Cedric Diggory, los armarios que no llevan a Narnia y la muerte en vida

Feb 26, 2023 10:50






La primera vez que leí los libros, Cedric no me gustó demasiado. No era más que un personaje guapo y perfecto prefecto y capitán de quidditch, del tipo aburrido que sólo quieres que acabe con el prota para que el prota sea feliz.

La primera y la última que me hizo llorar con los libros fue Lily. Lloré cuando aparece su fantasma en el Cáliz de Fuego y lloré al final del todo con los recuerdos de Snape. De la época de los Merodeadores, es mi favorita.

Cedric me empezó a gustar a raíz de un par de fics: uno con Oliver en las duchas, y otro más largo con Harry, en el que se desarrolla su amistad hacia algo más a través de las pruebas.

Mientras escribía ¡Hufflepuff Existe!, volqué mucho de mí en Cedric porque teníamos mucho en común (salvo en lo de ser un guapísimo capitán de quidditch, pero sí he sido representante de mi país junto a otros jóvenes, tanto de Europa como del mundo entero). Hay mucho de sus temores y su furtividad en la relación con Justin que yo he vivido en primera persona.

El monólogo de Cedric en la versión extendida de 2020 lo resume todo. Cedric iba a dar el paso cuando ganara el torneo. Yo cuando volviera de Japón.

Pero no sucedió, porque una parte de mí murió por el camino. No fue bonito y no me siento orgullosa de esa época, pero física y emocionalmente estaba encerrada en mi propio laberinto, donde me llegué a sentir completa y absolutamente sola (el comando-H me lo dejé en casa), y cuando salí no era ya Cedric, sino Edward Cullen (o sea, un no-muerto, no un adonis stalker cubierto de brilli-brilli). ¡Pero poco a poco resucité y mejoré! Quiero pensar que, anímicamente, ahora me parezco más a Neil de Tenet (es mi personaje favorito de Robert Pattison). :D

Desde que regresé a España, he trabajado mucho mi relación con mis padres, pero todavía queda mucho de ellos en la relación de Cedric con Amos Diggory. Como madre, vuelvo a sufrir ciertas tensiones por la libertad de expresión con la que crío a mis hijos.

Además, perdí completamente a mi Justin, algo que aún me duele en el alma, pero fue inevitable. Cada vez que escucho Happy Ending de Mika recuerdo aquellos días tan duros y me vuelvo a sentir la la parte abandonante. Sé que en las rupturas no hay malos ni buenos, porque todos sufrimos, pero el que toma la iniciativa se siente más responsable.

¿Sinceramente? Creo que, aunque Cedric hubiera sobrevivido, su relación con Justin habría muerto. Ahora que mi mente se ha instalado de nuevo en el pasado, en 1996, una época que viví de adolescente, tengo muy claro que una persona tan destacada como Cedric no lo habría tenido fácil para salir del armario.  Y menos mientras Justin siguiera en el colegio. Las relaciones a distancia son veneno, y ésta se habría prolongado hasta la agonía, como me ocurrió a mí. Esa es mi tesis cruel del angelito Hufflepuff.

“O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en un villano.” O un mortífago, según una obra derivativa que puede irse mucho a la m***** porque sólo se salva el Scorbus y Draco, manda huevos de serpiente.

Descansa en paz, Cedric. Ernie cuidará bien de Justin.

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