Dec 11, 2007 18:50
Sin duda, hoy era el peor día de su vida. Un día pésimo, horrible; digno de ser enmarcado para ser utilizado en días venideros como fuente de rabia y descargo.
-No sé que puto día es hoy, ¿el día de 'odien a Niou'? Porque pensé que ya lo hacían.- Cada palabra fue escupida y media gruñida con resentimiento y palpable irritación, ojos afilados a más no poder, expresión igual o peor a sus palabras; parecía tal cual como un animal salvaje mostrando los dientes.
-Confiesa de una vez.- La voz igualmente exasperada del fukubuchou retumbó.
-Te dije que yo no lo hice.-
-¿Entonces me puedes explicar por qué el único casillero que no está mojado es el tuyo, Niou-kun?-
Los ojos sorprendidos del peliblanco se giraron a su compañero de dobles. -No me ayudes tanto, Yagyuu.- Murmuró. -No tengo ni una mierda de idea. No sería tan estúpido como para dejar solo mi casillero de haber sido yo.-
Después de aquellas palabras, Sanada acortó la distancia, luciendo ya furioso, listo para tomar providencia en el asunto por sus propias manos, hasta que la voz más suave y autoritaria de Rikkai llegó, deteniendo cualquier acción o palabra. -Niou no necesita confesar, ya sabemos que lo hizo. Demos el asunto por terminado.- Concluyó con calma, preparándose para alejarse, no sin antes voltearse y mirar al Impostor de las canchas. -Y Niou, te quedas a secar después de las prácticas.-
***
-¡Niou! ¡Corre 50 vueltas, AHORA!-
La boca del peliblanco se abrió, formando una perfecta 'o' a la vez que el tenista detenía su juego contra Yanagi. No lo podía creer. ¿Qué demonios le pasaba a Sanada? ¡Si no había hecho nada! ¡Y el fukubuchou era tan denso que no se podía haber dado cuenta que le estaba tirando maldiciones!
-Pero si---
-¡Corre tus 50 vueltas ahora si no quieres que sean 100!-
Estaba dispuesto a gritarle de vuelta, cuando sintió una mano familiar sobre su hombro, y la mirada de Yagyuu. Y no sabía por qué diablos eso parecía callarle. Era injusto. Era un maldito día. Lo odiaba.
***
Giró sus ojos con exasperación. -No quiero tu estúpido dulce.-
-Vamos, Niou, come, come.- Insistió el autodenominado tensai de Rikkai con una sonrisa divertida. -Así se te pasa lo gruñón.-
-No quiero tu mierda de dulce, dije. De seguro lo intoxicaste.-
Las cejas del pelirrosa se alzaron. -Bueno, si no lo quieres, te lo pierdes tú.- Se encogió de hombros, y levantó su mano con toda la intención de comérselo, pero por una razón desconocida, Marui terminó esparciéndole pastel de crema por toda el torso.
-¡Lo siento, Marui-senpai! ¡Bola muerta!-
-¿...Bola muerta?- Repitió lento y bajo, notando su voz temblar un poco. -Alguien va a morir, y no va a ser la bola...-
La sonrisa del Caballero de Rikkaidai pasó desaparecida por el furioso estafador.
***
-¡NIOU! ¡SUELTA A MARUI Y A AKAYA Y VETE A CORRER!-
***
Estúpidas, estúpidas, ridículas, inútiles prácticas. Lo bueno es que ya estaban terminando. Y Niou estaba sudando, pegajoso, literalmente destrozado y de mal humor, lo cual no era nada especial, pero estaba especialmente de mal humor.
-Como si no me bastara con correr... Además el muy...- Gruñó a medio camino. Lo único que le daba consuelo era poder tomar su bolso, cambiarse de ropa, y comer su almuerzo -no era hora de almorzar, pero fue castigado y se saltó el almuerzo.
Y todo lucía mejor. Hasta los vestidores mojados parecían agradables al término. Ah, si, comida... Su estómago gruñó en acuerdo.
Entró a los vestidores rápido. Justo a tiempo para ver la mitad de su bolso colgando de la banca, con su almuerzo en el suelo. Ah. A estas alturas, le importaba poco que se hubiese caido, después de todo estaba envuelto...
Se dirigió a recogerlo -aunque sabía que si se agachaba seguramente no podría levantarse, pero era su almuerzo-, estaba casi alcanzándolo--
-Marui, esto es---
Puij. Adiós almuerzo. Almuerzo muerto en batalla. Y de seguro, el pie de Jackal no lo apreciaba tanto como su estómago.
-Mi...-
Los ojos grises del medio brasileño se posaron en el suelo, y con una sonrisa nerviosa retiró su pie del aplastado almuerzo -o lo que quedaba de él.
Lo había hecho a propósito. Estaba seguro. ¿¡Cómo alguien no podía verlo en el suelo!?
-Jackal... estás--
¿Muerto? Imposible, porque ya ni siquiera estaba.
***
Si no se había suicidado o autodañado era seguramente porque quería venganza. Oh si. Dulce, dulce venganza... un plato que se sirve frío. El que ríe último ríe mejor. Y ya se estaba riendo con anticipación, aunque fuese extraño estar riéndose solo en las duchas, su risa haciendo eco dramático. Si. Sanada iba a sufrir. Y Yanagi también, solo por sonreír. Ni hablar de Kirihara y Marui. Ah, y por supuesto no podía olvidar a Jackal. Oh, si, iban a sufrir... hasta su pobre compañero de dobles sufriría... y quizás también Yukimura, si es que lograba asegurar su vida... pero de aquí nadie escapaba, porque había sido un día de mierda, y cuando Niou sufría, no sufría solo...
-Y ya se van a ver...- Susurró para sí mismo, saliendo de la ducha luego de limpiar todo el maldito vestidor. No se podía ni las piernas. -Como si supieran con quién se meten...- Siguió murmurando, concentrándose en vestirse de una vez. Tomó su bolso y salió de los vestidores. Y a una mierda lo de cerrar los vestidores; podía entrar quién quisiera porque ni loco lo cerraba después de todo lo que le había hecho. Hah. De hecho, hasta podría publicar que los vestidores y el club de tenis estaba abierto, para ver si llegaba alguien y así---
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS NIOU!-
¿Ah?
Sorpresa, por quinta vez en el día. ¿Cumple...?
Manotazos por todos lados, alguien tirando de su pelo, manos en su espalda, tirones por aquí y por allá, felicitaciones y entusiasmo, sonrisas alegres.
...
No se movió. Se dejó estar por los dos minutos que el equipo parecía querer expresar sus 'felicitaciones' y sus estúpidos deseos, y sus efusivos toqueteos, con los ojos puestos en el suelo.
-¿...Niou?-
-Ehm... no te enojes. Solo queríamos que disfrutaras este momento.-
-Si, Yanagi pensó que lo apreciarías más si pasabas por momentos de angustia antes y...-
-¿Y quizás no fue una buena idea...?-
-Les dije que era mala idea.-
-¡Pero si fue tu idea!-
-¿Quién en su sano juicio pensaría que es una buena idea?-
-Tu. Tu lo propusiste.-
-Era una idea. No la idea. También les dije que intentaramos enviarlo a St.Rudolph para que apreciara su equipo en este día tan importante, pero esa idea la pasaron, ¿no?-
A una mierda. Su equipo era una mierda. Sádicos, retorcidos...
-¿Y Niou?-
-Creo que se fue.-
-¿¡Se fue?! No se puede ir. Si se va estamos muertos.-
-¿Y Yagyuu?-
-No está.-
-¡Eh, Yagyuu-senpai se está intentando salvar solo!-
-Ah, vamos, no sean exagerados.- El capitán de Rikkai sonrió, mirando de reojo su reloj. -Ah, mamá me espera en casa, los veo mañana.-
-Ah, parece que Seiichi también está escapando...-
-Yukimura no escapa, no seas imbécil.-
-¿De quién fue la estúpida idea?-
-¿Y quién accedió?-
**
Oh, si. Venganza. Retumbaba en su cabeza. Se aseguraría que ninguno apareciera en las prácticas de mañana. Porque nadie jugaba con Niou Masaharu, nadie...
Y ni siquiera era su cumpleaños. ¿Quién sería el que--
-Niou-kun.-
Como si necesitara respuestas.
Ooooh. Y lamentablemente, Yagyuu también sufriría. A su manera, pero sufriría, de eso sí que se encargaría. Lo malo es que su posible, maquiavélica y muy dolorosa venganza se iba volviendo muy confusa y borrosa conforme manos firmes se posaban sobre sus hombros y le empujaban hacia un lugar más... privado. Ni siquiera sabía dónde demonios estaban, pero no importaba. Sintió labios suaves sobre los suyos, y la presión de aquellas manos recorriéndole.
Yagyuu sufriría. Pero después de esto, eso sí.
fic: niou masaharu