Para: Drabblethon (Crack & Roll).
Título: Una broma de mal gusto.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Mukuro/Gokudera.
Prompt: Broma.
Extensión: 382 palabras.
Advertencias: Gokudera/Tsuna, y las ilusiones de Mukuro.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío. Le pertenece a Amano Akira.
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Broma.
- ¡Gokudera-kun!
Al escuchar su nombre e identificar la voz de su Décimo detuvo su paso y se giró para verlo.
- ¡Décimo! ¿Sucede algo? -le preguntó extrañado, pues no tenía ni dos minutos que lo había dejado en su casa y él dirigirse a la suya.- ¿Pasó algo?
- No. -negó el castaño al llegar a su lado-. Sólo olvide darte "esto".
Se puso de puntitas, besando su mejilla y haciendo que la Tormenta se pusiera completamente rojo y casi echara humo por las orejas de lo avergonzado y sorprendido que estaba.
- ¡De-Déci…mo!
¿Dónde se escondía? ¿Hacia dónde miraba o qué decía?
Tsuna sonrió un poco más, acortando la distancia que los separaba para besarlo de nuevo, aunque está vez en los labios; Gokudera simplemente recibió ese detalle.
- Kufufufu~.
Pero al escuchar esa voz y abrir sus ojos (que no sabía en qué momento había cerrado) vio al maldito de Rokudo Mukuro alejándose de su rostro satisfecho.
- ¡Ba-Bastardo! -el de ojos verdes se enojó de inmediato al entender lo que había pasado.
Una ilusión. El maldito Cabeza de Piña había tomado la forma de su Décimo para besarlo. Su enojo creció más.
- ¡Pero qué diablos pretendes, infeliz! ¿Es que acaso quieres que te mate, o qué, eh? ¡Por qué yo con mucho gusto lo hago!
- Oya oya, tranquilo… ¿por qué de repente estás tan molesto, Gokudera Hayato? ¿Es qué el beso no te gustó? Mira, y yo que pensaba que sí. -sonrió con sorna, fastidiando más al otro.
- ¡T-Tú cállate, no me hables! ¡Es más, desaparece de mi vista! -sacó sus dinamitas, lanzándoselas en ese mismo instante.
- Kufufu~. -Mukuro esquivó éstas sin el mayor problema.- ¿Es que no sabes apreciar una pequeña broma, Gokudera Hayato?
- ¡Tú y tus bromas se pueden ir al infierno, imbécil!
- Claro. -entrecerró sus ojos, viendo que aquello ya no era divertido.
No cuando el bombardero lo iba a perseguir por medio Namimori y quizá hasta encontrarse con Hibari Kyoya lo que lo dejaría en desventaja.
- Nos vemos luego.
Y sin decir nada más, desapareció entre la niebla que cubrió su cuerpo, dejando al Guardián ahí, solo y frustrado por su pequeño "juego".
Ah, Gokudera Hayato no sabía apreciar una pequeña broma; qué mal por él. Kufufufu.
Fin.