Hace tiempo que tengo clarísimo lo de que “vivimos en una sociedad enferma”.
En el plazo de cuatro días he sido testigo de algunas estampas de esas que se te quedan grabadas un tiempo en la cabeza, al menos a mí,
Y en un primer momento pudiera resultar chocante observar como duerme un hombre harapiento encima de un buen sofá, al lado de unos contenedores de basura. Escuchar en una estación de metro semivacía, como un hombre sentado en un banco, recita algo (quizás en árabe) casi a grito “pelao” ante el asombro de la gente. Incluso como se lían a mamporros dos personas, tras doblar una esquina y chocarse fortuitamente… y tantas cosas más…
Y es que estamos todos un poquito “tocaos”. No hay ninguno que nos salvemos. Incluso tu que me lees ahora, tienes alguna “tuerca” algo suelta por ahí dentro. Aunque no quieras admitirlo, aunque no seas consciente de ello.
Así, que mejor momento para repescar de nuevo este texto que ya puse en su tiempo. -----------------------------------
Invisible
El mundo esta loco, loco, loco
Y yo, el único cuerdo en mi locura
Asisto impertérrito a su mentira
E invisible
Quiero susurrarle en el oído al suicida
Caminar
Por calles de una vieja ciudad
Corroída por el tiempo y el silencio
Y observar al ladrón
Mientras comete fechoría
Escuchar las confesiones
De los amantes a escondidas
Invisible
Tal que podría asistir cada noche
Al trafico con la lujuria en las esquinas
Impasible
Ante como cuenta su dinero el avaro
Ensimismado en la codicia y huraño
Observar de cerca gorriones
Sin que asustados levanten vuelo
Andar sin ropa por las calles
Celebrando
Que mi sombra no me siga
Arrastrada por el suelo
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Quisiera poder observarla
Sin que ante ella me vea
La que ocupa ahora mi cama
Frente al espejo solitaria
Sin fingimientos, sin dudas
Sin palabras rebuscadas
Con el alma desnuda