La Escalera
Título: La Escalera.
Fandom: Supernatural.
Personajes/Parejas: Dean/Andrea.
Advertencias/Spoilers: None, a menos que no hayan visto el 1x03 y no sepan quién es Andrea.
Resumen: Las consecuencias de realizar exorcismos a cuanto objeto se encuentre pueden ser catastróficas o gratificantes. Pueden preguntarle a Dean.
Notas: Vacaciones, tiempo libre para escribir y retomar el amor a mis fandoms. Un mini-drabble para decir presente, que he vuelto.
_________
Dean jamás pensó que algo tan simple como colgar un cuadro en una pared resultaría una odisea comparable a darle caza a un wendigo. Sin duda Andrea se está vengando, le bastó con ver esa sonrisa triunfal mientras le decía ‘un poco más a la derecha’ por décima ocasión.
Llevaba casi una hora sobre la escalera metálica, mientras la capitana de la obra encontraba el sitio perfecto para colgar su nueva adquisición.
-Ahí está. El cuadro perfecto debe estar en el lugar perfecto ¿no?- ella sonríe, haciendo alusión a las tres horas en que el cuadro fue exorcizado, rociado con agua bendita y purificado de todas las maneras existentes.
Porque para Dean Winchester, cualquier cosa adquirida en una tienda de antigüedades era de dudosa procedencia a menos que se probara lo contrario. La única manera de hacer eso era purificando el objeto, él no tenía la culpa que el proceso tomara tanto tiempo ni que la paciencia de Andrea se hubiese agotado a mitad del mismo.
-¿Significa que mi tortura terminó?- preguntó por fin, sentándose en el último nivel de la escalera.
La tenue sonrisa femenina no era una buena señal, eso es seguro.
-¿Aún estás de ánimos para más exorcismos?- rió con ganas, a pocos centímetros de él. No debían invitar a Sam a cenar tan seguido, seguro intercambian maneras de gastarle bromas mientras él come postre con Lucas.
-No más exorcismos por esta noche- sonrió afectado, admitiendo su derrota temporal.
Estaba a punto de ponerse en pie, pero antes que pudiera moverse Andrea se colocó de puntillas, llegando hasta sus labios y rozándolos apenas. Permaneció mirándole sonreída varios segundos para después inclinarse de nuevo, esta vez pasando por debajo de la escalera, aún con la sonrisa tatuada al rostro. Como si nada, siguió caminando por el pasillo hasta detenerse en el umbral de su habitación. Sólo entonces ladeó la cabeza, mirándole divertida.
-Lástima, y yo con tanta mala suerte encima...-
La puerta se cerró antes que Dean pudiera parpadear de nuevo. Pasaron un par de segundos antes que un resoplido estupefacto se colara por sus labios.
-Oh, cuando te atrape, mujer...-