Titulo: Nubes.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato y Hibari Kyoya. Tsuna y Yamamoto brevemente.
Género: Familia. Romance.
Rating: T
Advertencias: Semi AU, si consideramos que los Guardianes Vongola controlan literariamente su llama.
Para:
retos_a_lacarta. Tabla:
Abecedario. Tema: #53. Nube.
Resumen: Hibari felicita a su manera al herbívoro rebelde en su día.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No, no es mío, todo de Akira Amano.
09/09/12.
Gokudera cada vez pierde más la paciencia.
Y es que ese día desde que ha puesto un pie en la escuela, aquella fastidiosa cosa sobre su cabeza lo ha estado siguiendo a cada parte que va.
Aquello es molesto, estúpido y ridículo. Porque en serio, ¿una nube? Tener sobre tu cabeza una maldita nube blanca que te sigue como tu sombra es… ¡una verdadera estupidez!
Y por más que la espanta o trata de disolverla ésta sigue ahí, volviendo a formarse ¡y siguiéndolo a todas partes!
¡Maldición!
Lo peor de todo es que al ser el Guardián de la Tormenta de su querido Décimo y tener control sobre las nubes, la lluvia, el rayo y el viento, cuando se enoja y desespera más como en ese momento, aquella nube blanca se vuelve negra y más grande, liberando algunos rayos que desaparecen después de unos minutos al rebotar en el piso y en el techo, aquí y allá, sin llegar a lastimar a nadie muy diferente de las gotas de lluvia que sí lo mojan más por momentos y eso es lo que lo enfurece tanto al no poder controlar de ninguna forma aquella maldita nube blanca o sus odiosos efectos que caen en él.
Y como consecuencia, ahora está completamente empapado de la cabeza hasta los pies y sin ninguna "justificación racional" a ello porque afuera no llueve (sólo sobre él) y tampoco se ha caído en la piscina o algo así por el estilo.
Aquella escena podría ser graciosa para muchos, pero para él no lo es. Está llegando a su límite y eso lo notan tanto Tsuna como Yamamoto que no saben qué decirle para calmarlo, ellos mismos aún no se explican por qué su amigo tiene una nube arriba de su cabeza.
- ¿Gokudera-kun?
- Deberías de irte a cambiarte, Gokudera. Te hará daño si…
- ¡Al diablo con esto! -sentencia molesto al no soportarlo más.
- ¿Eh?
- ¿A dónde vas Gokudera?
Ni uno ni otro se explican a dónde va con tanta prisa y vuelto una fiera; parece más bien que va a matar a alguien y sus palabras dan eso a entender.
- ¿A dónde más? ¡A terminar con esto de una maldita vez!
Y sin decirles nada más, se dirige a buscar a la única persona que tiene que estar detrás de todo esto. Quién más sino que Hibari Kyoya.
¡Rayos! Y con lo mal que se lleva con él... seguramente el maldito lo hizo para fastidiarlo. Pero que recuerde, no lo ha desafiado los últimos días ni tampoco roto ninguna regla.
Sólo queda una opción: el bastardo debe de estar aburrido. ¡Lo que le faltaba!
Sin más, llega a la azotea de la escuela y abre la puerta.
- ¡Hibari! -le dice en cuanto lo ve.
Él se gira y voltea a verlo como si nada. Su estado empapado es en lo primero que repara, después, en la cosa que vuela sobre su cabeza. Sonríe ligeramente divertido por esa escena.
- ¿Qué quieres herbívoro?
- ¡Tú…! -en tres pasos se acerca a él.- ¡Puedes quitarme de encima está mierda de una maldita vez! ¡Es molesto!
- Hn. -entrecierra divertido sus ojos al escuchar sus palabras.- ¿Y qué te hace pensar que yo te puse eso?
- ¡No te hagas el idiota conmigo! ¡Ambos sabemos que te guste o no, eres el Guardián de la Nube!
- ¿Y eso qué?
- ¡Qué puedes controlar a tu antojo cualquier nube y hacer que se propaguen! ¡Estoy seguro que algo como esto no significa ningún esfuerzo para ti! ¡Sé que esto es obra tuya, Hibari! -le acusa.
- ¿De verdad crees eso, Gokudera Hayato?
- ¡Sí! -dice con convicción.
Un par de segundos más pasan y el prefecto hasta entonces le contesta.
- … No sé de qué me estás hablando. -y se gira para que no vea la pequeña sonrisa de satisfacción que tiene en los labios.
Después de todo, el herbívoro tiene razón. Esa mañana en cuando lo vio entrar a su escuela fue que formó esa nube blanca y esponjosa para que lo siguiera a todas partes como una sombra.
¿La razón?
Simplemente quería atraer su atención y por fin lo ha logrado, lo tiene ahí y sin el otro par de herbívoros alrededor.
Que el herbívoro esté mojado ante él no era parte de su plan. Al parecer aquella nube reacciona a sus emociones y he ahí el motivo por el que se encuentra así. Sonríe otro tanto, pues eso sólo confirma más su idea de que las nubes y la tormenta siempre van de la mano y deben de estar juntas, ellos como Guardianes no son la excepción.
Claro que Gokudera ignora los pensamientos del prefecto y sólo se enoja más.
- ¡Maldición, Hibari! -lo retiene del brazo para hacerlo girar, encarándolo realmente enfadado.
La nube sobre sí vuelve a tornarse negra y más grande, liberando rayos y con ello, lluvia también. Esta vez hasta el viento se vuelve intenso a su alrededor, anunciando literalmente una tormenta sobre su cabeza.
Hibari ve que no se equivocó en su suposición, mirando al herbívoro y no precisamente porque ahora él también se esté mojando por su culpa, eso no le importa.
- ¡Maldición! ¡Quítame esto de encima, bastardo!
- No quiero. -es la escueta respuesta que le da sin cambiar en ningún momento su semblante burlón.
- ¿Qué? ¡¿Admites entonces que esto es obra tuya?!
- No. -y se cruza tranquilamente de brazos.
- ¡¿P-Pero qué diablos…?! -al verlo, le da un tic en su ceja terminando con la poca paciencia que aún le quedaba.- ¡Qué es lo que pasa contigo, Hibari! ¡¿Crees que esto es divertido?! -y lo toma con fuerza de su chaqueta para enfrentarlo.
Ese es el momento que Hibari ha estado esperando. Ahora, el herbívoro está muy cerca de él y no puede culparlo después por lo que hará.
- Hn. -sonríe de medio lado al mirar primero sus labios y luego sus ojos.- Feliz cumpleaños, herbívoro. -y sin más lo besa.
"¿Eh?".
La Tormenta se queda en blanco por varios segundos, tanto por la acción de Hibari que no dura mucho así como por sus palabras. Sin darse cuenta, la nube a su alrededor vuelve a hacerse pequeña y blanca como en un principio e incluso deja de llover sobre ellos.
Gokudera está ocupado pensando en otra cosa como para darse cuenta de ello. ¿Qué le ha dicho Hibari? ¿Su… su cumpleaños? Y entonces repara en qué día es. ¡9 de Septiembre!
¡El idiota tiene razón! ¡Es su cumpleaños y él ni se acordaba!
Kyoya se da cuenta de eso y se burla de él.
- ¿Qué? ¿No me digas que olvidaste que hoy era tu cumpleaños, herbívoro? Hn. ¿Quién lo diría?
- ¡P-Por supuesto que no! -gruñe por lo bajo con un notable sonrojo en sus mejillas.- ¡Lo sabía! ¡S-Simplemente me sorprendí porque tú... lo sabes! -baja su voz.
Todo eso es tan vergonzoso que no sabe ni por dónde empezar, pero no por ello lo aceptará ante el bastardo. Primero muerto.
- Bueno, al menos he sido el primero en felicitarte hoy. -dice él, manteniendo una sonrisa arrogante que Gokudera sólo le ha visto en algunas ocasiones.- Vuelve a clases ahora herbívoro, antes de que me hagas cambiar de parecer y te muerda hasta la muerte.
- ¡Pero y qué diablos pasa con esto…! -voltea a ver la molesta nube que en ese momento se hace más pequeña hasta desaparecer.
Al hacerlo, algo le cae en la cabeza.
- ¿Qué rayos es… esto?
Gokudera toma aquello entre sus manos, viendo que es un anillo de plata con un grabado que le gusta al instante y que éste aún tiene rastros de la llama de Nube por el color violeta que ve. Ahora lo entiende todo, ese anillo con ese tipo de llama es el que mantenía esa nube sobre él y todo ha sido obra de Hibari como piensa en un principio.
¿La pregunta es por qué?
¿Simplemente Hibari quería que fuera con él para felicitarlo y b-besarlo? ¡Rayos! ¿Por qué de sólo pensarlo se pone tan nervioso? ¡No ha sido la gran cosa, sólo fue un maldito beso superficial, un simple contacto con sus labios! ¡Es más, duda si llamarlo así!
Y frunce el ceño al seguir pensando en eso.
- Vuelve a clases, herbívoro. -le vuelve a repetir Hibari al girarse y mirar el patio de su escuela ahora que ha terminado con aquello que tenía que hacer en ese día.- Ah, y sobre eso que tiene en la mano... puedes quedártelo y llevártelo, no lo necesito de todos modos.
Gokudera entiende lo que en verdad le quiere decir.
Le está dando ese anillo como regalo de cumpleaños y él no sabe qué decirle. Mejor se va antes de que las cosas se compliquen más y no pueda esconder su sonrojo o nerviosismo ante esos detalles del prefecto. Su corazón acelerado seguro se lo agradecerá.
- ¿Sí? ¡Pues yo tampoco lo quiero! ¡Me marchó!
Pese a decirle eso, se lo lleva con él.
Y no es hasta que escucha que la puerta se cierra del otro lado cuando vuelve a girarse. Como espera, Gokudera Hayato ya no está ahí, pero tampoco está el anillo. Aquello lo hace esbozar una pequeña sonrisa.
Misma sonrisa que Gokudera también lleva en sus labios al bajar por las escaleras y mirar el dichoso anillo. Le gusta, y sólo por eso es que se lo pone en su mano derecha. Se le ve bien.
Sólo tal vez, y porque ha sido suerte (está seguro de eso) Hibari no tiene tan malos gustos a la hora de elegir un presente. Con ese pensamiento en mente la Tormenta va a buscar algo de ropa para cambiarse ahora que esa nube por fin lo ha dejado en paz y no lo molestará más.
Fin.