HEEEEEEEEE.

Jun 27, 2007 13:50

Y ahora, para deleite del publico, la historia de como un high wizard obsesionado (al que llamaremos Em) decidió asesinar al estupido de Tristan IV por neglectear la salud de su marido xDDDDDDDDD



Exactamente a la medianoche se escabulló de su casa.
Primero se aseguró de que Guthrie estuviera profundamente dormido. Luego dejó una pequeña nota sobre su almohada ("Investigación de medianoche, vuelvo en una hora", no era la primera vez que tenía un momento de iluminación mientras dormía de todos modos).

Y al final, se cubrió con uno de sus abrigos y se escabulló de la casa.

No había podido dormir bien más de un par de noches desde que todo este infierno había empezado. No podía ver a Guthrie intentar parecer satisfecho. La casa se sentía horriblemente vacía sin Franz...
Sabía lo que Franz estaba haciendo, sabía que estaba castigando al verdadero culpable, fuera quien fuera. A veces le preocupaba un poco pensar que quizás el joven, su hijo, estuviera vendiendo su alma por esa venganza.
Pero claro, detenerlo sería la peor de las hipocresías.

Sin embargo, frente a todo había un culpable mucho mayor.
Prontera se había visto reducida a nada desde la guerra, muchísimos habían muerto y otros tantos habían quedado incapaces de defender la ciudad.
Entre toda esa gente, Guthrie siempre había puesto el bienestar de los demás antes que el suyo. Había puesto su deber, su lealtad al rey, antes que su propia salud.

Había estado a punto de morir.
Y el rey jamás se había enterado. Los mensajeros aun llegaban, con citaciones que el personalmente rechazaba, citaciones que jamás llegarían a los oídos de Guthrie.
Al final, toda la culpa recaía en la ineptitud del regente.

Golpeó la puerta de la que por años había sido su casa, y se encontró frente a frente con un par de ojos vacíos. Sabía más que bien como lidiar con esos homúnculos extraños que Eske solía usar como servidumbre.
- Necesito ver a Eske. - Su tono era el de una orden, ellos entendían mejor así. El homúnculo ladeó la cabeza por un momento, antes de salir.

Hacía frío, pero no entró a la casa, aún sabiendo que estaba autorizado a hacerlo siempre que quisiera. Media hora había pasado desde la medianoche cuando Eske llegó a la puerta de la casa para encontrarse con su hermano. 38-B9H-44 le había dicho "El señor Emrys está aquí para verlo", eso tenía que ser importante si el estúpido de la puerta había dicho tantas cosas seguidas.

- Emrys... ¿Qué haces aquí?
- Yo... - Por un momento Emrys pareció perdido, casi como si no supiera que hacer, o como hablar. Eso era completamente nuevo. Aunque era normal que hablara suavemente y que a veces pareciera demasiado intimidado por su propia familia, el mago nunca perdía las palabras que quería decir.
A menos...
- Dilo, no hay nadie para escucharte.
- Voy a matarlo.
Eske sonrió.

Pidió té para los dos. Emrys permaneció en silencio por un momento, observando el vapor desprenderse de su taza. Se sentía más cómodo de lo que debería, allí junto a Eske.
De los tres era el único que nunca había tenido sexo con él. Era el único que nunca había pensado siquiera en tal cosa.
Si había dormido con el (el primer año después de que sus padres se fueran, durante las noches tormentosas tenía pesadillas y a veces buscaba refugio en su habitación cuando Enar no estaba) y una vez Eske lo había besado, pero eso había sido después de Guthrie. Emrys se sentía quizás demasiado seguro.

Alguien debía romper el silencio, y el más joven no lo haría.
- ¿Y como piensas hacerlo?
- Voy a envenenarlo. - Dijo, quizás más rápido de lo que esperaba decirlo. - Quiero... Quiero que sufra.
- ¿Te das cuenta de que vas a matar a una persona? - Preguntó el alquimista, dándole un pequeño trago a su té. Esto estaba resultando ser más interesante de lo que parecía al comienzo.
- No es la primera vez que lo hago. - Emrys esquivó la mirada de su hermano, no quería ver ese orgullo enfermo en sus ojos. - Ya he matado por Guthrie... Y lo haré todas las veces que sea necesario.
- Claro que lo harás, eres uno de nosotros después de todo... - Eske se puso de pie. - Sígueme, necesitarás algo que no deje rastros.

El laboratorio aún le daba escalofríos. Siempre tenía la impresión de que todos los seres extraños en esos frascos lo estaban observando. Pero quizás más que el laboratorio, lo asustaba la persona en la que Eske parecía convertirse cuando entraba allí.
- Tengo exactamente lo que necesitas. Se purgará de su organismo en no más de un par de días, y la magia no puede detectarlo. Le tomará siete días activarse desde que lo ingiera y otros cinco para matarlo, así que tendrás tiempo de sobra para darle un antídoto si te arrepientes.
- No voy a arrepentirme.
- Es un formalismo. - Respondió el mayor, con una sonrisa. - Por supuesto va a parecer una enfermedad progresiva, pero tienes que encontrar un modo de darle el veneno sin que nadie te vea entrar ni acercarte al castillo. Es un tipo muy particular de veneno y es posible que puedan trazarlo hasta nosotros si dejamos cualquier clase de pista.
- ¿Tiene algún sabor...?
- No. Pero es menos denso que la mayoría de las bebidas, tienes que dárselo en algo que sea transparente o pueden notarlo fácilmente.

Eske abrió uno de los armarios refrigerados y extrajo un vial opaco. Con cuidado llenó otro más pequeño y se lo extendió a Emrys.
- Una vez se expone a la luz por más de dos horas, pierde su utilidad, así que no lo uses hasta que sepas que lo va a beber.
- ¿Dónde conseguiste esto...? - Preguntó finalmente, mientras con cuidado deslizaba el frasco en uno de sus bolsillos.
- Era un veneno experimental en el que estaban trabajando en Lighthalzen. Dejaron de trabajar en el hace años, y digamos que muchas de las buenas casualidades de nuestra familia se deben a que tengo la única copia de la fórmula aquí. - Concluyó señalándose la sien.

Emrys dejó escapar un suspiro aliviado al salir del laboratorio.
- Eske...
- Sabes que el secreto morirá conmigo. - Murmuró el alquimista con un gesto desinteresado mientras comenzaba el camino hacia la puerta.
- No es eso...
- Silencio, Emrys. Ten cuidado, que nadie sepa nada de esto.
- ¿Porqué haces esto? - Interrumpió, sabiendo que Eske no lo dejaría preguntar de otro modo.
- Porque Tristan es un imbécil. Y porque tengo un interés personal en que Franz sea el rey finalmente.
- ¡Eske, no te atrevas a...!
- Emrys. Deja de pensar estupideces. Se supone que eres el inteligente de la familia.
- Ya es tarde... - El más joven le dirigió una pequeña sonrisa aliviada a su hermano. - Debo irme o Guthrie puede despertar...
- Cuida lo que es tuyo.
- Lo hago.

Hacía frío pero se sentía más tranquilo. En quince días podría sentirse en paz. Solo quince días más. Observó el movimiento de la noche con más atención de lo usual y notó que alguien estaba cerca, escondido, podía observarlo perfectamente desde donde estaba.
- Ya puedes salir, Enar.
- Hola Em. - El mayor lo saludó desde atrás de un arbusto que apenas lo cubría.
- ¿Qué haces aquí?
- Escucho lo que ustedes hablan... ¿Vas a hacerlo en serio?
- Si.
- El te hizo llorar... Y ahora Guth no puede pelear. Y Franz se fue. - Enumeró cuidadosamente.
- No tienes que preocuparte por esas cosas, Enar. Yo me voy a encargar de todo eso, ¿Si?
- Yo puedo poner el veneno, Em. - Interrumpió, su voz extrañamente seria.
- No tienes que hacer nada... Ya es tarde y deberías estar durmiendo.
- ¡Yo quiero hacerlo! El te lastimó, el tocó a mi familia.

El silencio cayó entre ambos por un momento y finalmente Emrys cedió. No tenía caso luchar contra eso.
- Tienes que tener mucho cuidado... Es peligroso.
- Soy un caballero, Em, es normal que ande por el castillo y nadie sospecharía de un idiota como yo. - Enar sonrió.
- Solo prométeme que vas a tener cuidado, ¿Si?
- Prometido.
- Aquí está... - Con cuidado, Emrys le extendió el pequeño vial. - Ponlo en algo transparente y no pueden pasar más de dos horas antes de que lo beba.
- Transparente, dos horas, ¡Comprendido!
- Gracias, Enar...
- No seas tonto Em, esto es por todas las veces que me cuidaste. Te regalaré su vida. - El mayor sonrió, esa sonrisa tonta y brillante que siempre tenía, y salió corriendo, perdiéndose entre los callejones de Prontera.

Emrys sonrió.
Quizá la moral de su familia estaba irremediablemente arruinada, pero era la mejor familia del mundo.

Si, como winnea esa familia.

PD: Filename: "kill that bitch, Em.doc"

wrongness, ro, pseudoliteratura

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