May 26, 2007 01:17
Te equivocas, aun no olvido que ese julio tomé nota de todos tus recuerdos, tus acentos e incluso de tus silencios. Mi cuaderno viejo y mi pluma negra fueron testigos de aquél momento cuando clavaste tu silencio en mi garganta.
Quizás fue simplemente el día mezclado con lluvia, café, sus letras, su ausencia, sus recuerdos, su perfume, la tinta y la sangre (que por remordimiento) dejé escapar de las venas de mi brazo derecho otra vez. Sí, debió de ser todo eso lo que esta tarde me hizo dudar y tener miedo de arruinar algo que promete ser, simplemente que promete ser.
[ Déjame escribirte de mi miedo, del temor de partirme en cien pedazos… de no saber qué hacer con esas piezas de amor que se me han escapado. ]
Y ahora, no me arrepiento de todas aquellas lágrimas derramadas, ni de las noches que impacientaban mis sueños, ni de lo que perdí, ni de haber olvidado por un momento la fe… si a fin de cuentas te encontré a ti. Ya no más, ahora tengo un principio… ya no confundo el ayer con el hoy.