03 de Octubre de 2015

Oct 03, 2016 23:00



Bueno, pues... aunque preferiría no tenerla, hoy traigo otra historia "rara". Tanto que no me extraña si no os la creeis porque yo misma estaba flipando ayer :__D

Situación: estoy apuntada en una página web como profesora de español. Los posibles estudiantes miran los profesores y contactan, a través de la página, al que más les conviene. Si ambas partes están de acuerdo, se hace una primera clase de prueba, gratuita, para ver si a ambos les gusta cómo va la cosa. A partir de ahí todas las clases se pagan en mano al profesor. En este caso, además, el posible alumno puso que me pagaría el transporte hasta la cafetería cuando tuviéramos clases, así que mejor aún.

Quedamos en Kayabacho, que estaba bastante más lejos de lo que yo pensaba (cerca del mercado de Tsukiji XD podía haber ido), en un Starbucks. Voy a intentar ahorrar todos los detalles posibles porque lo que va después tiene tela. El caso es que él (un señor de 40 y pico, vamos, como el otro alumno que tengo) ya me había dicho por email que no hacía falta que me preparara nada para dar clase, que sólo quería practicar conversación. Pues mejor aún, oye! Nada más encontrarnos empezó a hacerme un montón de preguntas sobre mí, lo normal, lo que hace todo el mundo: de dónde eres, y por qué estás en Japón, y cuánto tiempo, que si tienes amigos, blabla. Empecé a mosquearme cuando me preguntó si tal amigo era mi novio, o si lo era tal otro, o que si no había pensado en casarme con un japonés para poder quedarme en Japón todo el tiempo que quiera. Le dije que no, no tengo novio ni me interesa, no quiero quedarme en Japón como esposa de nadie, quiero encontrar un trabajo y mantenerme yo misma, me cueste lo que me cueste. Y empezamos con las suposiciones. "Es broma, ¿eh? Es broma, pero, si yo te invitara a cenar hoy, ¿qué me dirías?" Le dije que no, porque no le conocía de nada.

Al final me dijo que no iba a querer dar más clases porque sólo me quedan 3 meses en Japón y no le sale rentable ya que le tiene que pagar 10,000 yenes a la página por la cual me contactó para poder hacer clases conmigo (wtf? Mi otro alumno nunca ha mencionado nada de esto). Y que como no iba a haber más clases, pues que me invitaba a cenar por la molestia. Al principio le dije que no y que no porque ya me olía de qué iba el tema, y él insistía. Insistía mucho en que era totalmente seguro (!!!!!), me dijo que él era una persona segura, que era médico, y me enseñó fotos de su apartamente (muy muy chulo y con unas vistas muy chulas también). Y dale que te pego: vamos a cenar, que yo te invito, que es aquí cerca, que vamos en taxi. Le dije que NO, que no pensaba meterme en un coche con un desconocido. Ni taxi ni ostias, porque (esto no lo dije, sólo lo pensé) él le puede decir al taxista que nos lleve donde a él le dé la gana y yo no me voy a enterar. Que no, que no, que no me meto en un coche con nadie. Entonces me dijo que fuéramos andando, que era cerca, sólo una parada de tren. De nuevo le dije que NO, que de noche andando por la calle con un desconocido no me iba. Que si es que me iba a algún sitio con él sería sólo en tren, y según a qué sitio fuera. Al final me convenció de ir hasta Nihombashi (en tren, claro), que era la parada anterior a esa y que el centro comercial con los restaurantes estaba en la misma estación. Yo no sabía si estaba o no, lo que sí sabía es que no iba a irme a la calle con él pasara lo que pasara. Al menos en Nihombashi ya había estado una vez y sabía que no es una zona con poca gente.

De camino al metro avisé a Rubén y a mi madre por LINE y whatsapp para que estuvieran atentos al teléfono por si tenía que llamar o algo, yo qué sé. Más que nada para que alguien estuviera al tanto de que yo me iba con esta persona, ya que no podía avisar a nadie más. Y al mismo tiempo iba pensando que como el tío hiciera un movimiento extraño me iba a liar a paraguazos con él (y mi paraguas es MUY resistente y grande) y que viniera la policía si hacía falta.

Nos fuimos a cenar a un restaurante de tempura. No me moló nada que eligiera él mi comida sin dejarme ni mirar, pero no dije nada porque al fin y al cabo iba a pagar él. Cené... ni bien ni mal, la verdad. MUCHA comida, no pude terminármelo todo. Y como la tempura son pescados y verduras, pues... algunas cosas buenas, otras psé, y algunas que me daban arcadas al tragar y tenía que beber para disimular XD Fue durante el transcurso de la cena cuando ocurrió todo.

No recuerdo en qué orden me dijo las cosas porque cada una me la repitió como doscientasmil veces, alternando y mezclándolas. Pero básicamente:
-Que quería salir conmigo.
-Que quería besarme, "boca con boca, lengua con lengua."
-Que fuera a su apartamento, que las vistas eran muy bonitas.
-Que quería que le abrazara fuerte.
-Que tuviera sexo con él.
-Que me casara con él.
-Que fuera a dormir con él, pero sin sexo, sólo abrazados.
-Que le dejara tocarme un pecho, porque los tengo muy grandes. (!!!!!!)
Y algunas pequeñas variaciones de lo mismo. Todo eso una y otra vez durante una hora o más, que no sé yo si me cundió la cena gratis...

A cada cosa que me decía, le respondía que NO. Alto y claro: NO, y punto. "¿Por qué no?" Porque no te conozco. "Pero si lo sabes todo de mí." (Casi me meo porque de él sabía que tiene una clínica, que tiene un piso bonito, y que le gustan los idiomas). Llegué incluso a decirle que no quería acostarme con él porque no me interesaba acostarme con nadie y punto, porque paso del sexo, a ver si así desistía, pero... nada, él en lo suyo. Que si me casaba con él ganábamos los dos, porque por mí misma nunca iba a encontrar un trabajo con el que poder quedarme en Japón (JAJA). Claramente le dije: pues si no lo enuentro, me iré a España, no quiero estar aquí dependiendo de nadie :D

Como no le dejaba ni abrazarme ni tocarme un pecho, entonces me pidió que le dejara tocarme la mano (NO); la uña, sólo la uña (QUE NO).

Y vuelta a empezar... Incluso cuando salimos del restaurante y estábamos esperando el ascensor abrió los brazos y vino hacia mí, diciéndome "dame un abrazo", que yo di un salto hacia atrás y casi le doy con el paraguas de verdad...

Me acompañó hasta la entrada del metro y entonces me dijo que él se iría andando porque "no quería ser un stalker" (toma ya...)

Yo llegué a casa bien y todo eso, pero por si acaso iba todo el rato mirando atrás no fuera a estar siguiéndome alguien XD





















my life, japon 2015

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