Titulo: El malo que no dejas de querer.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato & Mukuro Rokudo.
Género: Romance.
Rating: T
Advertencias: Shonen Ai. Lime implícito.
Para:
retos_a_lacarta Tabla:
Abecedario. Tema: #17. Esperar.
Resumen: Esperar se había vuelto un suplicio para Gokudera si tenía que hacerlo con el pervertido y odioso del cabeza de piña.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío ni tampoco me pertenece, a Akira Amano, sí.
25/03/12.
Gokudera no sabe hacia dónde mirar o con qué distraerse.
Ambos llevan ahí cinco minutos y la Tormenta no puede estar más molesto e incómodo que nunca.
¿Por qué diablos no ha llegado nadie y él en cambio tiene que estar ahí esperando con el cabeza de piña que no deja de mirarlo, eh?
¡Es molesto y muy frustrante!
- Kufufufu.
Mukuro se ríe a su particular manera de la nada, fastidiándolo aún más.
- ¡Qué! -espeta enojado, frunciendo más su ceño al ver que no aparta su mirada de su persona.
- Oh, nada… sólo estaba notando lo sexy que estás hoy, Gokudera Hayato.
- ¡Cállate! -le reprende éste, cansado de aquello y con un visible tic en su ceja izquierda.- ¡No quiero escuchar tus estupideces! ¡Déjame en paz!
- Ah, tan lindo como siempre, ¿eh?
Es la respuesta que el ilusionista le da, encogiéndose de hombros al escuchar sus palabras. Eso, es tan típico del de ojos verdes que lo divierte.
- ¡Maldición! -vuelve a murmurar por lo bajo Gokudera dos minutos después, no sin antes chasquear molesto su lengua porque sigue sin ver a nadie y estando con aquel bastardo que no más no deja de sonreír o mirarlo; de fastidiarlo con su mera presencia.- ¿Dónde rayos estarán los demás? ¿Me habré equivocado con la hora, con el lugar?
Se pregunta, pues es la única respuesta factible que encuentra ante su ausencia y evidente retraso.
Mukuro mientras tanto aprovecha ese momento para acercarse a él y hablarle en el oído, provocándole un escalofrío que lo hace reír divertido por su reacción.
- Kufufufu. -él también está aburrido y cansado de esperar.- ¿Qué te parece si nos perdemos un rato por ahí, eh, mi querido Hayato?
- ¿Hah? -el aludido lo mira como si fuera el mismísimo diablo quien lo invitara, alejándose dos pasos de él.- ¿De qué diablos estás hablando, imbécil? ¡Por supuesto que no!
- ¿Y por qué no? -lo vuelve a acorralar.- ¿Es que acaso no quieres hacer cosas "malas" como la otra vez? Sé que te gustó, tu cuerpo y expresión me lo dijeron.
- ¡N-No es cierto!
Se sonroja hasta las orejas, pero no por eso deja de mirarlo con el ceño fruncido o afilar su mirada para negarlo aunque no sirva de nada.
No, ante Muruko Rokudo que no deja de sonreír pues lo sabe, lo recuerda perfectamente, y con esa mirada y sonrisita está haciendo que lo recuerde contra su voluntad y sus hormonas se alboroten.
¡Maldición!
Si será un maldito bastardo, malvado y chantajista.
¡Lo odia!
Pero se olvida de eso en los próximos quince minutos cuando los dos desaparecen del punto de reunión y se pierden entre unos arbustos varios metros más allá, dejando que el Guardián de la Niebla, el retorcido y malvado de Mukuro Rokudo le haga lo que quiera poniendo de su parte un poco de resistencia.
Después de todo y como éste sabe, él sigue siendo el "malo" que Gokudera Hayato no deja de querer, de desear, por más que lo niegue o se lo diga en voz alta. Y estar ahí, en esas circunstancias, devorando sus labios y tocando su cuerpo de aquella manera desenfrenada hasta hacerle pedir más, es la clara prueba de ello y al ilusionista con eso le basta...
... de momento.
Fin.