Una pésima confrontación.

Dec 02, 2010 17:44

Titulo: Una pésima confrontación.
Fandom: Beyblade.
Personajes: Kai Hiwatari & Tala Ivanov.
Género: General.
Rating: T
Advertencias: Insinuación de Shonen Ai.
Resumen: Kai quiere saber por qué Tala pasa de él y no le hace caso últimamente.
Disclaimer: Beyblade no me pertenece. Pertenece al talentoso, Takao Aoki, al cual le agradezco infinitamente por traer a mi mundo tan bella y shipeable obra de arte.

Desde hace un par de días, Kai se había dado cuenta de algo: Tala, estaba actuando raro. No sabía muy bien por qué, pero todo parecía indicar que era algo relacionado con él; aunque el bicolor no estaba del todo seguro, sólo lo intuía. Pero él nunca se equivocaba con este tipo de cosas.

¿Qué pasaba entonces? Sencillo. El pelirrojo de pronto pasaba de él, se mantenía lo más alejado posible de su persona, y apenas e intercambiaban palabras cuando se veían. Algo, que nunca le había pasado con nadie. Por lo general, era Kai el que se comportaba de esa forma con los demás. Nunca Ivanov. Por eso, aquella distancia que cada día se iba ensanchando entre ellos comenzaba a molestarlo, a desesperarlo y a querer saber a qué se debía todo eso, porque no lo entendía.

Hoy, precisamente sería ese día donde hablaría con él y lo confrontaría si hacía falta para saberlo. Ya no lo toleraría más, había llegado a su límite y tomaría las medidas pertinentes para saberlo.

Así que estaba ahí, en el pasillo desierto esperando que el ruso saliera de la reunión que había tenido tanto con el Señor Dickenson como el resto de los capitanes o representantes de los demás equipos. Por suerte, el líder de los Blitzkreig fue el primero en salir y el único en tomar esa dirección para marcharse por lo que nadie más los vería.

“Perfecto”.

Pensó Kai, recargándose en la pared y cruzando sus brazos sobre su pecho hasta que el de cabellos rojos llegara a su lado. Debido al silencio que había en el lugar, el ruso-japonés detectó como los pasos del otro vacilaron por un momento en seguir o no por ese camino al ver al dueño de Dranzer unos metros más allá. Eso, confirmaba las sospechas que Hiwatari tenía sobre sí Tala lo ignoraba a propósito o no. La respuesta era un contundente “Sí”, y ahora, sólo faltaba investigar por qué motivo exactamente.

Cuando el ruso pasó a su lado como si nada, fue el momento justo en el que el nieto de Voltaire Hiwatari le habló.

- Quiero hablar contigo… -dijo, haciendo que el otro se detuviera unos pasos más adelante. Aunque sólo momentáneamente y sin girarse para verle.

- Lo siento… Ahora no, Kai. Estoy ocupado. Hablaremos después…

El capitán de los Blitzkreig Boys dio un paso más, claramente con la intención de seguir con su camino. Algo que Hiwatari no iba a permitir, mucho menos al ver el semblante indiferente y hasta hastiado del ruso.

- Quiero hablar contigo… Ahora.

Le tomó del brazo con fuerza, llevándolo contra la pared para impedir su escape. El golpe seco que hizo la espalda de Tala sorprendió al aludido tanto como la mirada que el menor le dirigía. Y la poca distancia que los separaba, que el ruso pudiera verse reflejando en los ojos amatista de Hiwatari lo estaban poniendo nervioso cuando de nuevo su mente fue capaz de hilar ideas y hasta de quejarse por la cercanía y lo que eso implicaba.

- ¿Q-qué? -con algo de dificultad el pelirrojo cuestionó, ante la mirada penetrante y analítica del otro.

Era como si Kai pudiera ver su alma y saber lo que pensaba, y eso no le gustaba. Era demasiado peligroso.

- ¿Qué diablos te pasa?-le reclamó, al cansarse de mirarlo y no encontrar nada. Sólo leve nerviosismo o lo que él identificó como frialdad y algo de indiferencia.

- ¿A mi? Más bien… ¿qué diablos te pasa a ti, Kai? Yo no soy quién te lanzó contra el muro…

- Suficiente…. -le calló, detallando en cada gesto y expresión que esté hacía.- Sé lo que has estado haciendo… ya me di cuenta de eso.

- ¿Qué? -el ruso mostró evidente sorpresa por sus palabras, pero aún así trató de ocultarlo. De fingir que no sabía de qué le hablaba.- ¿D-de qué diablos estás hablando, Kai?

- No te hagas el idiota conmigo. -repuso.- ¿Creíste que no me daría cuenta o qué…?

Ivanov tragó con dificultad, viendo que ahora no tenía escapatoria. Kai ya lo sabía y ya no podría fingir más; mantenerlo en secreto sin que éste se enterara.

- Dime qué diablos pasa contigo y por qué me has estado ignorando. -le demandó, a lo que el dueño de Wolborg sólo desvió su mirada y un leve sonrojo surcó sus mejillas.- No te voy a dejar ir hasta que me lo expliques…

- ¿Q-qué te lo explique? -murmuro, alzando una ceja confundido ante sus palabras.- ¿Qué… no me habías dicho que ya lo sabías; que ya te habías dado cuenta de eso?

- Sí. -asintió el otro sin quitar su mano que aún tenía sobre el hombro de Tala.- Te dije que ya me di cuenta de que me estás ignorando a propósito, dime por qué…

El otro bey-luchador puso los ojos en blanco por algunos segundos.

- Está bien, te lo diré... -apartó al ruso-japonés con molestia, recuperando su espacio personal.- Me gusta alguien, ¿de acuerdo? Si he estado ocupado, pensando en otras cosas y pasando de ti es por eso, bien. ¿Ya me puedo ir entonces?

Tala volvió a dar un par de pasos más, gruñendo por lo bajo ante la situación que acababa de darse. Mientras que de todas las respuestas posibles que el pelirrojo le pudo dar a Kai, esa jamás se la esperó. Fue tanto su sorpresa inicial que aún no se recuperaba de ella.

- ¿Y… quién es? ¿Una de tus admiradoras o quién?

Le preguntó el otro, alcanzando al ruso que no volvió a detener sus pasos.

- Nadie en especial. Sólo una persona... idiota.

La respuesta no hizo sino más que confundir más al bicolor. ¿Por qué Tala llamaba de esa forma a la persona que supuestamente le gustaba? Eso… tampoco lo entendía.

- Pero descuida… -le dijo el pelirrojo.- Tal parece que esa persona no está interesada en mí. No me extraña, si ni siquiera sabe que le pasa a ella misma.

Y Tala tenía razón. Kai ni siquiera se enteraba de lo que le pasaba a él, ¿cómo esperaba que lo hiciera con los demás? Con él mismo, que había creído que el bicolor ya se había dado cuenta de sus sentimientos, pero no. Con algunas cosas Hiwatari no era tan inteligente y suspicaz como todos pensaban, mucho menos con temas como el Amor.

Fin.

p: tala ivanov, a: beyblade, reto diario, p: kai hiwatari

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