Ahora cualquier cosa me recuerda a ti.
¿Sabes esta sensación de estar bien, acordarte de algo de golpe y sentir que se te fue la alegría?
Justo eso.
Tu nombre entra en mi cabeza y la sonrisa se me congela, me quedo quieta, no puedo moverme, no puedo alegrarme, no puedo nada.
Quién me iba a decir a mí que te iba a querer tanto, más que eso, quién me iba a decir a mí que te iba a querer.
Pero lo hago. Y en que mal momento empecé a hacerlo.
Pero ahora estoy aquí. Aquí para quedarme contigo. En lo bueno y en lo malo.
Aunque parece que he llegado en lo malo.
Por suerte no durará para siempre.
Mientras tanto, yo voy a estar aquí.