Se le olvidó el trigal de enfrente de su casa
Se le olvidó que algún día hubo un trigal enfrente de su casa,
no sabe porqué ni cuando lo borró de su memoria.
Se le olvidó que lo solía cruzar con su madre para acortar camino cuando
volvían tarde de visitar en el naranjal a sus amigas Antonia y Nena.
Olvidó el miedo que sentía andando por el pueblo de noche
supone que
simplemente lo eliminó de sus pesares.
Su memoria ha estado dormida durante más de treinta años,
ayer le recordaron aquel campo de trigo, seguía empecinada en negar su existencia,
pero de repente le vino a la memoria algo que sus neuronas habían guardado
celosamente durante demasiado tiempo y se vio caminando por allí con su madre.
Era cierto, allí hubo un trigal, en su lugar construyeron mil casas
y era cierto que lo había suprimido totalmente de sus recuerdos
y en ese momento empezó a llorar y no pudo parar.
Lloraba por haber borrado de su mente durante tantos años la imagen de su madre
a su lado con su mano enlazada a la suya atravesándolo.
Lloraba por no encontrar explicación a tamaño olvido.
Y así, se quedó dormida llorando.