Mohinder/Maya; Heroes; post segunda temporada, R para
adharaphoenix Cada roce es balsámico. Mohinder la besa despacio, como si fuera algo frágil que debe proteger, y ella es incapaz de no reaccionar, de no contestar. Porque es algo dulce, algo que se debate entre lo puramente sexual y lo íntimo. En cierto modo, a un nivel muy primario, lo único que hacen es protegerse mutuamente. Lo único que hacen es curarse las heridas. A besos, a lametones, a caricias.
Mohinder le quita la camiseta con un ademán urgente, empujándola contra el borde de la cama. Maya cierra los ojos y trata de no pensar. Lo siente todo amplificado, absolutamente todo. Las pulsaciones de Mohinder contra sus labios, cuando le besa la garganta. Piel ardiendo, cuando desliza la camisa por sus hombros. La apartan de una patada, y caen los dos juntos contra el colchón, hechos una maraña de piernas, brazos y ropa descolocada. Si fuera cualquier otra situación, Maya se reiría, pero cree que ya no tiene fuerzas. Y sólo puede... Sólo puede.
Se gira sobre el edredón, atrapando la cintura de Mohinder entre sus piernas, sus muñecas contra la cama, hasta que Mohinder es incapaz de moverse. Hasta que es ella, ella, la que tiene el control. No huyendo, no dejándose arrastrar. Le muerde los labios, la barbilla. Le clava las uñas en las muñecas cuando Mohinder trata de moverse contra ella, dejando escapar algo que parece un gemido ahogado. Pero es ella, la que mantiene el control. Es ella la que decide cómo, cuándo. Se nota la sangre hervir, y ese nudo en el estómago, mezcla de orgullo, mezcla de miedo, mezcla de rabia. El próximo beso es un mordisco, casi hasta que nota sangre contra su lengua, y, cuando se aparta, Mohinder la mira como si comprendiera.
Hotch + Rossi; Criminal Minds; spoilers básicos de la tercera temporada, gen, para
chocolaticida David atribuye una función a cada miembro del equipo en menos de dos días de trabajo. Está en el jet -jet, nunca le gustó volar, pero por ese mini-bar hace un esfuerzo-, y los demás duermen, o van camino de. Hotch le mira con las cejas enarcadas, parece no entender su perspectiva.
- Yo no soy la madre.
David se gira en el asiento, hasta que su espalda da contra la ventanilla y puede apoyar las piernas en el otro extremo.
- Madrastra, entonces.
En realidad es una lógica muy simple. La madre viuda, los tres hijos que se pican entre ellos, la prima rubia por la que te convertirías al incesto.
- ¿Y tú quién eres?
David sabe que Hotch casi tiene una sonrisa en la cara, bajo el escepticismo.
- El tío exitoso al que todos adoran y al que todos pretenden emular.
Evidentemente.
"Por supuesto," contesta Hotch. Pone los ojos en blanco y se recuesta contra la esquina. "Me sorprende que el avión se mantenga en el aire, llevando a tu ego dentro."
- Cosas más extrañas se han visto.
Cierra los ojos, y deja que el zumbido del motor le ayude a dormir.
Morgan/Kevin; Criminal Minds, spoilers de la tercera temporada, para
mina_lovette Morgan tiene una lista interminable de razones por las que odia a Kevin Lynch. La primera viene siendo la manera en la que mira a Penélope cuando se cruzan por el pasillo. La segunda es la manera en la que de repente, y sin venir a cuento, el puto suplente -que es lo que es, un puto suplente- parece haberse introducido en el equipo y tiene a todos los demás comiendo de su mano. La tercera es esa camisa hawaiana que trae los jueves.
- Le has arrancado los botones.
Kevin mira el proyecto de camisa dentro del baño, y como si hubiera perdido a un ser querido. Morgan se encoge de hombros y se abrocha la cremallera de los pantalones. "Se lo merecía, es un crimen contra la humanidad."
- Según la alta autoridad de moda de la Unidad de Análisis del FBI.
También odia ese tono de voz. Con las cejas enarcadas, arrastrando el sarcasmo. "No te burles de mí, crío," y le tiene de nuevo contra la pared, respira contra su garganta. Nota las vibraciones contra su lengua, cuando Kevin se ríe, cuando habla con voz ahogada, pero que trata de mantener un tono normal.
- ¿Y cómo se supone que voy a salir ahora de aquí, oh, genio perfilador?
Morgan sonríe, le muerde la mandíbula. "Eres listo, ya se te ocurrirá algo."
Crowley/Carlisle Cullen; Good Omens + Twilight, para
violetion Crowley odia el papeleo, lo cual suele significar que los Jefes se lo envían todo a él. Justicia poética, o algo así.
- Firma aquí, y aquí.
Le señala los papeles, y le deja la pluma. De entre todas las criaturas infernales con las que Crowley tiene que tratar, los vampiros están al principio de la lista, justo después de las ardillas. Putos elitistas, todos. Tiene la teoría de que viene en el contrato, una vez les muerden. Piel perfecta, pelo perfecto, ego que necesitaría el espacio del mar Negro para ser medido.
Éste tiene cabello dorado, figura escultural, y un sombrero precioso. Más que odio, puede que lo suyo sea envidia.
- Y... - trata de hacer conversación, durante el silencio incómodo en el que Cullen lee el contrato - Vampirizado, ¿eh? ¿Qué piensas hacer ahora?
El vampiro enarca las cejas.
Oh, perfecto. Le lleva dos semanas encontrarle -el muy imbécil se recorrió medio país tratando de matarse, Crowley no había tenido que correr tanto en su vida-, pero el que le incomoda es el demonio.
- Estudiar - contesta. Se encoge de hombros y Crowley chasquea la lengua.
- Que... - trata de encontrar el término - interesante.
Cullen fuerza una sonrisa y asiente.
Debería presentárselo a Azirafel, le caería bien.