[exo fanfic trans] arbitrage (3/3)

Jul 07, 2013 15:49

Título: Arbitraje
Pareja: Jongin/Kyungsoo (diminuto Jongin/Sehun/Luhan)
Fic original de: fumerie
Rating: NC-17
Género: street race AU…. O no.
Número de palabras: 6,148/23,500
Resumen: Hay tres pistas en la vida de Do Kyungsoo. Pista A, comerciante en un banco de inversiones. Pista B, nuevo recluta de un equipo de carreras llamado EXO. Pista C… la pista C incluye a alguien llamado Kai y un montón de malas decisiones.



La noche siguiente Kai se folla a Kyungsoo encima de un Chevy Corvette color cereza, lo tiene tumbado bocabajo sobre el brillante capó del coche. Kyungsoo intenta desesperadamente aferrarse a algo, pero no puede hacer nada mientras Kai sigue penetrándolo, levantándolo contra la suave superficie del coche con cada embestida, no puede hacer nada salvo articular gemidos inaudibles y jadear contra el metal con los labios rojos e hinchados. Su agarre en las caderas de Kyungsoo se hace aún más fuerte con cada movimiento, y Kyungsoo se corre encima del capó rojo del coche cuando Kai le muerde el hombro; sus suaves muslos tiemblan contra el metal y su trasero aún empuja débilmente contra el miembro de Kai.

Follan en el asiento trasero de Mercedes y Porsches, contra Maybachs y Maseratis, el metal se clava en su piel y pinta en ella moratones. También está esa vez en la que empuja a Kyungsoo contra el asiento del pasajero de un enorme Jaguar de carreras verde, y el espacio es lo suficientemente amplio para que Kai pueda trepar sobre los muslos de Kyungsoo y dejar que su miembro se deslice dentro de él, de forma suave e insoportablemente ardiente. No pueden parar de besarse mientras Kai sube y baja en el regazo de Kyungsoo, sus muslos se flexionan y tiemblan a ambos lados de las caderas de Kyungsoo, y la dulce boca de éste está abierta, entre gemidos sin aliento.

Cree que esto debe de ser lo que se siente cuando de verdad empiezas a perder el control.

Siempre conducen el coche a su muerte después, salen del mismo en silencio después de que deje las llaves en el contacto y lo ven caer al vacío desde una montaña o desde una carretera.

-A veces creo que apreciamos más lo que es el choque que su verdadero propósito. Esto es lo que dejamos atrás, ruinas de metal, goma y cristal. Lo intercambiamos por tiempo. Qué dramático.

A veces Kyungsoo conduce de vuelta a la ciudad en su Genesis, a veces vuelven andando.

-¿Cuándo empezaste a viajar en el tiempo con accidentes de coche?

-Hace mucho tiempo. ¿De qué sistema de referencia estaríamos hablando? -Kyungsoo se ríe cuando Kai lo empuja-. Sí, vale, de acuerdo con el calendario de la gente normal, yo diría que… ¿hace seis años?

-¿Pero cómo pasó? Porque uno no coge y decide estampar un coche un día y ver si sale vivo un par de meses después… ¿o antes?

-No, no. Hubo un accidente. Iba conduciendo hacia Seúl una noche cuando un Hyundai que venía en dirección contraria se chocó conmigo en mitad de la autovía. Colisión frontal. Recuerdo que me quedé paralizado, bloqueado por el terror, los faros del otro coche me cegaban. Incluso sentí el impacto del metal chocando. Cuando volví a abrir los ojos, estaba tirado a un lado de la carretera, pero era una semana antes de lo que yo recordaba y estaba perfectamente bien. Físicamente. Supuse que debería evitar el accidente, pero cuando me paré a pensarlo… si salvaba mi cuerpo doble del accidente de coche, ¿qué pasaría conmigo en esa línea temporal? ¿Dejaría de existir? ¿Me quedaría con un cuerpo doble para siempre? Tenía miedo, así que al final no hice nada. Todo salió bien. Mi cuerpo doble tuvo el accidente, volvió a un punto previo en el tiempo y yo volví a ser el único Kyungsoo.

Kai se queda callado durante un largo rato.

-¿Cómo era el otro coche?

-¿Hm? Pues… un Hyundai viejo. Negro, creo. -Kyungsoo hace una pausa-. Ahora que recuerdo… nunca encontraron ningún cuerpo en ese accidente. El mío no, desde luego. Pero tampoco el del otro conductor. No recuerdo haber leído nada sobre él, ni de que estuviera vivo ni muerto.

-Creo que el otro conductor era yo.

-Oh.

-Tiene sentido, ¿no crees? Esa… esa también fue mi primera vez. Fue un accidente. Había estado bebiendo, estupideces que hace la gente joven y estúpida. Cuando me desperté, era una semana después. Nadie se dio cuenta de que había desaparecido durante una semana, pero pensé que era extraño.

-Supongo que sí tiene sentido... Entonces qué, ¿empezaste a estrellarte para ver si funcionaba otra vez?

-No… pensé que era una excepción… Una casualidad. Algún agujero en el tiempo o algo así, no sé. No estuve seguro hasta un año después o así. Esa segunda vez… ya te lo dije, me estrellé porque así lo quise. Estaba enfadado, no pensaba con claridad, ¿sabes? Así que pensé, ¿por qué no? A lo mejor podría saltar hacia delante y dejar toda esa mierda atrás, o en el peor de los casos, me moriría y me dejaría de preocupaciones. -Cierra los ojos un momento-. Así que sí, me tiré con el coche de un precipicio y desaparecí durante cinco meses. Todos se dieron cuenta esa vez. Después de eso, lo supe. Un conocido me consiguió el trabajo de los coches, y yo estaba preparado.

Kyungsoo no habla durante un rato.

-Yo sólo empecé a hacerlo después de leer los artículos en las noticias. Series de accidentes de coche en lugares remotos de Seúl, en los que jamás se encontraba ningún cuerpo. Sólo eran artículos diminutos e insignificantes, pero había algo que me atraía hacia ellos. Pensé… tal vez. Eras tú, ¿verdad?

-Sí. Probablemente.

La primera vez es un accidente. La segunda, un experimento. La tercera es adicción.

*

Kyungsoo está preparando pollo frito y sopa de tomate, porque son los platos favoritos de Kai, y éste ha estado callado toda la noche. Le pone nervioso la forma en que el chico va de un lado para otro por el apartamento, sin rumbo, quedándose quieto de vez en cuando para mirarlo fijamente y luego mirando por la ventana.

Pero Kai sigue acercándose y mirando por encima de sus hombros mientras prepara la cena. Ve de reojo a Kai hojeando periódicos y tickets de supermercado en la mesa, sus hábiles dedos pasan una página tras otra. Ve como coge su llavero y su cartera y los sopesa en sus manos, ensimismado. Le lleva un par de segundos darse cuenta de que Kai está fisgoneando el contenido de su cartera.

-¿Qué estás…?

Kai saca una polaroid de la cartera con gesto inexpresivo, y Kyungsoo cierra la boca de golpe. Kai se queda mirando la polaroid durante un buen rato, sin mostrar ninguna emoción; ambos están callados durante un rato.

-Vaya.

Kai tira la cartera a la mesa y alza la polaroid para que Kyungsoo la pueda ver bien también. La fotografía los muestra a él y a Kai juntos, sonriendo ampliamente; la cara de Kai está estrujada contra la suya y tiene un brazo por encima de sus hombros, como siempre. El otro brazo está estirado para sostener la cámara, obviamente es él el que hizo la fotografía. Se les ve apoyados contra un coche. Un Ferrari rojo, recién salido del concesionario y brillante bajo el sol. No hay nada inusual en la foto, salvo…

-No recuerdo haberme hecho ninguna foto contigo. Nunca. Y estoy seguro de que no recuerdo esta polaroid -dice Kai, agitando el pequeño papel en el aire-. ¿Y bien?

Kyungsoo no contesta.

-No puedes ser el Kyungsoo al que veo normalmente, porque me dices que sólo sales conmigo cuando eres el Kyungsoo Doble que está de minivacaciones, viviendo en la línea temporal normal. Así que imagino que eres el Kyungsoo del futuro. Kyungsoo Original, ¿no? Pero si eres Kyungsoo Original, ¿no se supone que deberías estar en tu lujoso apartamento en Gangnam o en tu oficina en una torre de cristal, comprando y vendiendo valores y sacándole provecho al futuro?

Kyungsoo hace una mueca.

-Bueno, eso es porque no soy… Kyungsoo Original. Y obviamente tampoco soy el Kyungsoo Doble normal. Pero vengo… de un punto en el tiempo bastante más adelantado a este, se podría decir.

-Eso pensé. Empezaba a pensar que había cosas que no encajaban. Te seguí… bueno, al Kyungsoo normal, a su apartamento anoche, pero era un sitio que estaba a unas cuantas manzanas al norte de aquí. Más cerca del garaje. Pregunté, y ya hacía tiempo que vivía ahí de forma intermitente; ese chico hace muchos «viajes de negocios largos», o eso dijeron los vecinos. Pero sigo sin entenderlo. ¿Cuántos Kyungsoos hay en la ciudad exactamente?

-En este momento… si el Kyungsoo normal está en un bucle… y debe estarlo ya que está viviendo en ese apartamento en lugar de en el de Gangnam, yo diría que hay… tres. -Agacha la vista hasta el cazo de sopa hirviendo y apaga el fuego.

-Tres. En serio. -Kai levanta una mano para frotarse la frente-. Vale. ¿Cuándo llegaste y qué haces aquí exactamente?

-Este bucle empezó hace unos… siete meses. -Se muerde los labios. Esto va a ser largo de explicar. Al menos el pollo ya está hecho-. Hace siete meses, volví atrás en el tiempo hasta más o menos la primera vez que nos conocimos, en la pista de Incheon, ocho meses antes de mi punto de partida original. Eso… es lo máximo que he viajado de una vez, la verdad. No estoy seguro de cómo ocurrió, pero pasó. Fue… algo que no estaba planeado. No tenía ningún plan, así que me he limitado a… vivir aquí. A esperar que llegue mi punto de partida. Es el día en que nos sacamos esa polaroid, por cierto.

Kai lanza una mirada acusadora a la polaroid.

-¿Y cuándo la sacamos?

Mira el calendario.

-Dentro de unas semanas, en realidad. Hace siete meses para mí, dentro de unas semanas para ti.

-Toda esta mierda de los marcos temporales me está empezando a resultar muy confusa -gruñe Kai, alejándose y tirándose al sofá-. ¿Cuándo nos conocimos por primera vez?

-Hace más de un año, para mí; la noche de la pista de Incheon en que casi me sacaste de la carretera. Pero la primera vez que me conociste después de que cayera en este bucle fue hace siete meses, aquella vez en el supermercado, cuando acabaste por seguirme hasta aquí.

-Así que he estado viendo a dos Kyungsoos alternativamente. -Kai está visiblemente incómodo.

-Sí. Pensé que tarde o temprano te darías cuenta, la verdad. No esperaba encontrarme contigo en este bucle otra vez. Quería alejarme, dejar que me conocieras como yo recordaba que había ocurrido, pero te cruzaste conmigo antes de eso. -Kyungsoo recuerda haber pensado en huir cuando vio a Kai entrar aquella mañana en el supermercado. De todo el tiempo y el espacio, parecía ridículo que fueran a cruzarse otra vez-. Y entonces seguiste viniendo a este apartamento. -Y no podía alejarse de Kai. Nunca había sido capaz-. Imaginé que todo iría bien, porque nunca te había traído a casa, en esos meses que te conocí antes de este bucle.

-¿Y qué pasó el día que volviste atrás en el tiempo que hizo que te metieras en un bucle de ocho meses? ¿Estrellaste el Ferrari de la foto? -Kai la está mirando otra vez, acariciándola con los dedos.

-Sí, lo hicimos. -Se acerca hasta el sofá y se sienta junto a Kai.

-¿Lo hicimos?

-Lo hicimos juntos. Tú y yo.

-¿En el mismo coche?

-Dijiste que querías intentarlo. Compartir la experiencia, o algo así. Marcharme al pasado mientras tú te marchabas al futuro en el mismo momento del tiempo. -Recuerda el brillo infantil de emoción en los ojos de Kai. Parece que aquella noche sucedió hace eones.

-A lo mejor es porque lo hicimos juntos que volviste tan atrás. Fuerzas de viaje en el tiempo unidas o alguna mierda así. A lo mejor yo también viajé todo ese tiempo hacia adelante.

Kyungsoo suspira.

-Sí. Entonces cuando mi punto de origen llegue otra vez, no estarás ahí. Estarás, no sé, ocho meses en el futuro o algo así.

-Suena a que me echarías de menos. -Kai sonríe, inclinándose hacia adelante, tomando la mejilla de Kyungsoo en sus manos-. Y sí, también suena a algo que a mí me gustaría intentar.

*

Todos van a la pista de Incheon una noche. La Guerra de las Carreras está muy próxima, todos están preparándose e intentando calibrar a la vez la preparación de los equipos rivales, dice Chanyeol. La pista parece más abarrotada y ruidosa de lo habitual, y se acercan más coches tuneados que coches de carreras. Baekhyun se pasa la noche señalándole chicas con piernas preciosas que van en minifalda y shorts. Kris está con dos chicos que parecen hermanos, hasta que Sehun se echa a reír y llama noona a uno de ellos y Kyungsoo tiene que volver a mirar. Chanyeol y Yixing están haciendo un mini picnic encima del GT-R de Kris, cotilleando sobre los otros equipos que participarán en la Guerra de las Carreras.

-He oído que el equipo SJ también ha conseguido a uno nuevo. Un tío chino enorme. Parece que su equipo será muy fuerte este año.

-¿Y sabes quién conducirá para el equipo SNSD? -El equipo SNSD tiene un sistema de turnos, le había dicho Chanyeol, ya que sólo se permite a cinco por equipo y ellas son un grupo de nueve. Es un misterio cómo se habían juntado nueve chicas con piernas excepcionales en un equipo de carreras, pero eran la joya de las pistas cada año.

-Uh… Sólo sé seguro que conducirán Yoona, Yuri y Sunny. Oh, y he oído que Taeyeon se ha retirado -se mete Baekhyun desde el otro lado.

-Oh, Yoona da miedo.

-La verdad es que Baekhyun sólo está en la Guerra de las Carreras por las chicas de SNSD. -Chanyeol se ríe cuando Baekhyun se estira y le da un puñetazo en el hombro-. ¡Qué, es verdad! Espero de verdad que Jessica no participe, o tendríamos que echar a Baekhyun del equipo porque estaría demasiado ocupado mirándola como para poner el coche en marcha. Es verídico, el año pasado Baekhyun se rompió la nariz contra el alerón del Honda de algún gilipollas porque se tropezó con sus propios pies cuando Jessica le dijo hola.

-¡Oye, las SNSD dan mucho miedo, ¿vale?! Y no me rompí la nariz, sólo fue… -Baekhyun le vuelve a dar un puñetazo a Chanyeol cuando éste extiende la mano para acariciarle el pelo-. ¡No me toques el pelo, me he tirado una hora peinándome esta tarde!

-¿Amber va a conducir para f(x) este año también? -Sehun aparece de la nada y le quita la bolsa de patatas de las manos a Chanyeol.

-Sí, se lo dijo a Kris -asiente Suho-. Henry también estará con SJ. Tener a Kris nos viene muy bien para sacar información sobre f(x) y SJ porque sale con ellos.

-Henry no puede mantener la boca cerrada, eso es cierto.

-¿Y DBSK vendrán a la carrera? Nadie ha oído nada de ellos en mucho tiempo. Es como si hubieran desaparecido de la faz de la tierra o algo. Oí que había habido una separación o algo así… Espero que no se apunten este año. Dan mucho miedo. -Baekhyun hace un mohín.

-Pues… pregúntale a Luhan. Luhan lo sabrá.

Kai no va a la carrera esa noche, pero está esperando a Kyungsoo enfrente de su apartamento, a las cuatro de la madrugada, cuando vuelve. No le pregunta cómo sabe siquiera dónde vive. Abre la puerta del coche y Kai monta. Conducen hasta Gangnam, siguiendo las infinitas calles vacías y escuchando el murmullo de los neumáticos contra el asfalto. Son las cinco y veinte de la madrugada. Cuando la gente empieza o acaba el día; cuando se despiertan o se dejan caer en la cama deshecha. Está pensando en eso, pero sigue conduciendo, con los faros encendidos. Kai está tirado en el asiento, parece cansado y Kyungsoo lo ve más de una vez presionándose las sienes con la mano.

-¿Alguna vez te has encontrado con tus dobles, con tus otros yo? -pregunta Kai, y la pregunta suena a que tendría que ser provocadora, pero Kai no sonríe. Parece pensativo, quizá.

-No, nunca. Ni quiero. Sería un poco raro.

-Sería interesante. -Los labios de Kai se curvan un poco hacia arriba, formando una sonrisa, pero no dice nada más-. Conduces como un hombre que está deseando estrellarse en una pista de carreras -dice Kai, en algún punto entre Hyperion y Benecity-. Siempre eres tan estirado, pero cuando te pones al volante de un coche, simplemente… te dejas llevar.

-Tiene gracia, alguien solía decirme lo mismo sobre ti.

-Yo no soy un estirado -Kai frunce el ceño, y desde el retrovisor parece profundamente ofendido.

-No, sólo eres estúpido. -Kai se queda callado después de eso. Cuando Kyungsoo vuelve a mirar, está apoyado en el asiento, con la cabeza echada hacia atrás para contener otro sangrado nasal. Los dedos de Kai están manchados de sangre-. ¿Ha ido a peor? -Nunca han hablado de esto. Kai murmura algo, Kyungsoo fija la vista en la carretera-. A veces a mí también me sangran los oídos. O me dan migrañas durante días. Siempre después de un choque, después de despertarme en otro momento en el tiempo.

-No puedes escribir -dice Kai de repente, con la cabeza aún inclinada y los ojos clavados en el oscuro techo del coche.

-¿Qué?

-Ya no puedo escribir. No puedo hacer ni una línea recta. Conozco los caracteres en mi cabeza, pero mi mano no deja que ocurran. Mano izquierda o mano derecha, todo acaba siendo ilegible.

Kyungsoo calla durante un rato.

-Se me olvidan cosas. Cosas insignificantes, como dónde fui el fin de semana pasado o qué he comido. Pero pasa más a menudo de lo que debería.

-Seguro que eso te vuelve loco, Señor Planificador. Ahora mismo, ya no recuerdo la mitad de mi infancia -dice Kai-. Ni siquiera recuerdo el apellido de Sehun. -El sangrado se ha detenido. Lentamente, se vuelve a incorporar.

-He estado pensando en comprarme un coche nuevo -dice Kyungsoo, más que nada para cambiar de tema, y extiende la mano para apartarle el flequillo de la cara a Kai. Kai se queda callado un buen rato antes de dar un bote en el asiento.

-Eh, cómprate un Ferrari.

-¿Qué?

-Venga, tienes la pasta, ¿no? -De repente, Kai es todo ojos brillantes y emoción-. Todo ese dinero en tu cuenta del banco, ¿y para qué? Siempre puedes conseguir más, comprar el billete de lotería ganador, apostar por el caballo adecuado, cualquier cosa. Dalo todo. Olvídate de esos aburridos BMW negros, presume del poder de tu dinero. Compra un Ferrari. El 458 Italia. Es increíble. Tiene un largo historial de accidentes de carretera y de incendios.

-¿Qué? Estás loco. -Kyungsoo se ríe del entusiasmo infantil de Kai, y le revuelve el pelo.

-¡Venga, Kyungsoo, dale un poco de emoción! Cómprate uno negro, tan brillante que podamos ver la puesta de sol reflejada en él, o ver nuestros propios reflejos cuando follemos encima de él. O un rojo clásico, eso también estaría genial. Tampoco me importaría follar encima de un Ferrari rojo -añade Kai, y sonríe descaradamente.

-Eres un sinvergüenza y estás como una cabra -dice Kyungsoo, pero se lo está pensando. Kai tumbado sobre la superficie rojo brillante del coche, todo piel morena cubierta de sudor y músculos tensos. Algo suyo.

*

No ve a Kyungsoo, ni al normal ni a ningún otro, hasta un par de semanas más tarde. Está caminando hacia la parada del bus y lo primero que ve es el Ferrari, un precioso Ferrari con sensuales curvas y un motor que emite un suave ronroneo. Todos se paran a mirarlo y se susurran unos a otros cuando se acerca lentamente a la acera, como una increíble y fiera puesta de sol contra una calle monocromática; y él también se queda mirando, hasta que se da cuenta de que el coche lo está siguiendo, y de que todo el mundo lo mira a él. Kai se queda paralizado cuando mira a través de la ventanilla medio bajada.

-Joder… -Se queda mirando impactado cuando se da cuenta de que el conductor del Ferrari no es otro sino Kyungsoo-. Lo has hecho de verdad. De verdad has ido y te has comprado el puto 458. -Pensaba que probablemente conseguiría el trabajo de estrellar un Ferrari cuando llegara el momento, sólo estaba bromeando cuando le dijo a Kyungsoo que se comprara el coche aquella mañana, pero Kyungsoo había ido a comprar uno en serio.

Se monta en el asiento del pasajero ante las miradas de envidia y curiosidad de los transeúntes, y Kyungsoo le muestra una amplia sonrisa. Sus manos acarician el suave cuero blanco y el interior de fibra de carbono sin mácula, pero sus ojos están fijos en Kyungsoo, clavados en él mientras siente como el corazón se le acelera en el pecho, porque Kyungsoo lleva un maldito traje. Una camisa blanca perfectamente planchada y oscuro cachemir, una corbata negra y gemelos plateados, brillantes zapatos de piel y una lenta sonrisa provocativa en sus labios. Este es el Kyungsoo de las torres de cristal y de los números codificados en pantallas de ordenador.

-Acabo de salir del trabajo -le dice Kyungsoo, sonriendo como si pudiera leerle el pensamiento. Se estira el cuello de la camisa, y Kai se muerde el labio.

-Así que eres sólo tú.

-Sólo yo. No estoy en ningún bucle esta vez.

Bueno, eso no es del todo cierto, piensa Kai, pero no lo comenta. Deja que sus ojos sigan el movimiento de los hombros de Kyungsoo bajo la tela de su carísimo traje de chaqueta cuando agarra el volante del Ferrari y gira suavemente una esquina. Ha conducido muchos coches así, piensa Kai, pero este es un mundo de sensaciones completamente nuevas. Esto no es el sueño abandonado de un hombre viejo y amargado cualquiera, que pronto quedará olvidado a un lado de la carretera. Esto es de Kyungsoo.

Más tarde, Kyungsoo lo apoya contra el coche, la puesta del sol brilla tras ellos mientras Kyungsoo se la chupa lentamente. Sus manos se aferran a la superficie suave y brillante, porque la vista es demasiado para él, Kyungsoo arrodillado ante él con ese traje obscenamente caro, ensuciándose las rodillas de los pantalones apoyadas en el suelo, y sus gruesos labios hinchados, apretados fuertemente en torno al miembro de Kai. Kyungsoo jadea bajito cada vez que Kai levanta las caderas, con los ojos muy abiertos y suplicantes, y le resulta imposible no correrse en esa boca, dejando semen sobre esos labios hinchados y viendo cómo la lengua de Kyungsoo asoma por los mismos distraídamente.

Después se besan, con Kyungsoo aún apretado entre el coche y su cuerpo, infinitos besos y mordisquitos de labios gruesos y cálidas lenguas. Kai araña suavemente con los dientes el lateral de su mandíbula, sintiéndose ebrio de placer y del sabor de la piel de Kyungsoo.

-¿Sabes? A lo mejor Jongin murió en aquel primer choque… A lo mejor estoy hecho para ti. -A lo mejor Jongin había dejado de existir, y Kyungsoo había traído a Kai de vuelta al tiempo. Eso explicaría por qué sus cuerpos encajaban perfectamente, pegados el uno contra el otro.

-Jongin… -El nombre suena extraño en la lengua de Kyungsoo-. ¿Es tu nombre?

-Ya  no -suspira Kai contra los labios de Kyungsoo.

Hace que Kyungsoo dé un rodeo hasta su apartamento, gritándole que lo espere abajo mientras sube y baja las escaleras a velocidad de récord, sintiéndose como si bajo su piel corriera una ardiente fiebre. Kyungsoo está apoyado contra el coche cuando vuelve, y levanta una ceja al ver lo que lleva Kai en las manos.

-¿Por qué tienes una cámara polaroid?

-Cállate y sonríe. -Atrapa con un brazo el cuello de Kyungsoo, estruja la cara contra la de él y aún está jadeando suavemente contra la mejilla de Kyungsoo. Sonríen ampliamente para la cámara, y Kai extiende la mano para hacer la foto. Sacude el trozo de papel en el aire, esperando que se revele. Sonríe cuando sale exactamente igual que la que recuerda de la polaroid en la cartera del otro Kyungsoo. Se ven muy bien juntos.

-Guárdala, ¿vale? -Coge la cartera de Kyungsoo y mete la polaroid dentro-. Para que puedas mirarla cuando me eches de menos.

-…Vale. -Kyungsoo acepta su cartera con gesto perplejo.

Están conduciendo hacia la cima de una montaña otra vez, sólo para admirar el paisaje nocturno de Seúl desde arriba cuando Kai empieza a hablarle a Kyungsoo sobre eso. Como era de esperar, Kyungsoo le lanza una mirada asesina, tan sorprendido como divertido.

-No, ¿qué?, ¡no! ¡No voy a estrellar un coche completamente nuevo sólo porque tú quieras hacer un pequeño experimento, Kai! Lo he comprado, ¿sabes? ¡No lo recogí de la cuneta!

-¡No, venga, ¿por qué no?! ¡Nosotros dos juntos, en los últimos momentos antes del choque, tú irás al pasado y yo al futuro! Puedes volver al pasado y convencerte a ti mismo de no hacerlo, y entonces estrellaremos otro coche juntos, para que el resultado final sea el mismo, ¡seguiríamos viajando fuera del tiempo y tú seguirías teniendo el Ferrari! Lo he planeado, ¿vale?

-¿Qué haces? -grita Kyungsoo cuando Kai le coge la mano de repente y se saca un bolígrafo del bolsillo.

-Escribir la fecha de hoy. Para que te acuerdes. -Le da la vuelta a la mano de Kyungsoo, poniendo la palma hacia arriba y acariciándola con la propia pluma negra de Kyungsoo-. Para mí serán momentos, pero podría ser una espera muy larga para ti. ¿Qué día era hoy?

-30 de noviembre. ¡Y aún no he dicho que lo vaya a hacer! -Kyungsoo no se aparta cuando Kai empieza a escribir, formando cuidadosamente los números a pesar de que sus dedos no parecen querer cooperar. Sabe que Kyungsoo lo hará, porque Kyungsoo ya lo hizo por él la primera vez-. Tu caligrafía es horrible.

-La tuya también -murmura Kai, acabando el último trazo del 0. Está sonriendo demasiado, las mejillas empiezan a dolerle-. Eh, Kyungsoo, vamos a hacer esto juntos, ¡vamos a perder el control juntos! ¡Déjate llevar!

Entrelazan los dedos sobre el cambio de marchas, su calor compartido calienta las palmas de sus manos. Nunca se ha sentido así antes de un choque, piensa Kai; el corazón le late fuertemente en el pecho y la sangre fluye a toda velocidad por sus oídos, haciendo que se sienta casi mareado. La risa borbotea desde su pecho, y aprieta la mano más pequeña de Kyungsoo con la suya.

-¡Kyungsoo, déjate llevar! -se ríe, y el coche da un brusco giro a la izquierda. Mira a los ojos de Kyungsoo en el último momento, y caen.

El dolor cegador es casi demasiado rápido como para que se dé cuenta.

*

Llámalo sentimentalismo o corazonada, pero Kyungsoo vuelve al lugar de su último choque a primera hora de la mañana. Está al pie de la montaña, mirando a la muchedumbre que rodea una barrera. Ve un coche enorme a lo lejos, ruinas de metal destrozado al lado de la montaña, hecho pedazos como si fuera una especie de monstruo de Frankenstein. La gente susurra y mira, porque ¿qué clase de ricachón colgado estrellaría un Ferrari? La gente habla, porque…

Habían encontrado a alguien en el coche. Ya estaba muerto, por supuesto. ¿Quién podría sobrevivir a un choque así? Pero estaba en el asiento del pasajero, qué curioso. No había ni rastro del conductor. Sólo un cuerpo aplastado que llenaba de sangre el asiento del pasajero, los cristales rotos y el chasis reventado. Huesos rotos. Pulmones machacados.

Los ve sacar un cuerpo en camilla, plástico blanco cubriendo piel y huesos. Ve un atisbo de pelo oscuro manchado de sangre.

Vomita a un lado de la carretera en el camino de vuelta a su apartamento.

Hace cálculos con las fechas en su cabeza, y se da cuenta de que…

Kai había muerto ocho meses atrás. Y acaba de pasar de nuevo.

Siente frío y a la vez calor, la tiemblan las manos y siente un estremecimiento bajo la piel del que no puede librarse.

Se pasa un día entero en el horrible sofá, simplemente respirando. Inspira. Espira. Cada vez le resulta más difícil.

Sus pensamientos van en círculo, demasiado rápido para que pueda asimilarlos.

¿Había sido su presencia en el bucle lo que había provocado el choque? Recuerda a Kai intentando convencerlo de que se comprara el Ferrari y de que lo estrellaran juntos. En aquel momento sólo pensó que Kai estaba comportándose como el loco que era, pero el Kai de este bucle podía haberlo hecho por él, por la polaroid que había encontrado en su cartera. ¿Podría ser que hubiera otro Kyungsoo influyendo en la decisión de Kai en aquel primer choque? ¿O Kai habría sugerido lo mismo con influencia o sin ella? No lo sabe. Sus pensamientos van en círculo. Sólo sabe que tiene que encontrar una manera de arreglarlo.

De repente, alguien llama a la puerta de su apartamento. Nadie viene nunca a visitarlo aquí, excepto Kai. Kyungsoo casi se tropieza dos veces mientras va hacia la puerta, siente las piernas como si fueran de gelatina.

El corazón le late fuerte cuando abre la puerta, pero no es quien él está esperando. Es Jongdae, que sostiene un llavero en la mano. Kyungsoo da un paso atrás, respira hondo mientras otra ola de desesperación lo golpea.

-¿Qué…?

-Son las llaves de mi coche. Por si te hace falta. -Jongdae le pone la llave en la mano.

De repente todo encaja. Algo que siempre había sabido en algún lugar de su mente, pero de lo que sólo se ha dado cuenta ahora.

-Lo sabías. Sabías quién era. Desde la primera vez que me recogiste de la carretera.

-No exactamente. Simplemente sabía lo que eras. Cómo sangrabas, lo que llevabas escrito en la mano...

-¿Quién eres? ¿Otro estrella-coches?

-Lo fui. Viajaba hacia atrás, como tú.

-¿Qué pasó?

-Lo mismo que os pasó a Kai y a ti. Manipular la corriente temporal así es un esfuerzo enorme para nuestros cuerpos, Kyungsoo. Simplemente me detuve a tiempo, antes de que fuera demasiado tarde.

-¿Por qué él? ¿Por qué él y no yo? -Se supone que no tenía que salir así. Se supone que Kai tenía que estar en el futuro. Se supone que Kai tenía que estar en su futuro, no destrozado y muerto al pie de una montaña-. ¿Por qué no los dos?

-No lo sé. No sé cómo funcionan estas cosas, Kyungsoo. Las cosas pasan para nosotros, simplemente. Accidentes, uno tras otro. A lo mejor no tendríais que haber chocado al mismo tiempo. A lo mejor un camino bloqueaba al otro. A lo mejor Kai se quedó sin tiempo. -A lo mejor hay un límite para todo, incluso cuando sabes cómo engañar al tiempo, parece que dice Jongdae.

-¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no nos detuviste?

-No lo sabía, Kyungsoo, yo ya no puedo leer el futuro ni planear el presente. Pensaba que habías vuelto atrás para solucionar algo, pensaba que tenías un plan. No quería interferir en tu línea temporal. -Nadie quiere reescribir la historia de otro. El peso de la responsabilidad, el peso de los «y si» y de los «podría haber sido».

Fue un choque que no había planeado. Había sido Kai quien le había dicho «Venga, Kyungsoo, hagámoslo. Déjate llevar». Kai había acabado aplastado bajo el metal, y él había vuelto al principio de su historia. Kyungsoo aprieta la mano en torno a las llaves del coche. Podría planearlo esta vez. Jongdae sigue en el umbral de la puerta, mirándolo con grandes ojos solemnes.

-No hay garantías de adónde te enviará el siguiente choque, Kyungsoo. A lo mejor unos pocos meses, unas pocas semanas, puede que incluso menos. Puede que tengas que dar varios saltos hacia atrás, o esperar mucho tiempo. Pero tienes que recordar que nuestros cuerpos no están hechos para todo eso. Los sangrados, la pérdida de memoria. Ya ni siquiera podemos escribir o dibujar una línea recta. ¿Y si no puedes cambiar este accidente porque lo ha puesto en marcha una cadena de acontecimientos previos? Aunque consigas volver al principio, ¿y si se te olvida para qué estás allí? Reescribir el destino no es tan fácil, Kyungsoo.

-Tengo que intentarlo. -Esto se le da bien. Arreglar su pasado, planear su presente, calcular el futuro. Reorganizar su propia línea temporal. Recuerda el calor del cuerpo de Kai contra su espalda. El peso de su brazo, cómo Kai le dijo «podemos quedarnos fuera del tiempo juntos». Cómo lo besaba, apoyándolo contra la suave superficie del Ferrari. Cómo le susurró al oído, «a lo mejor Jongin murió en aquel primer choque, a lo mejor estoy hecho para ti.»

-Buena suerte -le dice Jongdae cuando Kyungsoo se monta en el asiento del conductor del Hyundai azul, con ojos tristes.

-¿Alguna vez has intentado cambiar el destino de una persona? -pregunta Kyungsoo, poniendo el coche en marcha.

-Ahora mismo -dice Jongdae, y lo despide. Kyungsoo siempre ha pensado que Jongdae parece mayor de lo que realmente es.

Kyungsoo conduce hasta la carretera de montaña Bukak. El viento invernal es penetrante, la vista de Seúl es magnífica desde ahí arriba. El tiempo que tarda en caer es más breve de lo que recordaba.

*

Seúl en primavera es todo llovizna y sombrías nubes grises. Es la clase de lluvia que ha persistido durante días y semanas. Fría, cansada, que trae olor a humedad. Lluvia de primavera. Hace mucho tiempo que no llovía así en Seúl. Kyungsoo se despierta a un lado de la carretera con la cara pegada al asfalto, le duele todo el cuerpo y tiene los antebrazos cubiertos de arañazos. La cara le duele cuando su piel se restriega contra el asfalto, mientras se estremece y se esfuerza por levantarse del suelo. El pavimento está húmedo y frío bajo sus dedos, y las gotas de lluvia salpican la parte de atrás de su cabeza. Se nota las mejillas sensibles, en carne viva, y le duelen los huesos. Cuando consigue incorporarse y quedarse sentado, el suelo está salpicado de manchas oscuras que no parecen deberse a la lluvia. Parece que hacen juego con los largos arañazos sangrantes que hay en las palmas de sus manos. Kyungsoo sisea cuando las gotas de lluvia golpean donde la piel está desgarrada.

Aún puede oír el eco de su corazón, que late fuerte e insistente en el silencioso aire de la mañana. Porque decide que aún es por la mañana temprano al mirar el color gris pálido del cielo. Las calles están vacías, empapadas de persistente sueño. Le lleva un rato que sus extremidades le obedezcan otra vez, sus dedos aún están rígidos a causa de los últimos restos de adrenalina. Tiene que pararse a respirar hondo un par de veces, intentando decidir dónde se encuentra. Las calles le resultan familiares, a un par de manzanas del garaje. A un par de manzanas de su piso. Se tropieza una y otra vez, pero el paseo no se le hace tan largo. Los corredores matutinos y los ejecutivos apenas le dirigen una mirada cuando se lo cruzan. La llovizna no es suficiente para empaparlo, pero la fría humedad le provoca escalofríos, colándose a través de sus capas y capas de ropa.

Las ventanas de la primera habitación empezando por la derecha del segundo piso de su edificio están abiertas cuando llega ante él. Kyungsoo se para al pie del edificio, mirando hacia arriba, mirando hacia las ventanas abiertas, y se siente algo perdido y desorientado. Hay un Genesis Coupé negro aparcado en la calle, así que alguna versión de él debe de estar viviendo ahí. Kyungsoo se acerca al coche y se apoya, sopesando sus opciones. Se palpa con la mano y se saca la cartera del bolsillo trasero de su pantalón. Lleva dinero suelto, tarjetas, la polaroid que tomó Kai cuando estaban apoyados contra el Ferrari, un fajo de recibos. Acaricia con el pulgar el borde de la sonrisa de Kai. Kyungsoo se separa del coche, lanzando una última mirada a las ventanas abiertas antes de girarse y echar a andar en dirección contraria.

Pasa junto a un puesto de periódicos y coge uno, echa un vistazo a los titulares y le fallan las fuerzas cuando mira la esquina superior derecha, justo sobre «El impuesto sobre la renta asciende un 2.4%» y «Colisión múltiple en el Puerto Norte de Incheon».  La fecha del periódico es el 6 de abril de 2021, ni más ni menos que ocho meses desde el punto de partida. Parpadea, es lo más lejos que lo ha enviado un choque nunca. Kyungsoo suspira, pensando en los largos meses que le quedan por delante, esperando a que el Kyungsoo de esta línea temporal encuentre el garaje de EXO, y entonces conozca a Kai…

Kyungsoo se mira la palma de la mano. Hay unos números en ella, escritos con la torpe caligrafía de Kai. La fecha es 2021.11.30.

Le sale sangre de los oídos.

fin.

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(t/n: Con esto se acaba Arbitraje. Podéis ver la gráfica que hizo la autora para explicar los saltos en el tiempo, ahora completa también con el bucle de ocho meses, espero que lo entendáis todo y si no, podéis preguntar. ¡Gracias a la gente que lo ha seguido y comentado!)

pairing: jongin/kyungsoo, arbitrage, traducción, exo fanfic

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