Las travesuras de Uri. - (4/?).

Nov 12, 2011 23:12


Título: Las travesuras de Uri.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Uri, Hibari Kyoya y Gokudera Hayato.
Género: Amistad, Familia, Humor. Romance entre líneas.
Rating: T
Advertencias: Post-serie. Shonen Ai, implícito.
Resumen: Porque Gokudera y Uri generalmente no se llevaban bien... pero aún así, se querían (a su manera).


Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece. A Amano Akira-san, sí.

12/11/11.

Capítulo 4 - Interacción con la Nube.
Uri acompaña de una u otra forma a todos lados a Gokudera.
A la escuela, al minisúper, a la casa del Décimo Vongola, a los partidos de Yamamoto Takeshi y hasta el balneario o el Zoológico. Es inevitable, al "habitar" en el anillo de su mano.

No obstante, no siempre es así.

La mayoría de las veces se toma la libertad de convocarse él mismo, y así poder hacer lo que le plazca como cualquier otro gato normal para dolor de cabeza de Gokudera que se queja y le grita cuando lo encuentra haciendo algún estropicio, aunque él no lo entiende.

No sabe que permanecer en el anillo es sumamente aburrido, además de cansado.

No le gusta.

Lo que sí le gusta y disfruta mucho, es estar afuera para poder estirarse, comer, poder pelear y cuidar a su dueño, dormir con él, maullar por las noches sobre su venta y hasta tomar el sol por las mañanas.

Por eso mientras el italiano y los demás Guardianes están en clases, él está ahí, en la azotea de la escuela, tomando el sol mientras toma una siesta.

Algo... simplemente, delicioso y que disfruta mucho.

Uri estira sus patitas, maullando y sintiéndose tan bien. Vuelve a cerrar sus ojos para volver a dormir, aunque esta vez no lo consigue. Hay un elemento extra que se lo impide.

- ¡Hibari, Hibari!

No han pasado ni dos segundos desde que ha cerrado sus ojos cuando escucha esa vocecilla por los aires, encontrándose con que es nada más ni menos que Hibird, el ave del prefecto que vuela a unos metros de él.

Lo ignora, y vuelve a echarse con la misma intención de antes de que lo interrumpiera pero de nuevo ahí está esa molesta voz.

- ¡Hibari, Hibari!

Pero esta vez, no sólo es su llamado lo que le hace abrir una vez más sus ojos rojos sino también, el sonido de la puerta siendo abierta. Voltea hacia ésta, encontrándose con el mencionado, con el mismísimo Hibari Kyoya.

"El Guardián de la Nube".

El japonés por su parte, camina por la azotea reparando de inmediato en su presencia unos metros más allá.

"El gato del herbívoro".

Piensa, mirando hacia alrededor en busca de él aunque no lo ve por ninguna parte. No dice nada, y camina sin más hasta la reja.

Hibird se posa sobre su hombro, y vuelve a decir un par de veces más su nombre hasta que éste le acaricia la cabecita. Uri ve la escena, afilando un poco su mirada.

Cómo le gustaría que Gokudera fuera más cariñoso y gentil con él.

- ¿Hn?

Posiblemente al sentirse observado, Hibari voltea a verlo. No le dice nada y tampoco deja de consentir a Hibird. Uri es el primero en desviar su mirada y levantarse. No tiene nada más que hacer ahí, y tal parece que ya no puede tomar una siesta así que se encamina a paso lento para regresar con la Tormenta.

Kyoya lo observa en completo silencio, hasta que éste desaparece tras la puerta y sin hacer ningún ruido.

- ¡Hibari, Hibari! -siendo el llamado de su ave lo que lo trae a la realidad.

.::.

La segunda vez que la Nube y Uri se encuentran es un Miércoles, después del almuerzo.

Una vez más a peleado con el italiano al no querer darle otra porción más de su desayuno, y el colmo ha sido que no ha permitido que el Décimo Vongola o Yamamoto Takeshi le dieran de la suya, alegando que ambos lo consienten demasiado y que alguien tan malcriado como él no se lo merece.

No hace falta decir que le saltó encima y le dio un par de arañazos, marchándose después, enojado.

¿Quién se cree que es Gokudera Hayato para decir eso? ¿Para impedir que otros lo consientan, si él no lo hace?

Así que se encamina a la azotea, maullando por lo bajo como protesta al pensar en el asunto y cuando cruza la puerta se encuentra con Hibari recostado en el suelo. Se queda inmóvil por largos segundos al creer que está dormido, recordando lo fácil que es hacer que se despierte, y las mortales consecuencias que esto implica.

Pasa más de un minuto y el japonés sigue en la misma postura y con sus ojos cerrados, todo indica que sí duerme por lo que Uri se relaja visiblemente.

Un "Menos mal" pasa por su mente, sintiéndose aliviado.

No obstante, algo en el aire activa su sentido del olfato.

Huele a comida, divisando una bolsita con un pedazo de pan al lado del japonés, y lo mejor de todo es que es del pan que tanto le gusta. Se emociona un poco, y tiene que controlarse para no maullar de alegría.

¿Qué hace? ¿Va por él o simplemente lo ignora?

Lo piensa unos segundos, tomando al final la primera opción. Si se mueve con cautela, y lo toma lo más rápido que puede para luego huir, puede que el prefecto no alcance ni siquiera a verlo. Sí, eso hará.

Si Gokudera no quiere darle más comida, que luego no se queje por encontrar él solo de donde tomar.

"Bien".

Reanuda su avance lo más sigiloso que puede, moviéndose como todo un cazador.

Sólo un poco más, y ese pan será suyo, casi se le hace agua la boca de sólo pensarlo.

"Sólo otro poco, y... ¿Eh?".

De pronto aquellos ojos azules se abren, volteando a verlo fijamente.

- ¿Otra vez tú?

Uri se queda en su sitio como si fuera una estatua al ser descubierto, y lo peor de todo es que ni siquiera está cerca de su objetivo como para correr y tomar la bolsita. El japonés se incorpora, quedándose sentado y estirándose en el proceso luego de aquella siesta que le ha hecho muy bien.

¿Y ahora, qué hace Uri?

Lo único que atina a hacer es molestarse y gruñir por lo bajo, mirando hacia otro al sentirse un tanto avergonzado, aunque no sabe exactamente ni por qué. Lo único que él quería era probar aquel pan, pero por lo visto ya no va a poder ser.

¡Qué mal!

¡Es tan injusto!

- ¿Hn?

Hibari repara hacia lo que el felino ve, tomando la bolsita entre sus manos. Uri no le quita la vista de encima, así la mueva hacia un lado u otro. Parece como hipnotizado.

“Qué curioso”. -piensa Kyoya.

- ¿Qué, quieres esto?

Pero éste no maúlla ni ronronea como respuesta. Como la caja animal de la Tormenta que es, también tiene un fuerte orgullo y no va a aceptar que así es; que lo que buscaba o ahora mira con tanta insistencia es aquella bolsita con pan.

- ¿Lo quieres o no?

El prefecto arranca un pedazo más pequeño de pan y se lo ofrece. Uri olisquea, alza sus orejas y mueve su cola mientras lo mira fijamente.

“¿Será seguro aceptarlo?”.

No pasan ni tres segundos cuando manda su orgullo y dudas al diablo, y corre hacia él para aceptar la pequeña porción que le ofrece, maullando feliz en el proceso luego de probarlo y obtener otro pedacito más de éste.

Está feliz, contento, de poder comer el pan que tanto le gusta. Pero sobre todo, debe de admitir que jamás se imaginó que Hibari fuera "amable" con él. Quizá por eso y como agradecimiento deja que el prefecto lo acaricie cuando se termina aquella pieza y maúlla a su alrededor mientras se restriega en sus piernas.

Hibari Kyoya no es tan malo como pensó.

Y… ojalá que su amo fuera igual de complaciente que el Guardián de la Nube, una lástima que no fuera así…

... o lo fuera en contadas y escasas situaciones.

.::.

Aunque no todo era tan malo.

Pues a partir de ese momento cada vez que Gokudera y él peleaban, o simplemente cuando estaba en la escuela, Uri iba a buscar a Hibari y pasaba tiempo con él.

El Guardián de la Nube siempre tenía tiempo para acariciarlo y darle algo de comer, sin mencionar que era agradable estar a su lado sin los gritos o los constantes "Décimo" e "Idiota del béisbol" que el de cabellos grises siempre decía.

Hibari Kyoya le caía bien. Era una persona interesante y tranquila, el Guardián más fuerte de la Familia Vongola.

Aunque Gokudera no pensaba lo mismo por lo que veía…

- ¡Uri!

La puerta es abierta abruptamente, atrayendo la atención de ambos. Hibari permanece neutro al ver a Gokudera Hayato, y el minino gruñe por lo bajo al ver su amo.

- ¡Así que aquí estabas!

El italiano camina hacia él con pasos largos y el ceño fruncido como de costumbre al verle.

"¿Y ahora qué quieres?".

Es lo que revela su expresión que pone, dándole la espalda porque no quiere verlo ni escucharlo. No ahora. Sigue molesto con él por ignorarlo por completo en los últimos días y apenas y darle algo “decente” de comer.

Actitud, que por supuesto a la Tormenta no le gusta por lo que empieza a gritarle.

- ¡Hey, no me ignores, Uri! ¿Me estás escuchando, bastardo?

"Claro, lo que digas".

Maúlla como respuesta, restregándose entre las piernas de Hibari, que simplemente lo mira con interés.

¿Qué pasa entre el herbívoro y su mascota que no se llevan bien?

Hayato se da cuenta de su desafío, de lo que le quiere dar a entender con esa actitud hacía el prefecto.

- ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Ven aquí, maldito!

Se agacha para agarrarlo y llevárselo de ahí, pero Uri se le escapa de las manos al pasar por entre las piernas del japonés lo que hace que derrape sobre el suelo hasta quedar a los pies de Hibari.

- ¿Siempre tienes que ser tan ruidoso y molesto, herbívoro?

- ¿Hah? ¡Y a ti que te importa, Hibari! -se levanta en cuestión de segundos para encarándolo molesto, importándole un bledo si tiene algunos raspones en la cara o sus brazos.- ¡No es tu asunto ni te estoy hablando a ti! ¿Me oyes?

- ¿Cómo dices? -sus tonfas hacen acto de presencia, brillando de forma maliciosa sus ojos ante su desafío e insolencia.- ¿Acaso quieres que te muerda hasta la muerte, herbívoro?

- ¡Inténtalo si te atreves, maldito!

Hayato saca sus dinamitas, lanzando la mirada de ambos rayos láser.

- No me provoques. -le advierte.

Uri observa a uno y otro, ocurriéndosele una brillante idea tanto para detener su enfrentamiento (sabe de antemano que Gokudera no puede ganarle de ninguna manera a Hibari) como para fastidiar al mismo tiempo al italiano.

- ¡Miau!

Salta hasta el hombro de Kyoya, mamullando feliz para luego darle un lametón en la mejilla. Su acción, atrae la atención de ambos.

- ¡Ah! ¿Qué crees que estás haciendo, Uri? ¡Ven aquí!

Su maullido alegre se interpreta como un "No, no quiero. Déjame en paz" haciendo que a Gokudera casi le dé un infarto al verle tan amistoso y confianzudo con el bastardo de Hibari.

Lo peor de todo es que al prefecto no parece molestarle en absoluto lo que hace cuestionarse un, ¿qué diablos pasa ahí?

Aunque tampoco, quiere saberlo.

Lo único que Gokudera quiere es atrapar a su gato y marcharse de ahí.

- ¡U-Uri, ven aquí!

Pero por más que intenta agarrarlo, lo único que recibe de su parte son gruñidos y en más de una ocasión un par de arañazos al no querer que lo toque.

- ¡Wao! ¿Qué pasa? -se burla.- Ni siquiera tu gato se quiere ir contigo. Curioso, ¿no?

- ¡C-Cállate! ¡No es tu problema!

- Yo sólo estoy diciendo lo que veo.

- ¡Pues nadie te pidió que lo hicieras!

- Con ese carácter y actitud no me extraña, herbívoro.

- ¡Dije que te callaras, maldito!

Ambos iniciar de nuevo con su discusión y pelea, haciendo que Uri maúlle por lo bajo resignado al verlos. Tal parece que ninguno de los dos cambió en el Futuro. Siempre discutiendo por todo, llegando en más de una ocasión a la utilización de sus cajas, aunque nunca hasta el grado de dejar gravemente herido al otro.

Esta escena no es muy diferente de las que presenció diez años después. Esto es extrañamente muy familiar.

Por un breve instante se pregunta qué estarían haciendo el Gokudera Hayato y el Hibari Kyoya del Futuro en esos momentos, dándose una ligera idea al ver a estos dos.

La tensión y algo que más que no llega a identificar se siente entre ambos, teniendo que mediar para que aquello no llegue a nada más.

¡Qué curioso!

Estar con Gokudera y Hibari no le parece tan mal. Si no fuera por la amenaza latente de una disputa, hasta se sentiría bien estando con esos dos. Mira a la Tormenta, preguntándose ¿qué pensaría él de todo esto?

¿En verdad no soporta a Hibari, o solamente es una falsa fachada como la molestia y odio que dice tener por Yamamoto Takeshi y Lambo?

Quizá sería bueno investigarlo, y ver qué tan cierto es.

La idea de ellos dos juntos como “algo más” no le parece tan descabellada como podría parecer en un principio. Quizá se deba a las referencias de las interacciones difusas que tiene de sus yo del Futuro o el hecho de querer verlos a los dos felices y si es juntos, pues… que mejor (Gokudera Hayato siempre será suyo, nada ni nadie podrá cambiar eso, él siempre será su caja animal, su compañero y camarada).

Sí, en definitiva eso hará… aunque de momento lo más importante de todo es evitar que los dos lleguen a los golpes. No quiere tener que ver cómo Gokudera se limpia las heridas o tener que escuchar por horas de lo que el prefecto se va morir o lo próximo que hará cuando lo vea.

Tiene que evitar eso a toda costa, así tenga que usar sus garras o en el mejor de los casos, sus grandes y bonitos ojos seductores.

Continuará…

a: katekyo hitman reborn!, reto diario, p: uri, p: hibari kyoya, p: gokudera hayato

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