Harry Potter [Fanfic] - Velvet Goldmine 2

Jun 16, 2012 19:55

Título: Velvet Goldmine
Pairing: Harry/Draco\Ullysses (Relación establecida como trío)
Warnings: Threesome. Unbetaed(sin betear). Life is good *sighs*
Género: PWP/Slash/Romance
Clasificación: NC-17
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.

Autora: Sui (sui_tan)

Nota: Para quien no lo sepa, Ullysses es un personaje original, creado por mua obviously, y es uno de los protagonistas principales en “Sanctuary”, el fanfic con el que participé en el Big Bang de Harry Potter en español. Esta historia NO ESTÁ RELACIONADA con ese fic, así que se puede leer por separado sin ningún tipo de problemas ;)

Nota 2: Este drabble responde al reto que me hizo intimisky por LJ y al, mismo tiempo, el que me hizo salviohexiia en ff.net
¡Espero que les guste, chicas!




Harry and Draco
Harry frunció el ceño y miró por décima ocasión el reloj de pared que estaba cerca de su mesa.

―Entonces, Harry, ¿puedo llamarte Harry, verdad? ―dijo una mujer castaña que había tomado asiento frente a él mientras batía sus gruesas y evidentemente falsas pestañas, luego continuó, sin siquiera molestarse en esperar respuesta a su pregunta.

Maldijo para sus adentros. El restaurante estaba a tope y, al encontrarse solo, era blanco fácil para los magos y brujas interesados en acercarse a hacerle compañía. Desvió la mirada una vez más y se preguntó en dónde diablos estaba Draco. Su novio le había mandado una lechuza informándole sobre un ligero cambio de planes, pues Ullysses trabajaría hasta muy tarde y él probablemente se retrasaría un poco también, instándolo así a ir directamente al lugar donde irían a cenar.

―¿No te interesaría ir a mi departamento? Es evidente que te han dejado plantado y yo estaría más que feliz de poder…

Harry gruñó. ¿Qué había hecho para merecer semejante regalo de cumpleaños? ¿QUÉ? Justo estaba por mandar al diablo a aquella irritante y estúpida mujer cuando una suave e increíblemente familiar voz lo interrumpió.

―Disculpa, pero creo que estás ocupando mi lugar.

Lo primero que vio fueron aquellas largas y torneadas piernas que conocía muy, muy bien cubiertas por las que debían ser las medias más sexys del planeta ―¡Merlín! ¿Eso que veía era el borde de un liguero?―. Su mirada fue subiendo y subiendo, disfrutando de la visión de aquel esbelto y delicioso cuerpo cubierto por ese entallado y casi diminuto vestido rojo, hasta finalmente toparse con los ojos divertidos de Draco Malfoy.

La mujer aún no había reconocido al rubio. ¿Cómo podría hacerlo? Traía el cabello largo y rizado en las puntas, el maquillaje que llevaba puesto suavizaba los rasgos de su rostro, resaltando sus ojos grises mientras le daba un aspecto increíblemente femenino y sensual. Harry dudaba que alguien más supiera que se trataba de Draco, pues solamente él había pasado años obsesionado con el rubio, memorizando hasta el más mínimo detalle de su persona.

Lo reconocería incluso si estuviera utilizando poción multijugos, estaba seguro de ello.

―Aléjate, yo llegué primero ―exigió la mujer, mirándolo como si de una peste se tratase.

Draco no se dejó amedrentar, todo lo contrario, soltó una risita divertida y la miró con toda la condescendencia de la que podía ser capaz.

―Si yo fuera tu, me ahorraría la humillación, querida ―dijo con burla mientras colocaba un largo mechón de cabello detrás de su oreja, llamando la atención de toda la población masculina que se encontraba en el lugar.

La castaña estaba a punto de replicar pero fue detenida por la voz cortante de Harry.

―Márchate ―ordenó sin titubear, después fijó toda su atención en su amante y lamió sus labios, devorándolo con los ojos―. Llegas tarde.

―Lo lamento, es que estaba decidiendo qué lencería debía usar en esta noche tan especial ―contestó el rubio con inocencia.

La mujer soltó un balbuceo indignado y se alejó rápidamente. Draco sonrió y se dispuso a tomar asiento, sin embargo, Harry lo sorprendió al ponerse de pie e impedírselo con un brusco movimiento.

―Nos vamos ―dijo el moreno con firmeza.

―Pero si acabo de llegar, Harry.

―No me importa.

Draco alzó una ceja.

―No te entiendo, estabas tan entusiasmado con la cena y…

―Al diablo con la cena ―gruñó Harry, sus ojos verdes oscurecidos por el deseo―. Vámonos o te juro que te follo sobre esta misma mesa.

El rubio abrió la boca pero fue incapaz de contestar ante tal declaración, por tanto, permitió que su novio lo arrastrara hacia la puerta y los apareciera directo en la sala del departamento que compartían con Ullysses.

Harry se apartó lo suficiente para poder admirar la apariencia de su amante y gruñó una vez más, embriagado por la sensualidad de su pareja. Lo tomó firmemente por los cabellos y lo jaló hacia él con posesividad.

―Dios, Draco, ¿por qué me estás haciendo esto? ¿Tienes idea de lo que estás provocando en mí? ¿La tienes? ―musitó, rozando los labios del rubio con los suyos.

―¿Es que no te gusta tu regalo de cumpleaños, Harry? ―preguntó Draco mientras ondulaba las caderas, provocando que la entrepierna del moreno diera un doloroso tirón―. Mmm, algo me dice que sí te gusta. ¿Te gusta verme vestido de mujer? ―ronroneó, repitiendo el mismo movimiento.

Harry siseó sin poderlo evitar y finalmente tomó posesión de aquella boca con desesperación. El beso fue feroz y húmedo, las lenguas de ambos se enredaron en un baile carnal del que apenas y eran conscientes, arrastrados por el instinto primordial que amenazaba con hacerles perder el control en cualquier momento. Harry acarició el cuerpo de su amante con la mano que aún tenía libre, disfrutando de la ajustada seda que cubría cada suave curva y musculo.

―¿Este es mi regalo? ―preguntó con un murmullo.

Draco asintió.

―¿Te gusta?

Harry deslizó su mano hasta la curva del trasero del rubio y tomó una de sus nalgas en un fuerte apretón.

―¿Tú qué crees? ―sonrió, luego volvió a besarlo con la misma pasión e intensidad. Momentos después se separaron en busca de aire―. Ya que este es mi regalo, supongo que harás lo que te pida sin vacilación. ¿Estoy en lo correcto? ―preguntó entre jadeos.

―Sí… ―Draco onduló las caderas una vez más, buscando mayor contacto―. Lo que tú quieras.

Harry bajó la otra mano para apretar las nalgas del rubio una vez más.

―En ese caso, quiero que me la chupes ahora mismo ―ordenó con voz ronca.

Draco colocó una mano en el pecho de su amante y lo obligó a retroceder hasta dejarlo recargado en uno de los pasamanos del sofá, después se dejó caer de rodillas y, sin dejar de verlo a los ojos un solo instante, procedió a bajar la cremallera de su pantalón con lentitud.

Harry siseó al sentir aquel cálido aliento sobre su erección.

―Ahora mismo, Draco ―repitió con voz ronca y firme.

El rubio sonrió y cerró los ojos, dispuesto a obedecer. Abrió la boca y dejó que su lengua jugueteara sobre la cabeza del miembro de su novio, después procedió a lamerlo de arriba abajo y, cuando Harry pensó que no podría soportarlo más, finalmente lo tomó por completo, disfrutando del líquido pre-eyaculatorio que brillaba en la punta del glande.

Harry soltó un gruñido y suspiró, disfrutando al máximo de la visión. Tomó al rubio por los cabellos, como si de riendas se tratasen, y comenzó a marcar el ritmo que mejor le parecía, follando su boca con frenesí. Al cabo de unos minutos ya se encontraba al borde del clímax pero no se dejó llevar, pues no era así como quería que las cosas terminaran. No esa vez.

Juntó toda su determinación y se apartó de él.

―Levántate ―dijo con voz firme, estudió a su amante mientras se ponía de pie y se obligó a permanecer inmóvil―. Desnúdate. Lentamente ―ordenó.

Las mejillas de Draco estaban encendidas y el ritmo de su respiración era muy elevado. Su cuerpo vibraba consciente de esos ojos verdes que no perdían de vista ni uno solo de sus movimientos y dejó que la fina prenda se deslizara hasta caer finalmente al suelo, repitiendo lo mismo con aquel pedazo de encaje que apenas cubría su erección.

―Te necesito, Harry… ―murmuró inquieto. Aquel cosquilleo que sentía en su trasero estaba a punto de volverlo loco.

Harry mordió el interior de su mejilla y asintió, luego señaló uno de los extremos del sillón.

―Siéntate y abre tus piernas para mí.

Draco así lo hizo, dándole una visión perfecta de su brillante y apretada entrada.

―Santo cielo, Draco. ¿Ya estás preparado? ―preguntó Harry con un gruñido mientras se acercaba a él.

Draco asintió con una sonrisa.

―Ullysses te envía sus mejores deseos.

El moreno lamió sus labios, ansioso por probar el líquido que comenzaba a escurrir por las piernas de su amante.

―¿Qué es? ―preguntó con la boca seca.

―Creo que deberás averiguarlo por ti mismo ―contestó el rubio mientras se recostaba, abriendo las piernas todavía más.

Harry no necesitó otra invitación. Acarició uno de los blancos muslos de su pareja con una mano y acercó la otra hacia aquel palpitante orificio que lo esperaba. Introdujo dos dedos en aquel cálido túnel y jadeó, sintiendo aquellas esferas que se movían a su alrededor.

―Merlín… ―dijo sin aliento, extasiado ante los gemidos de placer que soltaba su novio.

―Ahora, Harry. Te quiero dentro ―murmuró Draco con voz entrecortada.

Harry retiró sus dedos y casi se corre al ver cómo escapaba una perla blanca del interior de su amante.

―Estas son…

Draco negó con la cabeza y utilizó sus piernas para acercarlo aún más, impidiéndole terminar.

―Luego, Harry. Cógeme ahora ―suplicó.

Harry lo hubiera hecho incluso sin aquella petición, pues ya no era capaz de pensar en otra cosa más que en estar dentro de Draco. Acarició sus piernas y muslos con suavidad, sintiendo cada pequeño detalle del liguero y las medias. Gruñó como un animal, poseído por la lujuria y lo penetró finalmente con una firme y poderosa estocada.

Draco gritó y se aferró a su amante con fuerza. Harry lo embistió sin reparo ni vacilación, buscando su propio placer, y eso lo estaba llevando al límite con gran rapidez. El rubio movió sus caderas al mismo tiempo que las de su amante, encontrándose con las de él con cada embestida, gozando del roce contra su sensibilizada próstata.

Ambos sintieron el movimiento de las perlas, acariciando sus puntos más sensibles, y gimieron extasiados ante tan intensa experiencia. El clímax llegó rápido y los arrastró a ambos, sin misericordia, hacia uno de los orgasmos más poderosos que jamás habían experimentado.

Harry se dejó caer sobre el pecho de su amante y suspiró, aún temblando de placer. Draco lo rodeó por el cuello con sus brazos y cerró los ojos, agotado.

―Creo que no podré moverme en días… ―murmuró sin aliento.

Harry soltó una risita y asintió con un ligero movimiento de cabeza.

―Yo tampoco.

Los dos permanecieron así por unos instantes, disfrutando de aquel estopor post-orgásmico.

―Feliz cumpleaños, Harry ―dijo el rubio con suavidad, acariciando los cabellos del otro hombre.

Harry alzó el rostro y lo miró con todo el amor que sentía por él.

―Gracias.

Entonces se besaron, dando inicio a un nuevo encuentro que sería igual de intenso que el anterior.

Esa noche no iban a dormir en lo absoluto.

TBC…

----------------------------------------------------------------
Y hasta ahí llega el segundo drabble, que más bien es one shot porque tiene más de mil quinientas palabras lolol
Les pido una disculpa por la demora, lo que pasa es que justo acaba de terminar el dracothon y estaba muy apurada contestando los retos ^^

No sé si logré cumplir con las expectativas, sobre todo por el reto de intimiskyxD pero igual espero que les haya gustado ;u;

Hubo alguien que me preguntó sobre si había alguna imágen de Ully, así que aquí se los dejo:



Recuerden que los comentarios son amor.
Tmb que pueden dejarme retos con toda confianza :D

Mil gracias por leer ^u^

!fic: velvet goldmine, !universo: velvet goldmine, !personaje: harry potter, !threesome: harry/draco\ullysses, !fanfic, !personaje: draco malfoy

Previous post Next post
Up