Autor: Tary Nagisa
tary_nagisa Fandom: Bey Blade
Personaje: Tala Ivanov
Tema: #10. Marioneta
Titulo: Marioneta o ¡Lo que más odio!
Género: General
Advertencias: Algunos spoilers dispersos
Disclaimer: Bey Blade No me pertenece sino a Takao Aoki. Yo... no pretendo hacer lucro de su trabajo, solamente tomé prestados a sus personajes para hacer un pequeño y simple Fic.
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*Fanfiction.Net:
http://www.fanfiction.net/s/4298478/2/Symbolic_Table_BB_Riyinny *Amor Yaoi:
http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=30768&chapter=2 Tema #10 Marioneta
/-Flash Back-/
Toc, Toc, Toc...
- ¡Paquete para el joven Tala Ivanov! -se había escuchado tras aquel llamado a la puerta-
- ¿El joven Tala? -preguntó dudoso el hombre al ser abierta ésta, dejando ver a una persona bajo el marco de la puerta-
- Firme aquí por favor...- pidió amable, después de recibir un asentimiento por parte de aquel joven, entregándole la tabla con la hoja que debía ser firmada.- Aquí tiene... - le entregó el paquete, colocándose la tabla bajo el brazo.- ¡Qué tenga un buen día! -dijo por último, retirándose del lugar-
\-End Flash Back-\
De aquello, hace más de media hora, y él... seguía ahí, después de cerrar la puerta y ver qué era lo que contenía aquel paquete sin remitente.
En el mismo lugar, sin moverse ni un poco... observando desde la ventana de su habitación en aquel hotel de Japón.
El tercer campeonato mundial había terminado...
Los Blitzkreigs Boys habían quedado en segundo lugar. No habían ganado... Tan cerca, pero no...
No le importaba.
Lo único que le importaba, era lo que sucedería después, y aquello que tenía en ese momento en sus manos.
Aquello que había llegado en el momento menos propicio, y al mismo tiempo, en el más conveniente.
Contradictorio...
Lo sabía... Así era, y no le importaba.
No le importaba, porque tenía en sus manos un objeto tan repulsivo, odiado, y al
mismo tiempo, tan afín con él.
Una...
“Marioneta...” -dijo en su mente, dejando libre sus pensamientos y asociaciones respecto a eso-
“Una marioneta es un muñeco con hilos que es movido y manejado al antojo de aquel que lo mueve...”
- ¡El titiritero! -exclamó sobresaltado, estrujando con fuerza aquel objeto que yacía entre sus manos-
Una figurilla...
Una marioneta...
Un objeto que había llegado de improvisto para perturbarlo y hacerlo reflexionar...
Para recordarle lo que en un tiempo fue...
¿Quién lo mandaba?
¿Por qué ahora?, ¿Y por qué a él?
Tan ensimismado estaba, que ésta resbaló de sus manos, quedando en ellas
únicamente los hilos y crucetasque hacían que se moviera.
El ruido que hizo al caer atrajo su atención, dirigiendo su vista al suelo.
Ahí, a sus pies... yacía el inerte objeto.
¡El objeto que más odiaba en todo el mundo!
Sus ojos se acentuaron en el, viéndole con un profundo desprecio y odio.
Por largos segundos más, le siguió observando... recogiéndola al final.
De nuevo en sus manos…
Su vista permanecía fija. En un solo punto… únicamente, en aquel objeto.
- En mis manos… tengo el objeto que más desprecio en todo el mundo, pero... -hizo una pausa, levantando confundido el ceño-. Al mismo tiempo... es el objeto que mejor me representa...- su mirada quedó oculta-
- Una marioneta... ¡Una simple, típica y patética marioneta!...- entrecerró sus ojos, sonriendo con sarcasmo.
- ¿Eso es lo que soy?- susurró con burla, riendo por lo bajo- ¡Lo fui!... -afirmó, cuestionándose después- ¿Lo seguiré siendo? -al terminar su interrogante, sus ojos se abrieron con sorpresa al percatarse de algo.
Se parecían...
Ahora que reparaba detalladamente en aquel objeto, se parecía mucho a él…
Un muñeco de madera con sus mismos rasgos físicos, ¡Y hasta con un aire en su forma de vestir!
Su cabello, era del mismo color. Sus ojos, casi del mismo tono. Aquel títere de madera incluso imitaba su semblante serio y frío... su forma de ser.
¿Quién diablos le había mandaba eso?
¿Por qué ahora?
Porque justamente en el día en que ellos, los Blitzkreigs Boys, conocidos anteriormente como los Demolition Boys, se enfrentaría y detendrían los malignos planes de Boris.
¿Por qué... ahora?
¡No lo entendía!
¡Era el momento que los rusos habían estado esperando, y... aquel objeto aparecía de esa forma en su maldita vida!
¿Una señal?, ¿Una predicción?, ¿Un mal augurio?
¿Qué significaba eso?
¿Por qué lo perturbaba de esa forma?
¿Por qué sentía todo eso en su interior?
¿Por qué sentía esa identificación con aquel objeto?
Vagas imágenes aparecieron en su mente...
… .
Hace 2 años atrás...
El campeonato mundial en Rusia...
Su primera batalla contra Eddy...
Su renacimiento como cyber-Tala...
Aquella pequeña discusión e intercambio de palabras después de la incorporación y victoria de Kai para los Demolition Boys...
La abstracción de las bestias bits que Black Dranzer guardaba...
Su juramento hacía Biovolt y Voltaire...
Eso y más, apareció ante él...
Recuerdos que no podía olvidar.
Y no lo olvidaba, porque aún se veía a sí mismo en esos momentos...
Porque ahora su pasado regresaba, y le reafirmaba lo que había sido...
Porque había sido manipulado con unos hilos invisibles que hasta ahora podía ver, y dudaba, si estos habían sido cortados hace tiempo, o aún permanecía atados a ellos.
Como una marioneta...
Manejado al antojo de alguien más. Siguiendo sumisamente las órdenes de otro ser.
Alguien que se ocultaba entre las sombras y no lograba vislumbrar, y que posiblemente, aquel ser no sería más que otra marioneta más de aquel teatro cirquero, donde el dueño del lugar era más que desconocido.
Pero no importaba, porque de todas formas, él estaba sujeto a las órdenes y deseos de su titiritero. Un individuo que a pesar de permanecer tras el telón, sus risotadas e incoherencias le llegan perfectamente hasta sus oídos, realizando la acción deseada a pesar de su renuencia y negación.
Su palabra y deseos no contaban… no importaban en lo más mínimo. Si estaba ahí, era para cumplir con su misión encomendaba, nada más que para eso.
Como una buena y obediente marioneta, sólo tenía que hacer los movimientos previamente establecidos, al mover o tensar un poco más los hilos, no más.
Dudas no había, Tala Ivanov había sido una dócil marioneta, que había cumplido al pie de la letra todas y cada una de sus ordenes establecidas, todas… hasta que éste despertó. Hasta que se negó a seguir las ordenes de su amo y señor, al perder en la final del primer campeonato mundial.
A partir de ese momento, dejó de ser el títere personal de aquel hombre, renunciando a un destino que le había sido impuesto con engaños, luchando ahora cada día por su nueva libertad.
- Si yo... Ivanov Tala, era y soy la marioneta, ¿Quién era el titiritero entonces? -cuestionó confundido para sí, respondiéndose en escasos segundos-
- ¡Boris! -sus dientes rechinaron-. ¡Él era el titiritero! -exclamó con rabia, cerrándose con fuerza sus puños-
- ¡Él era el que movía los hilos, y yo sumisamente, obedecía todas y cada una de sus ordenes!, ¡Siempre fue así!, ¡Yo era su marioneta y él era el titiritero!, ¡Maldición! -su puño fue a estrellarse con fuerza en el cristal, permaneciendo por largos segundos sobre éste-
- ¡No más! -sentenció molesto, permaneciendo su mirada oculta- ¡Ya me... cansé de ser la Marioneta de otros! -espetó, levantando su vista y brillando intensamente sus ojos violetas-
- ¡Ya no seré... el títere de nadie!... -susurró con rabia, intensificándose su mirada- ¡Ni de Kai, de Voltaire, y mucho menos… de Boris! -sus nudillos enrojecieron por la presión ejercida-
- ¡Esto termina hoy mismo! -alzó su vista- ¡Esto será el…! -un sonido se escuchó-
Toc, Toc...
- Tala... -la puerta se abrió, dejando ver a los otros dos rusos; sus compañeros de escena. Sonrió-
- Es hora... -señaló Spencer, al verlo de espaladas junto a la ventana-
- ¡Hay que detener a Boris! -explicó Bryan, con un evidente tono de determinación y emoción en su voz-
- Sí... -respondió el pelirrojo, entrecerrando sus ojos- ¡Vayamos! -se giró, viendo a ambos rusos bajo el marco de la puerta-
“¡Es el momento de demostrarle a Boris, que ya no soy su marioneta!... -dejó a su representación en la cama, mirando con determinación a sus compañeros de equipo e infierno- ¡Nunca más!” -sus puños se cerraron con fuerza, caminando determinante hacía la puerta-
- ¡Acabemos con Boris, y sus estúpidos sueños!... -acotó seriamente, sorprendiendo a los recién llegados-
- ¡Si! -respondieron al unisonó, siguiendo a su líder con una pequeña sonrisa en sus rostro-
El día y la hora habían llegado…
Detendrían a Boris costara lo que costara. No importaba si el precio que tendrían que pagar fueran sus propias vidas. El desligue de los últimos hilos a esas crucetas valía la pena.
Fin
El segundo que termino, faltan 28 T.T