Horas y Minutos de Gokudera Hayato. - (3/30).

Jan 17, 2012 23:49


Titulo: Curiosidad.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato & Hibari Kyoya. Mención de Tsuna.
Género: General. Romance implícito.
Rating: T
Advertencias: Leve Shonen Ai. Algo de 1859.
Para: 30vicios. Tabla: 24 Horas. Hora: 07:00 A.M. = Cediendo a la curiosidad.
Resumen: Aquello, había despertado su curiosidad. ¿Hibari llegaba temprano a la escuela o se quedaba a dormir ahí? No lo sabía, pero lo averiguaría.


Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío. Es de Amano Akira.

17/01/12.

Todo comenzó aquel día…

Esa mañana, Gokudera llegó temprano a la escuela. Y es que ese día, le tocaba hacer el aseo del salón a su Décimo y a él, así como a dos compañeros más pero estos dos últimos lo tenían sin cuidado. No le importan pero su capo, sí.

Por ello es que llegó una hora antes a la escuela para así poder hacer su parte y la de su querido capo también porque el Décimo Vongola, futuro Jefe de la Mafia no debía de andar trapeando el piso de su aula, tirando la basura o sacudiendo los borradores. ¿Pues que se creían, hah?

Él haría su parte como buena Mano Derecha que era, y he ahí el motivo por el que se levantó más temprano de lo normal y no pasó a recogerlo a su casa.

Aunque apenas y puso un pie dentro de la escuela, a lo lejos vio a alguien pasar.

- ¿Hibari? -dijo por lo bajo, deteniendo sus pasos al reconocerlo por la forma en que llevaba la chaqueta puesta y la insignia que lo identificaba como prefecto de la escuela y que siempre portaba con orgullo en su brazo izquierdo.- ¿Pero qué hace tan temprano aquí?

Se preguntó, ya que al mirar su reloj comprobó que apenas eran las siete de la mañana, muy temprano, vamos, por lo que él aún no debería de estar ahí, ¿cierto?

Lo pensó unos segundos, molestándose por eso al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

- ¡Cómo sea! ¡Qué importa!

En aquel momento le dio igual y le restó importancia al asunto, reanudando sus pasos para ir a su salón e iniciar con las tareas que tenía que hacer, algo más importante que estar al pendiente de lo que Hibari Kyoya pudiera estar haciendo en esos momentos en la escuela.

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Pero ahora, dos días después y al estar realmente aburrido al escuchar lo que su profesor de Historia les está diciendo sobre Europa (cosa que él ya sabe a la perfección) bosteza y continúa haciendo dibujos en su libreta para mantenerse despierto y "atento" a la clase.

Curiosamente un pensamiento lo lleva a otro, acordándose de aquel día que vio al prefecto por la mañana, escribiendo en escritura "G" su nombre y entonces… aparece aquella cuestión, aquella duda que de momento ocupa su mente.

"¿A qué hora llegará Hibari a la escuela o… es que acaso aquí duerme?".

Deja de rayar su cuaderno, considerando las opciones que aparecen ante esa cuestión.

Si bien es cierto que Hibari ama de un modo peculiar su escuela, no puede ser que él se quede a dormir ahí, ¿cierto? Sería muy extraño y perturbador.

Pero al final no lo sabe.

Así que continúa dibujando sus símbolos, decidiendo que al día siguiente se levantaría temprano para estar ahí a la siete y comprobar si Hibari llegaba temprano o en efecto, se quedaba ahí a dormir.

¿Qué por qué lo haría?

Simple. Estaba aburrido y ahora tenía curiosidad, y ni una ni la otra eran buenas compañeras.

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Con lo que Gokudera no contaba era que cuando él llegó al día siguiente, y el siguiente a ese también, Hibari ya estaba ahí en la escuela por lo que no sabía si era porque había llegado más temprano o de verdad ahí había pasado la noche, ¡y eso lo frustraba!

Lo enojaba tanto pues cada día tenía que levantarse más temprano, irse sin desayunar y estar en la escuela a una hora más temprana sólo para encontrarse con la misma escena: Hibari ya estaba ahí con su uniforme impecable y su porte arrogante como el prefecto del Comité de Disciplina que era.

¡Y él lo quería matar!

Pero no lo hacía porque no podía. Porque aquello no resolvería el enigma en el que había caído, sólo porque había cedido a su curiosidad, y preguntarle directamente tampoco estaba en sus planes.

¿Qué pensaría el bastardo acerca de eso?

El idiota se reiría de él y luego lo mordería hasta la muerte por estar invadiendo su privacidad de aquella forma. Así que no, no se lo preguntaría.

¿Pero entonces, qué podía hacer?

Estaba claro que levantarse más temprano cada día no servía de nada pues Hibari de alguna forma ya estaba ahí cuando él llegaba. Las probabilidades de que en verdad se quedara a dormir en la escuela aumentaban pero hacía falta una confirmación, una prueba contundente.

Por ello, es que decidió que esa tarde se quedaría ahí hasta que el de ojos azules saliera de la escuela y se cerciorara de que se fuera a casa, de que dejaba ésta, y no se estaba quedando en ella a dormir.

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Pero las horas pasaban y el prefecto no salía de la Secundaria Namimori.

Sí, desde su puesto, ahí junto a la puerta principal y escondiéndose tras la barda de la escuela observaba todo y de vez en cuando veía el prefecto por la ventana de su oficina o en la azotea, lo que confirmaba que seguía ahí.

La noche cayó, y él seguía ahí, completamente aburrido y enojado, convencido que Hibari pasaba demasiado tiempo innecesario en la institución.

En algún momento comenzó a bostezar, recargándose en la pared y sentándose en el suelo. Sólo descansaría un momento, se dijo, aunque sus ojos comenzaron a cerrarse hasta que se quedó dormido ahí, en la acera.

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Al día siguiente, lo primero que escucha a las tantas de la madrugada es la voz de alguien entre sueños haciendo que abra sus ojos lentamente.

"¿Qué pasa?".

Se pregunta, alzando su vista para ver a la persona que le habla gracias a la luz de una farola.

- ¿Qué es esto? Sabes que está prohibido quedarse a dormir en la escuela o sus inmediaciones, herbívoro.

"¡Hibari!".

Al reconocerlo se pone inmediatamente de pie, pasándose la mano por la cara y el cabello.

- ¡No, yo estaba…! -trata de negar que estaba dormido, pero su aspecto lo delata por completo.

Es demasiado obvio que ha pasado la noche ahí, y eso Hibari lo sabe de sobra. Una pequeña sonrisa curva sus labios.

- ¿Qué estás haciendo aquí a estas horas, Gokudera Hayato? ¿Es que ahora que te has vuelto un acosador?

- ¡Qué! -al escuchar sus palabras y ver su media sonrisa, un tenue sonrojo aparece en sus mejillas acompañado de un tic en su ceja izquierda, gritándole después como única defensa.- ¡No, por supuesto que no, idiota! ¿Qué te crees?

- ¿En serio?

Hibari por alguna razón está muy tranquilo y parece que disfruta aquello. Después, simplemente agrega.

- Porque sé que me has estado vigilando los últimos días, llegando temprano a la escuela y tal parece que ahora hasta quedándote a dormir aquí. ¿Qué me dices sobre eso?

El sonrojo que la Tormenta ya tenía se acentúa por todo su rostro, frunciendo más ceño y tensándose todo su cuerpo. ¡Por eso odia a Hibari Kyoya, por ser un maldito bastardo!

¡Y además, el idiota está entendiendo todo mal!

- ¡N-No es cierto! -le grita, queriendo esconder su vergüenza al verse descubierto.- ¡Es sólo que…!

Sin pensarlo realmente, sólo le dice lo que en verdad ha estado haciendo todos esos días.

- ¡Sólo tenía curiosidad por saber si simplemente llegabas temprano a la escuela o te quedabas a dormir aquí, eso es todo!

- Oh, curiosidad. ¿Es así? -su media sonrisa en ningún momento desaparece, y eso pone de los nervios al italiano.

¿Le cree al herbívoro o no?

- ¡Sí! -asiente éste, sin llegar a mirarlo debido a todos los sentimientos que siente.- ¡Pero ahora ya he obtenido mi respuesta así que ya no importa y tampoco volverá a suceder!

Sin decir nada más, Gokudera toma su mochila del suelo y se da la media vuelta, corriendo por las calles aún oscuras para alejarse de ahí.

¿Qué diablos ha pasado?

¿Cómo es posible que Hibari lo descubriera y peor aún, que terminara diciéndole el motivo por el que lo estaba vigilando los últimos días?

Aquello es vergonzoso, patético y ridículo. Una estupidez.

"En serio, Gokudera Hayato, ¿en qué diablos estabas pensando?".

Se reprende por el camino, queriendo detenerse y golpear su cabeza un par de veces con el primer poste o buzón que se encuentre debido a su idiotez.

¿Curiosidad, en serio?

¿Cuándo había llegado tan lejos debido a eso?

¡Nunca!

Y se aseguraría que aquello no volviera a pasar. La manda primero al diablo que volver a verse en una situación así.

Lo que él no sabe, es que aquello no le ha parecido "tan malo" a Hibari. Y si hubiera volteado a ver al prefecto cuando se hecho a correr, hubiera visto la pequeña sonrisa y expresión que éste tenía en esos momentos.

- Así que curiosidad, herbívoro, eh… -su sonrisa se amplia por momentos, pues aquello fue divertido los últimos días.- Interesante.

Dice él, pues así ha sido.

Así que no sería extraño si ahora él es el que empieza a mostrar curiosidad por Gokudera Hayato, ¿cierto?

No, por supuesto que no.

Fin.

c: 30 vicios, a: katekyo hitman reborn!, t: 24 horas, p= 1859, p: hibari kyoya, p: gokudera hayato

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