El rol. Sí. No sé bien cómo empezar esta entrada de pensamientos sueltos xD
Aunque probablemente haya sido algo gradual, ha sido en estos últimos días cuando de pronto me he dado cuenta, por decirlo de alguna forma, de lo importante que es el rol para mí. O sea, ya lo sabía, esto no me pilla de nuevas, más bien ha sido la revelación de en qué puesto de importancia está con respecto a otras cosas que también me gustan. Me explico:
Durante una temporada, una parte bastante grande de mi vida fue la música. Esa temporada coincidió con mi año en Japón, en parte porque hacia la mitad de mi estancia cada vez me resultaba más difícil jugar a rol (la gente perdía el interés, o desaparecían...), y en parte porque estar en el país donde ocurren todos los eventos y conciertos de los grupos que me gustan pues ayudaba a que me sintiera más conectada a ellos.
Y cuando volví a España, seguí metida en el tema de la música porque el rol cada vez estaba más muerto, y la gente con la que hablaba online era gente a la que le gustaba la misma música que a mí. Y estaba pasando por una mala época y escuchar música me ayudaba. Ya enseguida se juntó mi viaje para el Souen de Hazuki, donde conocí a más gente a la que les gustaba lo mismo, y luego el confinamiento, con los conciertos online, etc. Incluso volví a involucrarme bastante con LM.C después de años de dejarlos un poco de lado (seguramente porque me recordaban, para mal, a cierta persona).
La cuestión es que todo eso fue como... ¿una tirita? En realidad, al estar de nuevo lejos físicamente del lugar donde ocurren todos los eventos reales y que mi única implicación posible fuera gastar dinero en comprar discos, la cosa se fue enfriando. También retomé el tema de las muñecas full force y eso me ocupó muchísimo tiempo que dejé de dedicarle a la música. Y ya el verano pasado volví (bueno, lo intenté y sigo intentando) a tope de power al mundo del rol que conocí con 14 años y ya ni muñecas, ni grupos de música, ni nada.
El rol es mi pasión. Mi interés especial, mi obsesión, o lo que lo quieran llamar. Nada me hace más feliz y me produce más energía y más serotonina que crear personajes e historias, compartirlos con otras personas y que ellos compartan los suyos conmigo, hablar del tema durante horas, y sobre todo, rolear. Incluso en mis peores épocas, en épocas en las que sólo quería morirme, había veces que lo único que me mantenía a flote era el rol. Y le debo tantísimas cosas. Y es una lástima que sea algo que no se pueda hacer en soledad, y que sea tan difícil encontrar alguien con quien compartirlo...
Así que, a pesar de eso, si tuviera que medirlo en una escala del 1 al 100 de la importancia que tiene en mi vida, el rol estaría en un 100 indiscutible, las muñecas se quedarían en un 60 (porque también tienen ese componente de crear historias, y además hacer manualidades, que también me gusta mucho), y la música quizás sería un 50. Mientras que el resto de cosas (la ropa, el BL, cada manualidad como actividad separada de otras distintas...) no subirían de un 30 como mucho, cada una.
Y me da un poco de pena, porque hace que sienta que ahora mismo apenas tengo nada en común con toda la gente que conocí a través de ciertos grupos. Pero es que no puedo obligarme a sentir pasión por algo que... sólo ocupa un 50 en mi escala, y que no me hacía sentir absolutamente feliz incluso cuando era casi lo único en mi vida. Sólo era una tirita para intentar tapar lo mal que me sentía, y sólo lo conseguía a medias.
¿Me sigue gustando la música? Sí, por supuesto. Pero no me emociono si mi grupo favorito saca algo nuevo. Ya lo escucharé. Estoy demasiado ocupada escribiendo escenas de la vida de mis personajes, leyendo lore sobre los juegos de los que salen, o incluso haciéndoles playlists que escucharé una y otra vez en lugar de escuchar el nuevo disco de ese grupo que me gustaba tanto cuando vivía en otro país.
El rol es mi vida y no lo puedo negar, y no voy a rendirme y a dejar que vuelva a salir de mi vida porque bastante triste es ya como para no tener ni siquiera eso salvándome el día a día.