TÍTULO: Todo en lo que pienso
FANDOM: Heroes
PAREJA: Nathan/Candice (Petrellicest)
PROMPTS: Filadelfia, tarjeta de crédito
PARA:
jandred, que es un pervertido *mira para otro lado*
SPOILERS: de la primera temporada (y puede que el capítulo flashback de la segunda, pero no realmente)
Nota: Filadelfia es "the city of brotherly love", para los que no pillen la referencia.
Cuando recibe los papeles del divorcio, Nathan mete dos camisas y dos pantalones en el maletero del coche, y conduce hasta Filadelfia con All I'm thinkin' about en bucle.
Podría volar, se dice. Y luego se da cuenta de que no ha volado desde lo de... Desde Peter. Podría volar, y entonces se coloca las gafas de sol sobre los ojos, y sube el volumen.
***
Es un antro de mala muerte, y el recepcionista le mira como si no hubiera visto una tarjeta de crédito en su vida. "Una habitación," dice, "sólo quiero una habitación." Y cuando se da cuenta de que viaja sólo, enarca incluso más las cejas.
- ¿Huyendo de algo? - le pregunta, tiene una sonrisa desdentada, y Nathan no tiene ganas de contestar, así que le tiende la tarjeta y espera que capte la indirecta.
El hombre se ríe, como si fuera una broma interna, y le da la número treinta y cuatro.
***
La reconoce antes de verla por completo. Rostro entre las sombras, falda por los muslos. Le cae el pelo hasta los hombros, y cruza las piernas en unas botas que le llegan a la rodilla. Está apoyada contra su coche y Nathan sospecha que tiene una sonrisa predadora en el rostro.
Y estaría bien, en otra ocasión. Dos pueden jugar a ese juego, y Nathan ya tiene experiencia. Pero no quiere, no tiene fuerzas.
Apresura el paso y no mira hacia atrás, entra en la habitación, y Candice no se mueve.
***
- ¿La ciudad del amor fraternal? Me temo que en el fondo es un romántico, congresista.
Es la voz de Peter, desde la esquina de la habitación. La voz de Peter, y un ritmo felino en la entonación. Así que es eso, piensa Nathan. Cambia de forma, o podría estar soñando. Excepto que nunca sueña con Peter. La mayoría de las veces, nunca sueña.
- Lárgate - murmura contra la almohada -. Ya no tengo nada que ver con Thompson.
Candice se ríe, y Nathan la recuerda, en el despacho, ése día. Las pestañas largas y sonrisa llena de timidez fingida.
"Thompson está muerto," contesta de nuevo, la misma voz sibilante, y su hermano se acerca hacia los pies de la cama. Se apoya con las dos palmas en el colchón, y una rodilla en las sábanas. "Y yo hago de niñera para el nuevo jefe."
Lo dice como si se arrepintiese, pero luego se humedece los labios - los labios de Peter - y avanza dos centímetros. Nathan se incorpora en la cama, sábanas hasta la cintura y ojos adaptándose a las sombras.
- No voy a hablar, si es lo que os preocupa.
Candice se ríe, se acerca poco a poco, y hace a Nathan pensar en un gato, la forma en la que los músculos se mueven debajo de la camiseta de Peter. Aunque no es Peter, y pensar en eso parece una traición, dentro de su mente.
Finalmente se sienta, y Nathan puede sentirla. Costado contra su pierna, y largos dedos acariciando la rodilla por encima de la sábana. No se mueve, deja que el escalofrío le recorra lentamente, y la mira a los ojos. "A mí no," dice. La voz de su hermano resuena en la habitación, y Nathan quiere cerrar los ojos. Quiere cerrar los ojos y creérselo, y la forma en la que los dedos de Candice tamborilean sobre la sábana es casi hipnótica. "A mí eso me da exactamente igual, sólo hago lo que me mandan."
Se lame los labios, y su mano baja por el interior del muslo, desde la rodilla flexionada. "A veces incluso más," y se ríe.
Resuena en la oscuridad, la risa, y Nathan se inclina hacia delante, casi por instinto.
- El informe decía cosas interesantes sobre Peter y tú, Nathan - continúa, y Nathan no parpadea, pero le sujeta la mano antes de que continúe avanzando - ¿Puedo llamarte Nathan?
"No," escupe, le retira la mano de un golpe seco, y Candice se ríe. No es la risa de Peter. Es diferente, femenina. Tiene eco, mezcla de dos voces. "Vamos, sé que no eres ningún puritano," cuando se inclina, susurra directamente en su oído, y Nathan cierra los ojos mientras habla. "No tiene por qué ser un encargo aburrido, Nathan. Podemos divertirnos un rato."
Tiene una mano en su pecho. Nathan se esfuerza por sentir las uñas. Largas, femeninas. Por descubrir perfume, aroma a fresa en los labios. Y en lugar de eso piensa en Peter. Piensa aroma a vainilla y en cómo se agarraba a su espalda, antes de soltar. Antes de dejarle ir.
Piensa que Candice no puede estar haciendo todo eso. Tiene que ser él.
- Es una noche larga, Nathan - continúa, en su oído. Respira, caliente y seco, y Nathan agarra la mano que le empuja el pecho, sólo para notar los dedos bajo la palma -. ¿Qué dices?
Ronronea, mejilla contra su mandíbula, y Nathan siente una extraña opresión en el pecho. Le cuesta respirar, y la mano de Candice no se mueve debajo de la suya. Pero es pequeña, cálida, cabe en la palma de su mano.
Para cuando Nathan gira el rostro, para cuando se inclina en el contacto, Candice ya conoce la respuesta. Se muerde el labio inferior, con una sonrisa que a Nathan le hace sentir frío en el pecho, y ácido por debajo de la cintura.
Y le está traicionando. A Peter. Lo sabe. Lo siente.
No es Peter.
Y puede que Peter no esté muerto, pero esto... Esto no es Peter.
Candice se mueve, de rodillas en el colchón, separándole las piernas con las manos. No es Peter, mientras desliza la sábana, la ropa interior. No es Peter
Pero entierra las manos en su pelo, y el tacto es el mismo. El tacto, el olor. La sonrisa. No es Peter, se repite, mientras Candice le lame entre las piernas.
Y, cuando cierra los ojos, casi lo olvida.
***
Se despierta pegajoso, y con los músculos agarrotados. Nariz hundida en la almohada y sábanas por el suelo. Y hace frío, joder. Están en medio el puto invierno, y esa mujer al menos podría haber tenido un poco de consideración.
Gruñe cuando levanta el rostro de la almohada, y la tarjeta blanca que hay en la mesilla, huele a perfume barato, a algo que imagina que es Candice, y no lo que él vio.
Dulces sueños, y Nathan la arruga y la deja caer al suelo antes de volver a dormir.