~Doll~
~Doll~
Takemoto Novala
Gasté tiempo en la torre del castillo, en mi previamente estado incompleto. La memoria de los pecados que cometí ha desaparecido.
El vagar perdida en medio del bosque, dar vuelta aquí y allá, estaba finalmente arrastrada por mi cabello de oro y atrapada en una prisión rocosa.
Día por día este sueño viene a mí. Así que este sueño debe ser verdad.
Nací en un horno, fuí hecha de acero.
No tengo alma, y esas cosas que ellos llaman amigos, no entiendo.
Las personas a las que llamo mi padre, mi madre, no entiendo.
Pero hay una cosa.
Sólo cuando me cortan, sólo cuando veo el flujo rojo de la sangre, puedo volver a ser humana.
No tengo emociones.
No son importantes para mí, así que un día los alejé todos.
Escogeré un maestro y me convertiré en su sirviente, arrodillarme ante él, ser abusada y azotada, desdeñando; así es como deseo vivir.
Esos son importantes para nosotros.
Ojos de cristal amatista.
Atrapada en las sombras por largas pestañas oscuras.
Labios perfectamente carmesí.
Bloomers para proteger nuestros castigos.
Para corregir nuestros cuerpos, un corset.
Como un florero de rosas,
vestidas con capas y capas de volados.
Vendajes para las heridas más profundas.
Libros, donde esas desiluciones nacieron.
Una pequeña y linda muñeca inhumana.
Una vela y un candelabro.
Ellos señalan con sus dedos y ríen, con varias personas,
aquellos que me aman simplemente un poco.
Juguetear con las tiezas muñecas articuladas.
Osos de peluche de los cuales las virutas vuelan.
Y sólo una cosa con la cual mirás a través la realidad, un espejo.
Algún día quizás nos enamoremos.
Y en ese tiempo, quizás nos convertiremos en humanos,
Pero hasta entonces, debemos revelar
este mundo lleno de culpas.
Pero esas niñas jóvenes que sueñan, hasta que ellas conoscan el día deberán crecer,
son pequeñas como esos libros de dibujos...
Takemoto Novala
Gasté tiempo en la torre del castillo, en mi previamente estado incompleto. La memoria de los pecados que cometí ha desaparecido.
El vagar perdida en medio del bosque, dar vuelta aquí y allá, estaba finalmente arrastrada por mi cabello de oro y atrapada en una prisión rocosa.
Día por día este sueño viene a mí. Así que este sueño debe ser verdad.
Nací en un horno, fuí hecha de acero.
No tengo alma, y esas cosas que ellos llaman amigos, no entiendo.
Las personas a las que llamo mi padre, mi madre, no entiendo.
Pero hay una cosa.
Sólo cuando me cortan, sólo cuando veo el flujo rojo de la sangre, puedo volver a ser humana.
No tengo emociones.
No son importantes para mí, así que un día los alejé todos.
Escogeré un maestro y me convertiré en su sirviente, arrodillarme ante él, ser abusada y azotada, desdeñando; así es como deseo vivir.
Esos son importantes para nosotros.
Ojos de cristal amatista.
Atrapada en las sombras por largas pestañas oscuras.
Labios perfectamente carmesí.
Bloomers para proteger nuestros castigos.
Para corregir nuestros cuerpos, un corset.
Como un florero de rosas,
vestidas con capas y capas de volados.
Vendajes para las heridas más profundas.
Libros, donde esas desiluciones nacieron.
Una pequeña y linda muñeca inhumana.
Una vela y un candelabro.
Ellos señalan con sus dedos y ríen, con varias personas,
aquellos que me aman simplemente un poco.
Juguetear con las tiezas muñecas articuladas.
Osos de peluche de los cuales las virutas vuelan.
Y sólo una cosa con la cual mirás a través la realidad, un espejo.
Algún día quizás nos enamoremos.
Y en ese tiempo, quizás nos convertiremos en humanos,
Pero hasta entonces, debemos revelar
este mundo lleno de culpas.
Pero esas niñas jóvenes que sueñan, hasta que ellas conoscan el día deberán crecer,
son pequeñas como esos libros de dibujos...