RPS Gale/Randy parte II

Jan 28, 2008 18:33

Y como soy buena, aquí os dejo ya la segunda parte jeje.

¡¡Disfrutad!!

Randy acabó yendo a casa de Peter. Sabía que siempre podía contar con él, que le dejaría dormir allí y le aconsejaría. Llegó allí, y, como esperaba, éste le acogió entusiasmado, dándole un abrazo y diciendo que podría quedarse allí tanto como quisiera. Le contó todo y le pidió consejo, y Peter le dijo que había sido un estúpido por no haber hablado con Simon antes de que él mismo lo averiguase, y que por su estupidez podría haber perdido a Gale para siempre. Randy se quedó aún más deprimido, pero su amigo siguió hablando.

-         Podrías habértelo cargado para siempre, pero Gale es un buen tío y seguro que te perdona - Antes de que el rubio le replicase algo, continuó -. Y en cuanto a lo de la chica que dices que has visto con él, es sólo que está celoso y dolido, porque en lugar de decirle la verdad a Simon y dejarle para poder ir con él, seguiste mintiendo y yéndote con tu novio. Pero no te preocupes, cariño, que si le dices que lo sientes, te perdonará. Simplemente sé sincero de una vez y dile lo que sientes por él. No solo se lo debes a él, sino también a ti mismo.

Randy sonrió tristemente.

-         Gracias, Pete. Sabía que podía contar contigo.

-         Y ahora duerme un poco, no querrás que te vea con ese careto… - continuó, alejándose para esquivar un puñetazo amistoso del rubio.

-         Buenas noches.

-         Buenas noches, “Sunshine”.

Por una vez, no se quejó de que le llamasen así; le recordaba a Gale.

Al día siguiente ya tenía mejor cara. Se levantó y fue a la cocina a preparar el desayuno para Peter y él. Después se dio una ducha y se vistió, poniéndose aquella camiseta verde que sabía que le encantaba a Gale, aunque nunca se lo hubiese dicho. Peter le deseó suerte, y entonces fue a casa del moreno.

Gale casi no había podido dormir en toda la noche. La “inesperada” visita de Randy cuando estaba con aquella chica (¿cómo se llamaba?) le había tenido pensando. Y sabía que iba a volver, que se sentía culpable, y que probablemente iría a casa de Scott, o Peter, quienes le dirían que volviese. Así que había estado esperando, y cuando oyó que llamaban suavemente a la puerta, suspiró aliviado, y fue a abrir.

-         Hey - dijo con una media sonrisa, contento de volver a verle.

-         ¿Puedo pasar? - preguntó, no muy seguro de que la respuesta fuese un sí.

-         Claro… Pasa - le contestó, abriendo más la puerta para dejarle entrar -. Randy…

-         No, no digas nada, déjame hablar a mí, por favor.

Gale contestó con un gesto afirmativo, clavando su mirada color avellana en los ojos azules del otro.

- Yo… Bueno, que he sido un estúpido. Debería habérselo contado todo a Simon, y decirle que quería a otro. Que te quería a ti. Debería haberme quedado contigo y decirte… Decirte que te quiero, y que soy un estúpido por… - en ese momento, Gale no pudo aguantarlo más, y le besó de esa forma que sólo él sabía. Randy se rindió a él, pasando los brazos por su cuello para acercarlo más a él. Gale le rodeó la cintura con sus brazos, abrazándose a él mientras seguían besándose, cada vez más intensamente. Fue metiendo las manos debajo de la camiseta del rubio, acariciando su suave espalda. Cada vez les costaba más respirar. Randy subió un poco sus manos, enterrándolas en el sedoso pelo de Gale. Éste le quitó la camiseta y empezó a besarle por el cuello, acariciándole con sus labios. El otro bajó los brazos, con los ojos cerrados, para quitarle la camiseta también a él. Fue recorriendo con sus pequeñas manos la espalda del moreno, que se estremeció con su toque. Éste le cogió del cinturón, llevándole hacia el dormitorio, sin despegar los labios de los suyos.

Entraron en la habitación, y Gale apoyó al rubio contra la pared atrapándole con su cuerpo, profundizando su beso. Quitó una mano de la pared y la deslizó por el estómago de Randy, que seguía atrapado, hasta llegar a su entrepierna. Le tocó suavemente, haciendo que su chico dejase escapar un suspiro. Empezó a acariciarle, y el otro hombre se intentó despegar de la pared para besarle, pero Gale sonrió perversamente y se apartó un poco, lo justo para esquivar el beso. En eso era como Brian: le gustaba tener el control.

Desabrochó el cinturón de Randy, y le bajó el pantalón y la ropa interior, y se arrodilló delante de él. Le apoyó las manos en ese culo que tan loco le volvía, y se acercó más a la polla del rubio, mirándole a los ojos. Se la metió en la boca y empezó a jugar con ella, lamiéndola lentamente, acariciándola con sus labios, sin dejar de mirar a esos ojos azules. A Randy se le entrecerraban los ojos de placer, pero luchó por mantenerlos abiertos y seguir perdiéndose en la mirada color avellana de su chico. Al poco rato se corrió, y Gale se levantó para besar al rubito y que se probase. Esta vez ambos cerraron los ojos.

Entonces, el más alto volvió a tirar del otro mientras se deshacía de sus propios pantalones, llevándole hacia la cama. Le tumbó sobre ella, y se echó encima de él, volviendo a besarle. Durante unos minutos solo se besaron, pero luego el moreno giró a un lado para dejar estar encima a su amante. Le miró un segundo, cogió un condón de la mesilla, se lo dio al rubio, y le dijo “Quiero sentirte dentro de mí”, dándose la vuelta. El rubio se inclinó sobre Gale, y le susurró al oído: “¿Estás seguro?”. El moreno giró la cabeza para mirarle, y simplemente le besó, y volvió a apoyar la cabeza en la almohada.

Randy dejó el condón a un lado y comenzó a besarle por la espalda, a la vez que la recorría con sus pequeños dedos. Fue bajando cada vez más, hasta llegar a la ropa interior del moreno. Se la bajó suavemente, con una caricia, y le besó en el desnudo culo. Estaba tenso, podía notarlo. Volvió a inclinarse sobre él y le dijo “Relájate”, y le acarició el cuello con los labios. Recorrió de nuevo su espalda, besándola, y luego lamiéndola. Gale cerró los ojos de placer, aunque seguía sin estar relajado del todo. El rubio siguió lamiéndole y besándole, hasta llegara su culo. Lo acarició con los labios, y separó un poco sus nalgas, y empezó a pasar delicadamente la lengua por su trasero, dejando un rastro de saliva a su paso. Debajo de él, el otro hombre jadeaba en voz baja. Randy volvió a tumbarse sobre la espalda del moreno, y le preguntó “¿Estás bien?”, a lo que Gale contestó asistiendo con la cabeza. “Voy a ir muy despacio, ¿de acuerdo?” le susurró al oído, con lo que el otro volvió a asentir “Voy a empezar con un dedo, para que vayas acostumbrándote y así no hacerte daño, ¿vale?”

Gale volvió la cabeza y miró con sus ojos avellana a los azules del otro, y mientras hacía un gesto afirmativo con la cabeza, le susurró “Hazlo”. El rubio le besó una vez más en los labios, y el otro hombre volvió a reposar la cabeza en la almohada. Randy se retiró un poco del cuerpo del más alto, y suavemente le acarició de nuevo el culo. Lentamente, empezó a hacer círculos con su dedo índice alrededor del agujero del moreno, sin presionar, sólo tocándole. Luego comenzó a presionar un poco, introduciendo sólo la punta del dedo. Gale contenía la respiración. Mientras seguía introduciéndole el índice muy despacio, el rubio seguía besándole en las nalgas, y notaba que la tensión del otro había disminuido un poco, pero seguía ahí. Cuando hubo enterrado su dedo hasta la mitad en el culo del moreno, volvió a preguntarle si estaba bien, y su única respuesta fue “Sigue”. El ronco susurro de su amante excitó más a Randy, que siguió introduciendo su dedo dentro de Gale. Cuando lo metió del todo, volvió a susurrarle “Ahora voy a introducir otro, ¿vale?”. “Vale”, fue la respuesta del moreno.

El rubio se humedeció un poco otro dedo, aunque el culo de Gale ya estuviera húmedo de antes; mejor asegurarse. Entonces repitió con ese dedo el proceso que había seguido antes con el índice. Le costó un poco más, porque el agujero hasta entonces virgen de Gale era muy estrecho, pero éste estaba cada vez más relajado, y al final consiguió enterrar los dos dedos en él. Ambos respiraban agitadamente, y gotas de sudor empezaban a resbalar por sus cuerpos desnudos.

“Ahora voy a retirarlos muy despacio”, susurró Randy. Sabía que decirle al moreno lo que iba a hacerle le tranquilizaba. Tras decirlo, empezó a sacar los dedos lentamente “Y luego volveré a meterlos, ¿vale?” “Sí”, le contestó Gale con un jadeo. Y el rubito empezó a introducirlos de nuevo. Hizo lo mismo varias, veces, encontrando cada vez menos resistencia a su paso.

“Gale, ¿estás listo para seguir?”. El moreno volvió a contestar que sí. Entonces el de ojos azules retiró del todo los dos dedos de su trasero, y volvió a inclinarse sobre él para besarle. “No te preocupes. Voy a tener mucho cuidado. Si te hago daño, dime que pare”. Gale asintió y volvió a besarle. Entonces Randy cogió el condón que había dejado antes a un lado y se lo dio a su chico. “¿Quieres ponérmelo tú?”, le preguntó. El moreno se dio la vuelta y enrolló el preservativo en el pene erecto de Randy. Ambos cerraron los ojos un instante. Después, Gale volvió a girarse para volver a estar con el estómago en la cama. El rubio volvió a colocarse sobre él, y fue besándole de nuevo por toda la espalda, hasta volver a llegar a su trasero. Introdujo lentamente la polla en el culo de Gale, presionando poco a poco, para intentar no hacerle daño. El moreno contuvo la respiración, y todos sus músculos se tensaron.

“¿Estás bien?” volvió a preguntarle, acercándose a su oreja. “Sí, estoy bien, no te preocupes” le contestó, con los ojos cerrados. “Intenta relajarte”; “Vale”.

El de ojos azules siguió presionando un poco, introduciéndose poco a poco en Gale. Ahora estaba algo menos tenso, y fue más fácil.

Empezó con un ritmo suave, empujando dentro del moreno lentamente, hasta que éste se acostumbró. Entonces fue subiendo el ritmo, cada vez más rápido. Ambos respiraban con dificultad. Gale dejó escapar un gemido de placer, y Randy sonrió y volvió a besarle en la espalda. Siguió entrando y saliendo de él, aumentando un poco el ritmo, hasta que el moreno elevó un poco las caderas, y Randy le agarró la polla y empezó a masturbarle. Sus respiraciones entrecortadas se mezclaban en el aire, junto con sus gemidos. Siguió acariciándole al ritmo de sus embestidas, hasta que ambos se corrieron con un gran orgasmo. Entonces Randy se dejó caer sobre Gale, exhausto.

-         ¿Estás bien? Le preguntó por enésima vez.

-         Ha sido genial - contestó, girándose para mirarle a la cara, y le besó. Seguían con la respiración agitada -. Me encanta que te preocupes por mí, ¿sabes, Sunshine? - El aludido sólo sonrió y le dio un pequeño beso. Se acomodó sobre el pecho del moreno, y enseguida se quedaron dormidos.

El sol entraba por la ventana, pero no fue eso lo que le despertó. Al abrir los ojos, Randy sintió una sensación de déjà vu, y recordó la otra vez que había despertado en esa cama, acompañado por el hombre de sus sueños. Sintió la mano de Gale acariciándole suavemente el pelo, sin querer despertarle. Se giró y le miró, sonriendo.

-         Buenos días.

-         Buenos días, Sunshine - le contestó el moreno, mientras se inclinaba para besarle -. ¿Cuándo vas a traer el resto de tus cosas?

-         ¿Qué?

-         Tendrás que vivir en algún sitio, ¿no?

-         Sí, bueno…

-         ¿Y por qué no te quedas aquí?

-         ¿Me estás pidiendo que vivamos juntos? - preguntó Randy, con una auténtica “sonrisa Sunshine”.

-         Creo que sí.

Ambos sonrieron y se besaron, con infinito cariño. Ese podría ser el inicio de muchos años juntos.

FIN
Dejadme comentarios diciendo qué os ha parecido, please, jeje.

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