¿qué, ah? ¿Te estancaste? ¿Te quedaste pegado al piso?-
Junsu ignoró el dolor en su brazo, ignoró el dolor que sus uñas provocaban a su mano, pero por sobretodo, ignoró el dolor en su pecho.
-Lo siento… lo siento Changmin-
Empujó al menor y corrió hacia su habitación, la que compartía con Yoochun.
Changmin no habló del tema los días siguientes, tampoco lo hizo Junsu.
Los días pasaban cada vez con más ligereza y los recuerdos huían de la mano prometiendo no volver.
Changmin odiaba al sol, una estrella brillante, demasiado brillante. Odiaba los días de calor, los rayos abrazándose a su piel, opacándolo de a poco. Odiaba tener que apartar su vista del asfalto porque el brillo le enceguecía. Junsu era como ese sol que Changmin tanto odiaba, siempre brillante, siempre opacándolo. Pero Changmin no odiaba a su hyung. Cierto era que lo encontraba molesto, irritante, infantil y exageradamente inocente. Algunas veces era demasiado cruel con su amigo, y lo sabía, después sentía remordimiento, pero otras tenía ganas de golpearlo hasta dejarlo inconsciente. Sin embargo, la mayoría de las veces lo admiraba. Por ello sentía culpa…
Shim Changmin sentía culpa.
-Junsu hyung…-
El ensayo había terminado hacía poco, ambos jóvenes estaban en el departamento que compartían en Japón, los tres mayores no se encontraban con ellos. Changmin abrazó la oportunidad.
El joven sonrió a pesar del cansancio que sentía. Changmin no sabía cómo empezar.
-Lo siento hyung…-
El mayor pareció desorientado por unos segundos, pero al rato pareció captar el significado de aquellas palabras.
-Está bien, no tienes porque disculparte-
Junsu siempre lo perdonaba fácilmente. Nunca cuestionaba, simplemente cedía, siempre con una sonrisa ocultando sus tristezas. Changmin sintió la cabeza darle vueltas y vueltas.
-¿Por qué estabas en ese rincón?-
Sin darse cuenta había dado dos pasos más hacia Junsu, y sus labios habían formulado la pregunta sin consultárselo a su cerebro antes.
El tenor movió sus ojos hacia los costados, inseguro de si contestar la pregunta o no, frunció su ceño. Pensó y pensó por unos minutos, finalmente con un suspiro llegó a una decisión.
-Yo… escuché la conversación-
-Sí, eso ya lo sé, pero… ¿Qué tiene que ver?-
Junsu alzó una mano hacia su cabeza, sus dedos de manera inconsciente comenzaron a jugar con su cabello. Respiró hondo reiteradas veces pero la aflicción era persistente. Cerró los ojos, Yoochun siempre le repetía que un hombre sin importar que debe afrontar sus heridas, debe saber luchar aunque el mundo, o Dios mismo, le quite sus alas. Junsu siempre reía, porque Yoochun se lo decía en estado de ebriedad. Se sentía perdido, completamente perdido, pero era inútil seguir mintiéndose mas.
-¿No recuerdas tu primer beso, Changmin?-
El más joven frunció el ceño, notó que la pregunta no fue formulada con ironía, tampoco con tono de burla, más bien era una pregunta cargada de angustia y eso lo confundía.
-¿Qué?-
-¿No recuerdas tu primer beso, Changmin?-
Estaba a punto de golpear a Junsu, pero se detuvo, se detuvo cuando vio el excesivo brillo en los ojos de su hyung, peligrosamente rosando la esquina de sus pestañas. ¿Eran esas lagrimas?
-¿Junsu…?-
-Te lo voy a recordar… fue en primavera. Antes del debut, hubo una fiesta en casa de Heechul hyung. Estuvimos bebiendo, y al final de la noche sucedió. Nos besamos. Al otro día no lo recordabas, yo preferí no recordártelo-
Imposible, imposible, imposible. Esa era la palabra que se repetía una y otra vez en su mente. Pero justo en ese momento el recuerdo decidió hacerse visible, concreto, tan claro como la transparencia del agua. Con urgencia su mano tapó su boca y sus ojos se abrieron en pánico.
Quizás no fue importante, por eso no puedo recordar
-Yo…-
-Está bien, estabas ebrio, ¿Qué más puedo esperar?-
Junsu movió poco a poco sus pies, alejándose cada vez un poco más. La sala parecía expandirse con cada paso que daba, no la recordaba tan abismal, tan interminable.
-¡Espera Junsu!-
A Changmin le costó hasta que finalmente decidió poner en movimiento sus piernas. Sus manos trabajando con rapidez, como un reflejo condicionado.
El mayor no movió su cuerpo, tieso desde la punta de su cabello hasta los dedos de los pies. Si quería reservarse la vergüenza y salvar su orgullo tendría que haberlo pensado antes, comenzó a reprocharse.
-Si realmente no fuese importante no lo recordaría… ni siquiera lo tendría registrado en mi mente pero extrañamente, aunque hay cosas que voy olvidando eso es lo único que no se borra.-
Junsu humedeció sus labios, giró su rostro y miró de manera cálida a Changmin. Sus ojos por primera vez mostrando cuan cansado realmente se sentía.
-Está bien Changmin, no hay necesidad de hacer esto… ¿pudiste seguir con tu vida, verdad? Entonces… ya puedes olvidarlo-
-¡No, no quiero!-
Y sin más, Changmin avanzó su rostro hacia el de Junsu, sus labios chocando torpemente, aprovechando el asombro del mayor para profundizar el beso. Luego de un tiempo, en el que ninguno sabía cómo proseguir, en el que los labios se movían con sutileza, se apartaron para respirar, tomar todo el aire posible para luego continuar.
-Changmin…-
Murmuró sintiendo la respiración del menor chocando contra su rostro, le hacía cosquillas pero amaba la sensación. Estaba confundido, no podía negarlo, pero su mente no le permitía tomar fuerza para apartar al otro.
-Deberíamos parar…-
-¿Por qué?-
-¿Estás seguro de esto? Yo…-
-¿Querrías callarte y seguir besándome, hyung?-
Junsu, a pesar de sentirse apenado y no muy seguro del curso que tomarían las cosas a partir de ese momento, rió. Principalmente porque no sabía que mas hacer, además, los besos de Changmin no le permitían mucho, no cuando su lengua comenzaba a acariciarlo.
Y los días continuaban pasando y Changmin seguía olvidando. Pero, al menos, ahora tenía a Junsu para hacerle recordar algunas cosas, las más importantes. O al menos, recordarle como “un primer beso” sabe.