† OBSESIÓN †
por
Tary Nagisa
Fandom: Bey Blade
Personajes: Kai Hiwatari.
Género: General, Misterio.
Rating: T
Advertencias: Para éste capitulo, ninguna en especial.
Resumen: Él estaba obsesionado. Y de una u otra forma, deseaba hacer pagar a Kai; con su cuerpo, y con su alma.
Disclaimer: Bey Blade no me pertenece. Pertenece al talentoso, Takao Aoki, al cual le agradezco infinitamente por traer a mi mundo tan bella y shipeable obra de arte.
1. Capitulo 1- Encadenado o ¿Dónde Estoy?
Las personas en Moscú, Rusia podían decir que eran las 7:30 p.m. si alguien se los preguntase.
Muy a diferencia de un bicolor, que yacía inerte y acostado bocarriba sobre una cama. Sus ojos, permanecían cerrados, al tiempo en el que su respiración era lenta y rítmica, lo cual sugerían a simple vista, que dormía tranquilamente.
No obstante.
Sus ojos se abrieron lentamente, encontrándose recostado en el suelo.
Por lo que poco a poco se incorporó, poniéndose de pie para ver el lugar en el que se encontraba. Un par de miras largas al lugar y...
- ¿Dónde? ¿Dónde estoy? -musitó en voz baja y algo aturdido, viéndose rodeado de una gran oscuridad y en un lugar que no logró reconocer.
Quizá en parte, por los ruidos que comenzaron a aumentar su volumen, tales como gritos desesperados, gemidos y hasta lamentaciones. Todo era bizarro y comenzaba a deformarse, incluyendo los sonidos, por lo que se llevó ambas manos para cubrir sus oídos, tratando de hacer que aquello parara.
Comenzaba a transformarse en un infierno.
- ¡¿Kai?!
Pero aquel lejano llamado a su persona logró percibirlo entre tanto barullo, haciendo que enfocara su vista hacia un punto y luego a otro. La voz había sonado preocupada, aunque no sabía de quién era.
Un tenue “¿Eh?” escapó de sus labios, permaneciendo alerta por si volvía a escuchar la voz, que por cierto, le había parecido un tanto... familiar.
Lo cual no sucedió a causa de los gritos y sonidos que se intensificaron, aumentando tanto su volumen como su agudización.
-¡Kai!
Pero la voz tampoco se amedrento, sonando con más fuerza y firmeza, notándose claramente la desesperación que la palabra llevaba.
Todo comenzó a darle vueltas; a acercarse a él las cosas que le rodeaban. Los ruidos se volvían lentos y deformes, y un repentino y taladrante dolor de cabeza lo atacó, haciéndole caer de rodillas al tiempo que llevaba sus manos para sostener su cabeza. Para hacer que aquello parara.
Y quizá lo hizo, pues sus ojos se abrieron en un breve pestañar, incorporándose como resorte a una velocidad alarmante.
- ¡Ah! ¡Ah!
Su respiración estaba más que acelerada. Su cuerpo temblaba, y en su frente se acumulaba el sudor que aquello le había provocado.
Un... un sueño. Una pesadilla, más bien. Así que una vez analizado lo sucedido y que su respiración se regulara un tanto, se percató entonces del lugar en el que estaba.
Para nada reconoció lo que había en esa “habitación”, si es que se le podía llamar así a aquel espacio en el que había recién despertado.
¿Dónde estaba? ¿Y cómo había llegado ahí?
Eran preguntas que le asaltaron la mente, mientras detallaba más en el espacio con cuatro paredes y una horrible puerta.
De verdad, que no podía recordar nada que le dijese cómo había llegado ahí. Y eso lo frustró.
Así que trató de bajarse de la cama y moverse, aunque eso le fue.... imposible. Algo no sólo lo retuvo sino que también lo jaló un poco, sintiendo un tirón que llegó a lastimarlo. Por lo que al centrar su vista en ello, se dio cuenta de que unas esposas y cadenas eran las que lo retenían tanto a los barrotes de la cabecera, como a las patas de la cama, impidiéndole así, que bajara de ella.
Su desconcierto y sorpresa aumentó, por lo una vez más sus ojos escanearon la habitación en busca de alguna respuesta que pudiera decirle dónde y por qué se encontraba ahí, y más que nada, en aquella situación.
Y justo en ese momento, un recuerdo apareció ante sí.
/-Flash Back-/
Eran las 8:20 a.m. en la Abadía.
Y como todos los días y después de que había vuelto a Rusia, Kai se levantaba temprano; entrenaba un rato, tomaba una ducha, y por último, desayunaba con el resto de su equipo.
Sí. Esa era justo su rutina matutina.
Y como aún era temprano -las 8:21 de la mañana- seguía entrenando con Dranzer en una de las habitaciones especializadas ahí, en la abadía.
- ¡Eso es, Dranzer! -decía, al ver como lanzaba del bey-estadio a los tres blades con los que se enfrentaba. Reprimir la sonrisa que sus labios sostenían era imposible.
- ¡Entrenando como siempre! -dijo una voz, lanzando su blade al plato para darle batalla a Kai.
Éste volteó a verlo una vez que reconoció tanto el blade como su voz, encontrándose con un altanero, presumido y seguro, Tala Ivanov.
- ¡Por qué no me sorprende! -le dijo, riendo un poco hasta llegar a unos metros de él.- ¿Tanto entrenamiento... funciona, Kai?
La sonrisa arrogante que mantuvo mientras cruzaba sus brazos fue la confirmación al cien por ciento de la arrogancia y superioridad que el pelirrojo siempre se cargaba. Ver que afianzaba su ataque no le sorprendió; el bicolor ya se lo esperaba.
- ¡Por supuesto! -asintió.- ¡Obsérvame! -dijo, atacando varias veces su blade hasta que salió del plato, yendo a parar directo a la mano de su dueño.
- ¡Hmf! ¡No está mal! -su sonrisa se amplio un poco y entrecerró sus ojos.- Pero tampoco es la gran cosa. Yo lo hago mejor -lo miró fijamente, y sobre todo confiado.
- ¿Eso crees? -contrapuso Kai, sonriendo esta vez él ante sus palabras.- ¡Demuéstramelo! -atajó, atrapando su blade y colocándolo de nueva cuenta en el lanzador.- ¿O sólo eran palabras y presunciones... tuyas? -su sonrisa, aumentando por segundos.
- Hm. -Tala, simplemente sonrió.- ¡Hagámoslo! -y tomó posición de batalla.
- ¡Bien! -contestó el ruso-japonés, tomando la misma pose.
- 3... -inicio con la cuenta regresiva Kai, secundándole Ivanov con el siguiente número.- Uno... -articuló, haciendo una pausa en la que ambos se analizaban fija y mutuamente.
- Le rit rip! -gritaron al mismo tiempo, lanzando sus blades que cayeron en el plato.
\-End Flash Back-\
- Eso... eso sucedió en la mañana, antes de... desayunar. -dijo en voz baja, llevándose una mano a la cara.
No podía creer que el primer retazo de su mente fuera una viñeta de la mañana.
Y entonces... otro recuerdo apareció.
/-Flash Back-/
Las 3:05 p.m.
Después de la comida, y de rehusarse a ir con los tres rusos a una exposición al centro, había optado mejor por dar un largo y reconfortante paseo por las calles de Rusia. La caminata ya se había extendido a más de una hora y sin caminar sin ningún rumbo fijo, se dirigió mejor a uno de sus lugares favoritos.
Un parque de la localidad, donde podía descansar y reposar en absoluta tranquilidad y calma, rodeado únicamente de la naturaleza y el aire tan limpio.
Así, llegó al lugar deseado, adentrándose a éste y tomando asiento bajo un enorme y frondoso árbol, el mismo, en el que descansaba todas las veces que iba.
Llevó sus manos a su nuca, recargándose en el tronco de éste, mirando el enorme y azul cielo que le hizo relajarse y que sus pensamientos, volaran inmediatamente. Nada, más que calma absoluta.
El viento sopló, moviendo sus mechones y también, un pedazo de hoja que permanecía debajo de una piedra a un costado de él.
Al escuchar aquel ruido dirigió su vista hacia esta, encontrándose con que debajo de aquella roca permanecía una especie de hoja blanca doblada, que ante la brisa del viento se ondeaba, por lo que al final se levantó un poco intrigado.
“¿Una nota?” -asoció, quitando la piedra que impedía que esta volara, tomándola extrañado entre sus manos.
Al voltearla, leyó.
“Para Kai Hiwatari”.
Inmediatamente su vista miró en todas direcciones, buscando alrededor a alguna persona que pudiera haberla dejado, pero no vio a nadie. Así que terminó de desdoblarla y continuó su lectura.
Al terminar de leer frunció el ceño un tanto confundido, cambiando su semblante segundos después.
-¡Hmf! A las 5:30 p.m. en Revrid ¿verdad? -sonrió un poco, recostándose de nuevo y mirando el cielo.
- Ahí estaré... -momentáneamente, sus ojos brillaron.- Seas quién seas... -la pequeña sonrisilla se mantuvo, apareciendo de manera breve la imagen de cierto pelirrojo en su mente.
Y la hoja que había dejado a su lado voló, siendo llevada por el viento hasta uno de los arbustos más cercanos, y ahí, se ancló. Se bamboleaba, revelando el contenido del mensaje.
“Kai, te desafío a un desempate... la revancha.
He mejorado desde nuestro último encuentro y estoy seguro de que esta vez seré el ganador.
Te espero en Revrid#85 a las 5:30p.m
No faltes. A menos, claro, de que tengas miedo de que te gane”.
El viento volvió a soplar, doblando la hoja y meciendo todo a su paso.
\-End Flash Back-\
- En cierto... -musitó asombrado el ruso-japonés, recordando el motivo por el que había acudido a dicha dirección.- Fui a ese lugar y me encontré con...
Sus palabras quedaron a medias, escuchando y viendo como la puerta oxidada era abierta, mostrando una figura muy conocida.
- Veo que por fin despertaste, Kai. -le dijo, sonriendo mientras cerraba la puerta tras de sí.
- ¿Tú? ¡¿Dónde estamos y por qué estoy esposado?! -cuestionó con molestia, al ver su semblante tan... tranquilo.
¿Es que acaso el muy idiota ignoraba que lo tenía atado y sabrá-Dios-dónde?
- Mmm.... ¿No lo recuerdas? -su sonrisa se mantuvo, haciendo un gesto de diversión al ver su expresión de desconcierto ante lo mencionado.
Continuará...