Randomness
No me convence 100%, pero... ya qué xD
Queda poco, cada vez más poco...
Fandom: Harry Potter
Claim: Albus Severus Potter
Tema: #14 - Ego
Los tradicionales doce árboles de Navidad decoraban el castillo, cubiertos de pequeñas hadas y velas que flotaban solas. Las armaduras cantaban villancicos en los pasillos, y estaban dispuestas a lanzarse sobre cualquier alumno indiferente que no quisiera escucharlas. Gemma Scamander había sido víctima de una de ellas, y había terminado sepultada bajo un escudo metálico que le habían arrojado encima. Claro que después se habían enterado de que había sido una broma de Peeves.
James y Albus se iban a casa de sus tíos a pasar las fiestas aquella misma tarde, y Scorpius viajaba a la Mansión Malfoy la mañana siguiente. Edward se iría con su padre, que visitaría el castillo por negocios.El Slytherin había estado tenso la mayor parte del día, aunque ni siquiera Albus había podido deducir el por qué. No tardaría en averiguarlo.
El señor Smith llegó a Hogwarts vestido con una túnica oscura, el cuello cubierto por una elegante bufanda y las manos enfundadas en guantes. Llevaba el cabello rubio corto e impecable, y caminaba por el pasillo como quien es dueño del lugar. Tenía una estatura distinguida y orgullosa. Había pasado cerca de una hora en el despacho de McGonagall, y había salido sin cambiar el semblante. Edward lo esperaba afuera, y Albus y Scorpius lo acompañaban.
Se dirigió a los chicos apenas abandonó el despacho. Con lento ademán se quitó los guantes, esbozando una sonrisa forzada.
- Así que tú eres el hijo de Malfoy... - le dijo a Scorpius.
- Sí, señor Smith- respondió Scorpius, con toda la decencia que había adquirido en casa.
- ¿Y tú eres...?
- Albus Potter - contestó el chico, simplemente.
Scorpius le dedicó una mirada de reproche.
Zacharias lo recorrió con la mirada, como quien evalúa a alguien a quien está a punto de contratar. A Albus le hubiera gustado saber qué pasaba por su rubia cabeza, y por qué de pronto sus ojos habían perdido aquel aire de indiferencia.
- Dale esto a tu padre - dijo, sacando un pequeño objeto de su bolsillo.
Albus extendíó la mano, y el antiguo tejón dejó caer una pequeña moneda en ella.
- Claro - respondió. No le había agradado mucho la personalidad del padre de su amigo, y no tenía manera de saber lo que aquella moneda significaba. Tampoco veía la relación que aquel señor podía tener con su padre. ¿Habrían sido amigos?
Finalmente Zacharias pareció dejar de lado a Albus, para volver a posar su mirada en Scorpius. Este se mantuvo impasible.
- Nos vamos, Edward- dijo finalmente.
- Sí... - dijo el aludido, como disculpándose -. Nos vemos en unos días.
Y comenzó a caminar detrás de su padre, quien ya se había alejado pausadamente de los Slytherin.
Un silencio incómodo se apoderó de los pequeños Potter y Malfoy.
- ¿Por qué me miras así? - preguntó Albus, rompiéndolo.
- ¿Es que no caes? Nos evalúa - respondió Scorpius, como explicando algo obvio.
Albus no dijo nada.
- Quiere saber si somos una buena compañía para su hijo.
- ¿Y por qué no lo seríamos?
- Porque mi familia estuvo plagada de mortífagos.
Albus frunció el entrecejo. Era la primera vez que lo escuchaba referirse al tema, y no le agradó la mirada que puso cuando dijo aquellas palabras.
- Piensas demasiado - le dijo Albus, mirándolo a los ojos.
Scorpius bajó la mirada. No quería que viera sus mejillas. No sabía si le daba vergüenza aquella mirada en los ojos verdes de su compañero, o el haber sido herido por el ego del señor Smith. Quizá eran ambas cosas. Pero tuvo que volver a verlo a la cara, porque aquella mirada en el rostro de Albus era una de las pocas cosas que lo hacían sonreír de verdad. Aunque fuese interiormente.
Queda poco, cada vez más poco...
Fandom: Harry Potter
Claim: Albus Severus Potter
Tema: #14 - Ego
Los tradicionales doce árboles de Navidad decoraban el castillo, cubiertos de pequeñas hadas y velas que flotaban solas. Las armaduras cantaban villancicos en los pasillos, y estaban dispuestas a lanzarse sobre cualquier alumno indiferente que no quisiera escucharlas. Gemma Scamander había sido víctima de una de ellas, y había terminado sepultada bajo un escudo metálico que le habían arrojado encima. Claro que después se habían enterado de que había sido una broma de Peeves.
James y Albus se iban a casa de sus tíos a pasar las fiestas aquella misma tarde, y Scorpius viajaba a la Mansión Malfoy la mañana siguiente. Edward se iría con su padre, que visitaría el castillo por negocios.El Slytherin había estado tenso la mayor parte del día, aunque ni siquiera Albus había podido deducir el por qué. No tardaría en averiguarlo.
El señor Smith llegó a Hogwarts vestido con una túnica oscura, el cuello cubierto por una elegante bufanda y las manos enfundadas en guantes. Llevaba el cabello rubio corto e impecable, y caminaba por el pasillo como quien es dueño del lugar. Tenía una estatura distinguida y orgullosa. Había pasado cerca de una hora en el despacho de McGonagall, y había salido sin cambiar el semblante. Edward lo esperaba afuera, y Albus y Scorpius lo acompañaban.
Se dirigió a los chicos apenas abandonó el despacho. Con lento ademán se quitó los guantes, esbozando una sonrisa forzada.
- Así que tú eres el hijo de Malfoy... - le dijo a Scorpius.
- Sí, señor Smith- respondió Scorpius, con toda la decencia que había adquirido en casa.
- ¿Y tú eres...?
- Albus Potter - contestó el chico, simplemente.
Scorpius le dedicó una mirada de reproche.
Zacharias lo recorrió con la mirada, como quien evalúa a alguien a quien está a punto de contratar. A Albus le hubiera gustado saber qué pasaba por su rubia cabeza, y por qué de pronto sus ojos habían perdido aquel aire de indiferencia.
- Dale esto a tu padre - dijo, sacando un pequeño objeto de su bolsillo.
Albus extendíó la mano, y el antiguo tejón dejó caer una pequeña moneda en ella.
- Claro - respondió. No le había agradado mucho la personalidad del padre de su amigo, y no tenía manera de saber lo que aquella moneda significaba. Tampoco veía la relación que aquel señor podía tener con su padre. ¿Habrían sido amigos?
Finalmente Zacharias pareció dejar de lado a Albus, para volver a posar su mirada en Scorpius. Este se mantuvo impasible.
- Nos vamos, Edward- dijo finalmente.
- Sí... - dijo el aludido, como disculpándose -. Nos vemos en unos días.
Y comenzó a caminar detrás de su padre, quien ya se había alejado pausadamente de los Slytherin.
Un silencio incómodo se apoderó de los pequeños Potter y Malfoy.
- ¿Por qué me miras así? - preguntó Albus, rompiéndolo.
- ¿Es que no caes? Nos evalúa - respondió Scorpius, como explicando algo obvio.
Albus no dijo nada.
- Quiere saber si somos una buena compañía para su hijo.
- ¿Y por qué no lo seríamos?
- Porque mi familia estuvo plagada de mortífagos.
Albus frunció el entrecejo. Era la primera vez que lo escuchaba referirse al tema, y no le agradó la mirada que puso cuando dijo aquellas palabras.
- Piensas demasiado - le dijo Albus, mirándolo a los ojos.
Scorpius bajó la mirada. No quería que viera sus mejillas. No sabía si le daba vergüenza aquella mirada en los ojos verdes de su compañero, o el haber sido herido por el ego del señor Smith. Quizá eran ambas cosas. Pero tuvo que volver a verlo a la cara, porque aquella mirada en el rostro de Albus era una de las pocas cosas que lo hacían sonreír de verdad. Aunque fuese interiormente.