Huele al inicio del otoño,
A Madrid, a plátanos, a felicidad,
A talón enfermo y un poco
A pulsero de ansiedad.
A liso asfalto caliente
(lo es sueña de ciclistas rusos),
Al avión siguiente
Que sale pronto al cielo.
Huele a cafetería francesa,
A crujido de la arena del costa,
A las agujas de piñas esponjosas
Acolorados del sol de agosto.
A la infancia y la senda al verano,
A zumo de zarzamoras azules,
A bellota que cayó en el tejado,
A la ola que refleja los brillos
Del sol que está tan cerco como
Vivamos aquí para siempre.
Cariñosas y claros en el mundo
Donde la alegría concentra.