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“If growing up means it would be beneath my dignity to climb a tree, I'll never grow up, never grow up, never grow up! Not me!”
― J.M. Barrie
Cualquiera que haya compartido espacio vital conmigo, o hablado del mundo que nos rodea en los últimos meses, sabrá de sobra que me he hartado de decir que NO quiería hacer un máster después de la carrera. Una parte de mí todavía sigue pensando que ni harto de vino.
Los motivos varían según cuando lo digo, o a quién se lo digo. Sin embargo, la cosa es la de siempre: No me gusta la oferta de másters que tiene mi universidad y no quiero hacer el de educación secundaria que hace todo el mundo porque le han metido el miedo en el cuerpo. E irme fuera a hacer uno ahora mismo no es posible por problemas económicos.
Sin embargo, muy a mi pesar, sí que hay UN máster en la universidad que me gusta y que querría hacer. El de
Traducción Creativa y Humanística. En su plan de estudios tiene cosas como escritura de guiones, traducción de cómics y videojuegos, y traducción para doblaje, además de traducción literaria para adultos y para niños. Vamos, que estaría en la gloria.
La putada es que vale más de 2500€ y NO PUEDO hacer frente a ese gasto. Pediría una beca, por supuesto, pero visto lo visto, no tengo muchas esperanzas de que me la concedan. Total, que mañana sacan la lista de admitidos de la primera convocatoria, y aún me quedaría de tiempo para la segunda, pero es que no sé si voy a molestarme en hablar con mis padres o pedirlo. Porque también es cierto que una de las cosas que he dicho mucho para apoyar la negativa de hacer un máster es que quiero un tiempo de no-estudiar. Y sin embargo no dejo de darle vueltas a lo que mucha gente me ha dicho como respuesta: Te morderás las uñas a los pocos meses y querrás haber empezado algo.
Pues no sé si eso será cierto. Pero estoy hecho un lío que flipáis ahora mismo.
Voldemort out, bitches.