Soldat i sa donaT’he imaginat en verd i màniga llarga relliscant per rajoles sotmeses a la pluja, i també amb el bikini roig estenent una tovallola al costat de la piscina amb deix pornogràfic. T’he vist rossegant bolígrafs i dibuixant amb miquetes de pa, rient en el silenci d’una cua llarga i renegant en autobús rebentat de pols. T’he imaginat els passos i els sospirs, els artells temptejant les portes de casa nostra, la teua veu esmunyint-se corredor avall i conspirant amb les cortines. T’he imaginat al terrat, fugitiva amb una cigarreta, amb les galtes enrojolades al sol. T’he imaginat al llit, amb mi, amb les mans que m’esmicolaven els nervis i les cuixes que confessaven les teues faldes curtes, però que tan sols jo podia despullar
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Vas a tindre que perdonar el meu valencià perquè el tinc una mica abandonat (soc de València però crec que mai t'he dit que no soc valencianoparlant, tat?), però m'he enamorat d'aquesta història i tenia que dir-t'ho com déu mana, encara que faça el ridícul.
Que a tu no se't resisteix cap llengua perquè la màgia la tens als dits, i les teues històries respiren com si tingueren vida pròpia.
"All stories are about wolves. All worth repeating, that is. There's escaping from the wolves, fighting the wolves, capturing the wolves, taming the wolves. Being thrown to the wolves, or throwing others to the wolves so the wolves will eat them instead of you. Running with the wolf pack. Turning into a wolf. Best of all, turning into the head wolf. No other decent stories exist."
“Girls like her, my grandfather once warned me, girls like her turn into women with eyes like bullet holes and mouths made of knives. They are always restless. They are always hungry. They are bad news. They will drink you down like a shot of whisky. Falling in love with them is like falling down a flight of stairs.”
Dos labios rosados y carnosos que encierran treinta y dos dientes afilados que encierran una lengua punzante y terrible.
Dos labios rosados y carnosos que saben de la palabra que mata, y de la herida que se abre para no cerrarse jamás y del beso que muerde, pero no del beso que besa.
Dos labios rosados y carnosos que destrozan y rasgan y luchan aunque nadie les esté haciendo frente.
Dos labios rosados y carnosos que son- siempre han sido, siempre serán- labios de veela.
(A veces, Bill está agradecido del lobo)
Para mi, esta frase es QUINN FABRAY con luces fosforecentes, brillantina y una cereza arriba de todo, pero preferí irme por un fandom más masivo. So. Fleur. Of course.
No es común, lo de leer algo de Bill/Fleur y mucho menos en castellano, pero no sabes lo que me alegra que te hayas atrevido. Siempre habrá un rinconcito en mi corazón para la veela y el hombre lobo de cuento, y qué decirte de esa última frase, A veces, Bill está agradecido del lobo, que es perfecta, que esta historia es corta pero maravillosa y que gracias, gracias, gracias.
Musa y poeta se escupen, acto XXVI. Original, más o menos.
De aquella noche, nos recuerdo a los dos caminando por una calle fundida en negro, salpicada de farolas pobres, tú delante sin mirarme y yo detrás robando briznas al aire. Si la pelea reanudaba energías en cualquier esquina, eras tú la que me seguías y yo el que pretendía ignorarte con la mirada fija en tu sombra proyectada entre mis pies. Estábamos muy borrachos y aún pensábamos que esto de amargarnos la vida lo hacíamos porque éramos jóvenes y pasajeros. Nos casaríamos y se nos calmarían las tormentas y se nos oxidarían los cuchillos.
Habíamos cenado en mi casa, te habías despedido de mi familia, besado a mis hermanas y comentado la guerra con mis hermanos. Mientras se servía el postre, tu dedos saltaban entre mis rodillas y entre las voces de los demás, la tuya se filtraba para susurrarme que parecía recubierta de azúcar. Mi padre siempre me echaba en cara que fueras tan poeta y yo pensaba en las guarradas que soltabas cuando estábamos solos, y el azabache bordado en
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No sabes lo mucho que has acertado con esto porque mi amor por Scott y Zelda (y Hemingway, porque es imposible imaginar a Scott y no pensar también en Ernest) no es algo que salga a colación a menudo, pero ay, este par unido por la locura. No sabían cómo quererse sin hacerse daño pero se querían, y competíany también se odiaban, y representan tantas cosas (el jazz y la depresión, la pérdida, el alcohol, un talento monstruoso y monstruos en general) que has sabido exactamente cómo plasmar.
Y luego volviste y seguimos como éramos, hacia adelante y en rocoso, porque tú yo no somos de esas personas que cambian para bien, Scott.
Nos queríamos a matar, Zelda, siempre nos hemos querido así.
No, shhhh, ven, déjame que te diga las mil formas en las que adoro este pedacito de historia.
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mon cor sospira"
Joan Timoneda, "Bella, de vós só namorós"
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Que a tu no se't resisteix cap llengua perquè la màgia la tens als dits, i les teues històries respiren com si tingueren vida pròpia.
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No son exactamente ellos, pero me he inspirado mucho :D
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© Margaret Atwood
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© Holly Black
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Perdón que esto no es un fill, pero... wow.
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Harry Potter- Fleur/Bill- PG
Dos labios rosados y carnosos que encierran treinta y dos dientes afilados que encierran una lengua punzante y terrible.
Dos labios rosados y carnosos que saben de la palabra que mata, y de la herida que se abre para no cerrarse jamás y del beso que muerde, pero no del beso que besa.
Dos labios rosados y carnosos que destrozan y rasgan y luchan aunque nadie les esté haciendo frente.
Dos labios rosados y carnosos que son- siempre han sido, siempre serán- labios de veela.
(A veces, Bill está agradecido del lobo)
Para mi, esta frase es QUINN FABRAY con luces fosforecentes, brillantina y una cereza arriba de todo, pero preferí irme por un fandom más masivo. So. Fleur. Of course.
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De aquella noche, nos recuerdo a los dos caminando por una calle fundida en negro, salpicada de farolas pobres, tú delante sin mirarme y yo detrás robando briznas al aire. Si la pelea reanudaba energías en cualquier esquina, eras tú la que me seguías y yo el que pretendía ignorarte con la mirada fija en tu sombra proyectada entre mis pies. Estábamos muy borrachos y aún pensábamos que esto de amargarnos la vida lo hacíamos porque éramos jóvenes y pasajeros. Nos casaríamos y se nos calmarían las tormentas y se nos oxidarían los cuchillos.
Habíamos cenado en mi casa, te habías despedido de mi familia, besado a mis hermanas y comentado la guerra con mis hermanos. Mientras se servía el postre, tu dedos saltaban entre mis rodillas y entre las voces de los demás, la tuya se filtraba para susurrarme que parecía recubierta de azúcar. Mi padre siempre me echaba en cara que fueras tan poeta y yo pensaba en las guarradas que soltabas cuando estábamos solos, y el azabache bordado en ( ... )
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Y luego volviste y seguimos como éramos, hacia adelante y en rocoso, porque tú yo no somos de esas personas que cambian para bien, Scott.
Nos queríamos a matar, Zelda, siempre nos hemos querido así.
No, shhhh, ven, déjame que te diga las mil formas en las que adoro este pedacito de historia.
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© The Company of Wolves, The Bloody Chamber - Angela Carter
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Edgar Allan Poe
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