Sólo tú
Tabla: Déjate
Reto: 10. Deja que te hieran.
Fandom: Original
Advertencias: yaoi.
Número de palabras: 248
Sol reluciente el que le empapaba, de sudor. Aún así sonriente avanzó por la calle luego de salir en su hora de colación. Llevaba en la mano un bolsito que no disimulaba. Tarareaba tranquilamente hasta llegar a la oficina de en frente.
La escena le perturbó, en silencio echó pie atrás para ocultarse y así escuchar.
- Para la otra… no lo hagas tan fuerte - sonrojado se acariciaba las nalgas, reclinándose en la muralla.
Aquel corpulento se le acercaba entretenido, exigiendo besos de parte del otro. Los besos se sucedieron, caricias en el torso, costados, nalgas.
Alzó una rodilla buscando que su ingle encontrara contacto con la vecina, el vello tras su cuello se erizó y entrecerró los ojos gimiendo bajito - Te quiero… ahhh… -
- Shhh… - Nadie sabía que ellos se encontraban cada día a “merendar”, si el jefe los pillaba los sacaría a patadas - Me debo ir… - otro beso y abandonó la habitación.
Un coloreado muchacho rodeó el escritorio y acomodó nuevamente los objetos que habían sido arrasados por el revolcón.
Toc toc
Alzó la vista, pestañeó y sonrió.
- ¿Molesto? - a pesar de todo, a pesar de todo lo amaba, ingresó a la oficina.
- ¿Cómo dices eso? - Sonrió ampliamente y obviando el color en su parte baja se le acercó para rodearlo por la cintura, acarició sus redondeadas nalgas - Te esperaba hace rato - mintió y buscó sus labios.
Ese beso supo a otro, al que acababa de salir, aún así, respondió.
Aunque tengas a otra persona
No lo puedo evitar
No puedo dar marcha atrás.
Reto: 10. Deja que te hieran.
Fandom: Original
Advertencias: yaoi.
Número de palabras: 248
Sol reluciente el que le empapaba, de sudor. Aún así sonriente avanzó por la calle luego de salir en su hora de colación. Llevaba en la mano un bolsito que no disimulaba. Tarareaba tranquilamente hasta llegar a la oficina de en frente.
La escena le perturbó, en silencio echó pie atrás para ocultarse y así escuchar.
- Para la otra… no lo hagas tan fuerte - sonrojado se acariciaba las nalgas, reclinándose en la muralla.
Aquel corpulento se le acercaba entretenido, exigiendo besos de parte del otro. Los besos se sucedieron, caricias en el torso, costados, nalgas.
Alzó una rodilla buscando que su ingle encontrara contacto con la vecina, el vello tras su cuello se erizó y entrecerró los ojos gimiendo bajito - Te quiero… ahhh… -
- Shhh… - Nadie sabía que ellos se encontraban cada día a “merendar”, si el jefe los pillaba los sacaría a patadas - Me debo ir… - otro beso y abandonó la habitación.
Un coloreado muchacho rodeó el escritorio y acomodó nuevamente los objetos que habían sido arrasados por el revolcón.
Toc toc
Alzó la vista, pestañeó y sonrió.
- ¿Molesto? - a pesar de todo, a pesar de todo lo amaba, ingresó a la oficina.
- ¿Cómo dices eso? - Sonrió ampliamente y obviando el color en su parte baja se le acercó para rodearlo por la cintura, acarició sus redondeadas nalgas - Te esperaba hace rato - mintió y buscó sus labios.
Ese beso supo a otro, al que acababa de salir, aún así, respondió.
Aunque tengas a otra persona
No lo puedo evitar
No puedo dar marcha atrás.