TÍTULO: Una conciencia tranquila es normalmente signo de mala memoria
FANDOM: Gattaca
PAREJA: Vincent/Irene, Vincent/Eugene
RATING: PG-13
Para
yuki_sagara, que es su cumple hoy, y yo querría haber hecho algo más mejor pero los exámenes son estúpidos y el tiempo libre no me quiere. Así que espero que te guste, honey
Vincent no espera que Irene esté allí cuando vuelva.
Ni siquiera sabe si espera volver, sopesar sus planes de futuro, más allá de Gattaca... Bueno, nunca llegó tan lejos. Nunca esperó llegar tan lejos, y quizá ésa es la razón.
Hay ciertas cosas que echará de menos, una vez suba allí arriba.
(Uno no espera echar de menos las cosas nimias. Lleva preparándose para dejar este sitio años, toda su vida. Uno no espera llegar al final del trayecto, a lo imposible, y encontrar que hay cosas que le retienen.)
Irene, por supuesto.
Es la primera vez en años que deja que alguien le vea de esa manera. Jerome, pero sin serlo. Al fin y al cabo, el nombre no es importante. Llega un punto en el que evita definirse. Le gusta ser Jerome, no lo va a negar. Le gusta el poder, y formar parte de la élite. Le gusta saber hasta dónde ha llegado. Y también le gusta Irene. Le gusta su mirada, cuando le susurra que no diga nada, y que cuando se besen sea algo totalmente distinto. Una identidad nueva, y aparte. Le gusta que Irene no le juzgue, porque no cree que hubiera podido soportarlo, no después de todo. Y le gustan los besos, de madrugada, despertarse y por un momento, sólo uno, pensar que no tiene que esconderse, pensar que no odia todo lo que hay en este planeta.
Echará de menos a Vincent.
Echará de menos oírlo en los labios de alguien.
(Tenía que estar muy borracho para hacerlo. Muy borracho, o muy cansado. Llegaba un punto en el que Vincent no podía encontrar la diferencia. El problema con Eugene, es que ambos dos estados terminaban en la charla maníaco-depresiva de la semana.
Pero aún así era diferente, escuchar su nombre inmerso en un acento cerrado, líquido.
Y era sólo un momento, en medio de la verborrea, y a veces simplemente agarrarle del cuello de la camisa y murmurarlo contra sus labios, apestando a alcohol.
Vincent ni siquiera sabe si lo recuerda, porque siempre era la misma pauta. El silencio y arrastrarle hasta la cama hasta que se quedase inconsciente. Y muchas veces Vincent se quedaba, después. Sólo observándole dormir durante un rato, el muy imbécil tendría acabaría en coma etílico uno de estos días, si fuese remotamente posible con su genotipo.)
Echará de menos a Eugene.
No en el sentido de...
Le echará de menos. Aunque sea sólo porque no quiere pensar en un año entero, encerrado en ese sitio. La casa de Eugene (su casa, en realidad) es deprimente. Deprimente hasta puntos insospechados.
(A veces era
-Si vas a ser infeliz, al menos sé un infeliz con dinero.
Y Vincent ponía los ojos en blanco y continuaba arreglándose. Es curioso, porque Eugene tenía los ojos rojos -de no dormir, de acabar de levantarse, de algo que Vincent no consigue describir-, y era el único fallo.
Supone que es cierto. El prototipo perfecto. Supone que, mirando el lado práctico, Eugene fue la mejor elección que podría haber hecho.)
Pero le echará de menos.
Y quizá es porque, con todo lo bajas que son las probabilidades de que Irene esté allí cuando vuelva, tiene un nudo en el estómago que le dice que las de volver a ver a Eugene son más bajas aún.