Diecinueve años después aquí sigo,
diecinueve años después todo sigue igual.
Dentro de unos meses se cumplen treinta años desde que conocí en el Instituto de Bachillerato Ruiz Gijón a mi amiga Belén. Somos diferentes como el día y la noche, como la luz y la oscuridad, como la alegría y la tristeza, como el monte y el mar. Yo suelo decirle que la quiero por castigo, y así, por condena, seguimos unidas como hermanas.
Hoy cuando hemos acabado de desayunar en el Paseo, me ha abrazado y me ha dicho la frase del año: "te quiero tanto Lu, eres como el puerto al que sé que siempre puedo volver".
Yo me he derretido, y se me han caído dos lágrimas como dos antenas parabólicas.
Y de este modo, celebro que el jueves cumplí 19 años en este, mi blog, en el que cada vez escribo menos, pero sé que es el puerto al que siempre puedo volver.