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Jan 08, 2010 16:59




Titulo: El Último Juramento.

Fandom: Death Note.

Personajes: L, Mello y Near.

Género: Angustia, General.

Rating: T

Advertencias: Semi AU.

Dedicado a: Mi mejor y querida amiga, Sandy (D. Lawliet).

Resumen: Versión alterna a cómo Near y Mello se enteraron de la muerte de L y qué hicieron respecto a ésta.

Disclaimer: Death Note no me pertenece. Pertenece a los grandes y talentosos, Tsugumi Ohba y Takeshi Obata, a los cuales les agradezco infinitamente por traer a mi mundo tan bella, respetable y shipeable obra de arte.

08/01/10

Capitulo 2- El Último Juramento.

Era imposible.

Roger no podía haberles dado esa noticia hacía tres horas atrás. Sus palabras, seguían resonando en la mente de Near.

“L ha muerto. Su cuerpo... ya viene en camino”.

“¿L, muerto?”

Había sido Mello el primero en cuestionar. Sin digerir aún la mala noticia.

“¿Cómo? ¿Por qué?” Demandaba un azorado rubio, pensando que podía ser una broma de mal gusto de parte de Roger.

Pero su semblante y su expresión, se los confirmaba. Era cierto. L había muerto.

“¿Y Watari?” le había preguntado entonces él, atrayendo la atención del otro.

“¡Cierto!” Afirmó al instante el oji azul. “¿Qué te dijo Watari? ¿Sabe quién lo hizo? ¿Sabe quién lo mató? ¡Dinos por favor, Roger!”

Sí aún era posible, Mello se alteró aún más. Prácticamente se había subido a su escritorio al tiempo en que cuestionaba entre gritos. No obstante, el hombre mantenía desviada su mirada y no sabía ni siquiera cómo continuar. Su voz sonó quebrada desde el momento en que prosiguió.

“Watari...” Había articulado con dificultad, obligándose a hacer una pausa.- “Él también... murió”.

Después de aquella amarga confesión, todos se quedaron en silencio por algunos segundos. No se lo creían.

L y Watari, ¿muertos?

“¡No puede... ser!”. Musitó por lo bajo y desconcertado el rubio, apoderándose de él la rabia.- “¡¿Cómo pasó?! ¿Fue Kira, cierto? ¡Kira mató a los dos! ¡Ése desgraciado! ¡Dime todos los detalles, quiero saberlo Roger!”

“Está bien, pero... ¡tranquilízate, Mello!”.

Que Roger se lo pidiera era lo más natural del mundo, éste aún se encontraba en shock y se estaba dejando llevar otras vez por sus emociones.

“Según el informe...” -revisó los papeles que había impreso.- “Esta tarde a las 7:49 p.m., el corazón de Watari sufrió de un ataque al corazón; minuto y medio después, L cayó también de un ataque al corazón. Los dispositivos en sus cuerpos confirmaron sus muertes quince minutos después, y la computadora inició la transmisión”. -hizo una pausa, tomando un poco de aire y acomodándose las gafas.- A las 8:15 p.m. y según mi orden, un escuadrón entró al edificio con la misión de recuperar sus cuerpos; media hora después, habían salido del aeropuerto”.

Tres horas después, Mello y él se encontraban en una habitación especial que había sido destinada para su velación detrás de la casa.

- ¡L, por qué!

Desde que habían colocado al detective y a Watari en esos colchones especiales, donde la única decoración eran ramilletes de flores simples y velas a su alrededor en el suelo, Mello no se había apartado en ningún momento de L.

Había hecho que su cabeza descansara en su regazo, acariciando su cabello tan oscuro.

Parecía que dormía, pero no era así.

De tanto en tanto algunas lágrimas se le salían, pero como estaba Near, se las limpiaba con la manga y fingía que estaba bien, que no estaba llorando, aunque así era.

- Ataques al corazón... -articuló de pronto el otro, atrayendo su atención.- Sabes que no son...

- Coincidencia, lo sé. -completó con un mohín de disgusto.- ¡Fue Kira! ¡Ese maldito!

Todo su cuerpo se tensó y sus manos se cerraron con fuerza.

- Me las pagará... -murmuraba Mello, colocando con sumo cuidado al detective en su sitio.

Una última caricia en su rostro y se puso de pie con la intención de marcharse.

- ¿A dónde vas, Mello?

A pesar de preguntarle con su tono tan usual, tan neutro y carente de emoción, la pregunta exigía una clara respuesta, era una orden a que respondiera.

- ¡¿Qué no es obvio?! -le gritó, dándose media vuelta y mirándolo fijamente.- ¡Iré a Japón y mataré a Kira con mis propias manos! ¡Te lo juro, Near!

Sus ojos centellaban con una ira y un odio que jamás había sentido.

“Si vas ahora... -le había dicho por lo bajo, enrollando tranquilamente uno de sus mechones al ver que lo había retenido.- Lo único que lograrás es que Kira te mate. ¿Crees que L querría eso?

- ¡No, pero...!

- Trabajemos juntos, entonces... -se le adelantó una vez que le interrumpió, proponiéndole un plan.- Como sucesores de L y... atrapemos juntos a ese loco asesino. Le venceremos, Mello. Vengaremos a L, ¡Kira lo pagará!

La expresión de Near era seria, pero sus ojos reflejaban un brillo de molestia e indignación.

El aludido por su parte analizó por algunos segundos la propuesta.

Sí Near y él trabajaban juntos no había forma que Kira los venciera, fuera cuál fuera, su poder misterioso que le permitía matar a quién fuera. ¿Pero cómo sus sucesores?

- No, lo siento... -contestó al fin, muy serio.

- Mello, sabes que L no nombró a su sucesor, lo único que podemos hacer es... -pero fue interrumpido.

- ¡¿Y crees qué me importa quién debe ser su sucesor?! ¡Near...! -le gritó.- ¡Kira mató a L! ¡Nos arrebató a la única persona que tenía nuestra admiración y respeto! ¿Y tú me dices que quieres que trabajemos juntos, cómo sus sucesores? ¡No, lo siento! Pero haré esto a mi manera... ¡Yo mismo le mataré!

- ¿Por qué siempre tienes que ser tan testarudo, Mello? -replicó.- Sabes que sí esperamos un par de días más, obtendremos la bitácora e información del caso Kira.

- Pues suerte con eso... -agregó.- Yo mismo les traeré su cabeza cuando la tenga. -fueron sus últimas palabras, dándole un último vistazo al detective. “Te lo prometo, L”.

Y se marchó. Su destino próximo: Kanto, Japón.

Una vez solo, Near se acercó a L. Se sentó a su lado, tomando con mucho cuidado su mano. Estaba tan fría.

Su cuerpo cada vez estaba más pálido, y los signos de muerte eran más que evidentes.

Era real.

Ésta no era una de las Representaciones mentales que ellos tenían y tampoco, tampoco era una representación teatral de aquel cuento llamado Blanca Nieves; que con un beso, despertaría del letargo de la muerte.

En la realidad, nada podía vencer a la Muerte. Una vez que llegaba, era inevitable hacer algo en su contra.

Así que hizo lo único que podía hacer por L.

- Te lo prometo. -le susurró.- Haré que Kira pagué por esto con su propia vida. Lo juro, L.

Y para cerrar con su solemne juramento se inclinó, depositando un beso sobre su mano que seguía sosteniendo.

Mello o él se encargarían de Kira. El primero a su manera y de forma ilegal, y él, Near, lo haría como su sucesor, haciendo prevalecer su Justicia. Era una promesa.

Fin.

p: l, a: death note, p: near, p: mello, practice

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