Título: Hibarin y el Hombre Gato.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Hibarin y Gokudera, el Hombre Gato. El viejo mago Rebo y mención de Tsuna, el domador de Monstruos.
Género: Humor. Romance implícito.
Rating: T.
Advertencias: Shonen Ai. 1859.
Para:
minutitos. Tabla:
Básica. Tema: 12. Noche.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío. De Amano Akira, sí.
15/07/12.
Capítulo 2 - Su esencia.
De nuevo es de noche.
Y como es de esperarse, Hibarin termina una vez más en aquel tejado después de la media noche.
Este es el octavo día consecutivo que sucede y que termina ahí al seguir cierto aroma, cierta esencia por toda la villa hasta terminar en aquel lugar.
- Ah. -suspira, sin atreverse a mirar por la ventana.
Aquello en sí no es necesario. Desde el tejado y al otro lado de aquella habitación y con su oído tan fino, puede escuchar la respiración pausada y tranquila del herbívoro que duerme ahí, ajeno a su presencia y los problemas que le está causando.
Porque aquello ya no es normal. Ya no es una simple coincidencia que se despierte y lo primero que haga al salir por la ventana de su casa cuando la noche cae es rastrear y seguir ese aroma por toda la Villa Vongola sabiendo en qué lugares y casi el tiempo exacto que el herbívoro Gato ha estado ahí, para al final terminar sobre su tejado viéndolo dormir a veces hasta el alba.
Oh, porque el herbívoro podrá ser un Hombre Gato pero también sigue siendo humano y como tal, sigue teniendo todas las costumbres y hábitos humanos con la excepción de los días en que hay luna llena y se transforma pero eso sólo ocurre una vez al mes.
De ahí en más, sigue siendo un humano y comportándose como uno… aunque es obvio que tiene ciertas habilidades más desarrolladas que cualquier herbívoro mortal.
- ¡J-Jefe! ¿Está bien…?
La repentina pronunciación de aquellas palabras entre sueños como ve después, atraen su atención y hacen que mire hacia la ventana y gracias a que no tiene cortina logra verlo entre la oscuridad y comprobar que sigue dormido; que sólo ha hablado dormido.
Por un instante se pregunta qué es exactamente lo que está soñando pero aquel pensamiento pasa a segundo plano cuando lo vuelve escuchar hablar.
- ¡Ah, menos mal…! -y una pequeña sonrisa curva sus labios al abrazarse más a su almohada.- ¡Qué bueno que está bien, Jefe!
El herbívoro mantiene su sonrisa y expresión alegre, terminando Hibarin por entender qué y sobre todo con quién está soñando.
Su mirada se afila al instante y un aura amenazante lo cubre.
"El herbívoro domador de monstruos". -piensa con fastidio al enojarse más.
- Hn. -en un segundo saca sus tonfas y golpea con fuerza el marco de la ventana, haciendo que el ruido haga saltar y también despierte al herbívoro Gato.
- ¿Pero qué…? -Gokudera enciende la lampa de su cuarto y no ve nada raro ni el origen de aquel sonido.- ¿Un sueño…?
Se cuestiona confundido al mirar hacia la ventana sin notar ningún elemento extraño como fuerte viento, gotas de lluvia o truenos del otro lado.
- ¡Da igual! -vuelve a apagar la luz, girándose y cobijándose para dormirse de nuevo. Lo último que dice como cada vez que se prepara para dormir es una especie de mantra que murmura todas las noches con una pequeña sonrisa.- Qué tenga dulces sueños, Jefe.
Y así, se vuelve a dormir en cuestión de segundos.
- Hn. Estúpido, herbívoro Gato. -gruñe entre dientes Hibarin, sin llegar a ser escuchado por el mencionado.
¿Y por qué rayos es que está tan molesto y alterado, tan tenso, que tienen agarradas con fuerza sus tonfas como si fuera a morder a alguien en ese momento?
No lo entiende y tampoco, por qué sigue terminando cada noche ahí.
Qué es lo que tiene el aroma de aquel herbívoro que todas las noches lo lleva hasta su casa.
"¿Será porque es un Hombre Gato y no un herbívoro común?".
No llega a tener respuesta y vuelve a suspirar. Aún tiene que buscar a alguien para morder esa noche.
- ¿Se te perdió algo, Hibarin? ¿O qué estás haciendo aquí?
La voz de alguien tras su espalda lo hace dar un pequeño, casi imperceptible brinco hasta girarse, y es que no ha sentido para nada su presencia, ni escuchado ningún sonido de su parte.
Al hacerlo, se da cuenta que es el viejo mago ése que siempre está con el herbívoro domador y está flotando sobre el bastón que siempre lleva, eso explica la falta de presencia.
- … No. -entrecierra tranquilamente sus ojos y le da la espalda al no tener nada en contra de él como para atacarlo.- Sólo iba pasando por aquí, eso es todo.
- ¿En serio? -su sonrisa se amplía un poco más al no creerle al vampiro.
- Sí. Adiós, mago.
Y sin decir nada más brinca hacia el otro tejado alejándose de ahí.
- Hn. -el viejo mago vuelve a sonreír al asomarse por la ventana y ver a quién pertenece esa casa.
A Gokudera, el Hombre Gato.
Y ahora ve que lo que él les decía el otro día "¡A veces siento como si alguien estuviera fuera de mi ventana pero cuando me despierto y miro... no hay nadie!" es cierto y sobre todo, ya sabe quién es.
- Interesante. -dice para sí mismo, mirando la dirección que Hibarin ha tomado.
Ahora sólo le falta averiguar por qué hace eso y con suerte, lo sabrá mucho antes que el propio Hibarin.
Continuará…