Título: Velvet Goldmine
Pairing: Harry/Draco\Ullysses (Relación establecida como trío)
Warnings: Threesome. Unbetaed(sin betear). Life is good *sighs*
Género: PWP/Slash/Romance
Clasificación: NC-17
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.
Summary: Harry ama a Draco. Ullysses ama a Draco. Draco los ama a los dos y la vida es grandiosa. El sexo, desde luego, no puede ser diferente.
Autora: Sui Felton (
sui_tan)
Nota: Para quien no lo sepa, Ullysses es un personaje original, creado por mua obviously, y es uno de los protagonistas principales en “Sanctuary”, el fanfic con el que participé en el Big Bang de Harry Potter en español. Esta historia NO ESTÁ RELACIONADA con ese fic, así que se puede leer por separado sin ningún tipo de problemas ;)
Nota 2: Este drabble responde al reto que me hizo
siniestramalfoy por Twitter: USO DE DILDOS/BUTTPLUGS. Igual no sé si lo hice bien, pero espero que les guste lmao
Ullysses and Draco
Draco entró al lujoso despacho y sonrió al ver aquella brillante mata de cabello negro sumergida en medio de un montón de papeles, después esperó a que el hombre finalmente se percatara de su presencia, cosa que no sucedió, y terminó carraspeando para llamar su atención.
―¿Ocupado? ―preguntó con voz divertida mientras alzaba una ceja y se cruzaba de brazos.
―Draco… ―el apuesto rostro de Ullysses se iluminó al ver a su novio y de inmediato dejó los documentos sobre el escritorio―. Lo siento, ¿qué hora es? ―preguntó.
El rubio puso los ojos en blanco y le extendió la carpeta que llevaba.
―Pasan de las seis. No creo que estés listo para irnos a casa, ¿o sí? ―preguntó con incredulidad, luego añadió―. Harry se ha ido desde hace una hora, ya sabes que es bastante impaciente cuando se trata de este tipo de cosas.
―No tienes por qué recordármelo ―el hombre suspiró, agotado―. Sé que es su cumpleaños y que prometimos ir a cenar los tres juntos, pero el ministerio ha estado jodiendo toda la mañana con este maldito informe y no creo poder terminar para antes de las ocho.
―Esa es la hora en la que tenemos nuestra reservación ―murmuró Draco mientras recargaba su cadera en una de las esquinas del fino escritorio de nogal.
―Lo sé.
―Sabes que Harry no va a dejarlo pasar después de que cancelaras nuestra cena de la semana pasada.
―También sé eso.
―¿Qué piensas hacer entonces? ―preguntó Draco mientras lo miraba con curiosidad.
Ullysses sonrió, dándole un travieso y perverso brillo a sus ojos negros, luego movió su varita y apareció una pequeña caja de terciopelo verde.
―Creo que debería adelantarle su regalo de cumpleaños ―el moreno alzó la mirada hacia su amante y agregó―. Se suponía que disfrutaríamos los tres juntos, pero me temo que eso no será posible ―suspiró dramáticamente―. Es una lástima porque de verdad me moría por gozarlo también. Supongo que me toca esperar.
Ullysses se levantó y rodeó el escritorio con lentitud. Los ojos grises del rubio brillaron con suspicacia pero no se resistió cuando su novio lo tomó por la cintura, pegándolo a su cuerpo.
―No sé porqué, pero creo que ese regalo no sólo tiene que ver con Harry ―dijo mientras alzaba una ceja.
―¿Tú crees? ―preguntó Ullysses con falsa inocencia.
―No, no creo. Estoy seguro ―Draco pasó los brazos por el cuello del hombre y asintió―. Aunque, por alguna razón, presiento que será bastante beneficioso para todos. ¿Me equivoco?
―No, no te equivocas, cariño.
Ullysses lo besó, dando por finalizada aquella conversación, y Draco se entregó gustoso a la maravillosa sensación. El moreno devoró su boca con lentitud, detallando cada milímetro de sus labios con la lengua y sonrió al sentir la vibración de los gemidos de su novio en su garganta, después lo tomó firmemente por las nalgas y lo alzó para llevarlo directo hacia el lustroso sofá negro que descansaba del otro lado de la oficina.
Draco suspiró al ver como el otro hombre aflojaba el nudo de su corbata y murmuró:
―Pensé que estabas muy ocupado.
Ullysses sonrió, mostrando su perfecta dentadura y besó una de las manos de su amante.
―Lo estoy.
―¿Qué se supone que estás haciendo entonces? ―preguntó el rubio mientras era despojado de sus pantalones y ropa interior.
―Preparando el regalo de Harry, desde luego. Recuerda que soy un amigo bastante considerado ―contestó Ullysses, terminando con los botones de la camisa de Draco, inclinándose de inmediato para paladear un rosado y endurecido pezón.
Draco gimió ante el contacto y se arqueó de inmediato, buscando más. El moreno aprovechó su distracción y abrió finalmente la cajita que llevaba consigo, después, cuando el rubio estaba cerca de correrse con sólo aquellas caricias, se separó de él y colocó una esfera blanca del tamaño de un limón delante de su rostro para que pudiera verla con atención.
―Eso es… ―Draco jadeó y miró a su novio con incredulidad―. ¿Una perla de Madagascar?
―Correcto ―dijo Ullysses con sonrisa depredadora.
―¿Tienes idea de lo que vale esto? ¡Son al menos diez mil galeones! ―exclamó el rubio.
―Lo sé, cariño. Recuerda que fui yo quien la compró ―comentó el otro con una risita, después extendió la caja completa hacia él, donde se encontraban otras cuatro de igual color y tamaño―. Fue un poco difícil conseguirlas, ya sabes que son muy raras, pero creo que a Potter le gustarán. ¿Tú qué opinas? ―preguntó mientras le separaba las piernas con las rodillas.
―Son preciosas ―murmuró Draco mientras tomaba la caja, luego se acomodó contra los cojines para disfrutas de los besos que su amante iba regando por su vientre y pelvis.
Ullysses lamió y mordió la sensible piel de los muslos de Draco y sonrió al escuchar sus gemidos y suspiros. El rubio comenzó a ondular las caderas, tratando de que su miembro recibiera parte de aquellas caricias y casi suelta un gruñido de frustración al ver que su pareja se separaba.
―Qué ansioso eres ―dijo el moreno con tono burlón.
Draco frunció el ceño y abrió la boca para replicar, pero calló al ver que el hombre aparecía un objeto triangular en su mano. Ullysses sostuvo el plug de color negro con una de sus manos y con la otra comenzó a trazar suaves ondas en el vientre de su novio, después guió el objeto a su boca y, mirando directamente a los ojos del otro hombre, lo succionó con lentitud.
Draco sollozó sin querer.
―Eres un degenerado ―dijo entre jadeos.
―Gracias, yo también te amo ―contestó el moreno cuando finalmente soltó el plug, después se colocó encima de su amante y murmuró―. No sabes cuántas ganas tengo de cogerte, Draco, pero me temo que si lo hago no podré terminar con ese reporte y es algo que necesito tener listo esta misma noche.
―Lo entiendo ―el rubio suspiró―. Sólo ten en cuenta que no será lo mismo sin ti, ¿de acuerdo?
―Sí.
Ullysses volvió a unir sus labios, esta vez en un gesto mucho más tierno, y después bajó por su cuello hasta llegar a la punzante erección que lo esperaba, introduciéndola de inmediato en su boca. Draco se arqueó y gimió una vez más sin poder contenerse. Pronto, la habitación se encontró llena de jadeos y suspiros, mismos que eran acompañados por el sonido de las succiones que Ullysses le proporcionaba al miembro de su amante.
―Dios, date prisa… ―suplicó Draco, ruborizado.
El moreno lo miró a los ojos por unos instantes y murmuró un hechizo de lubricación, luego introdujo un dedo dentro de la apretada entrada del rubio, acariciando con suavidad los pliegues de sus músculos; después añadió otro y esparció el lubricante con las yemas, torciendo y empujando de vez en cuando, en busca de aquel punto exacto de placer que tan bien conocía.
―Creo que ya estás más que listo ―dijo con una sonrisa, después alzó las piernas de su pareja y ordenó ―. Sostenlas bien.
Draco así lo hizo, atrayéndolas hacia su pecho de inmediato.
Ullysses insertó la punta del plug dentro de él y Draco soltó un suspiró. Hacía ya algo de tiempo que no habían utilizado juguetes y, aunque prefería mil veces sentir dentro de sí a sus novios, los dildos y plugs siempre eran un extra. Por lo que podía ver, no era el único que pensaba así. Ullysses lo preparó con cuidado y muy lentamente, disfrutando de cada momento y de la fantástica visión que tenía ante él, después regresó su boca hacia el endurecido pene de su novio, lamiéndolo desde la base hasta la punta en repetidas ocasiones para después succionarlo con fuerza.
―¿Tienes idea de lo sexy que eres? ―murmuró con voz ronca, embistiendo a Draco cada vez más rápido con el plug―. Anda, córrete para mí. No te contengas.
Merlín, Ullysses sí que sabía cómo excitarlo. Su voz era igual que un afrodisiaco.
Draco cerró los ojos y apretó fuertemente los dientes, tratando contener su orgasmo el mayor tiempo posible. Sin embargo, la sensación fue mucho más poderosa que él y terminó sucumbiendo al poco tiempo, derramando su esencia sobre su cuerpo y en las finas ropas de su novio.
Los dos permanecieron en silencio por unos instantes, jadeando de vez en cuando, hasta que pudieron controlar nuevamente el ritmo de su respiración.
―Eso estuvo bien ―dijo el moreno con una sonrisa mientras retiraba el plug y lo llevaba hasta su boca. Lamió la extensión del objeto con ansias, disfrutando del sabor y aroma de su amante para después dejarlo caer en el suelo alfombrado―. ¿Estás listo para lo que sigue? ―preguntó con el mismo tono divertido.
Draco lo miró con expresión embelesada, aún sufriendo de los efectos residuales de su orgasmo, y asintió. Ullysses tomó una de las perlas entre sus dedos y dejó que un poco de su saliva cayera sobre esta, después la rodó, lubricándola y la dirigió hacia la entrada del rubio. Con cuidado introdujo cada una de las piedras preciosas en su interior, acariciando sus músculos y puntos sensibles con ellas, provocando una nueva oleada de excitación en Draco.
―No creo que muchos aprecien este tipo de trato para unas joyas tan raras… ―murmuró él entre jadeos.
―Bueno, tampoco es como si fuéramos a ir gritando por ahí que tienes Perlas en el culo, ¿o sí? ―dijo el moreno con una ceja alzada.
El rubio masculló algo para sí mismo y después negó con la cabeza.
―Cierra la boca y bésame, ¿quieres? ―ordenó mientras rodeaba a su amante por el cuello para colocarlo encima de su cuerpo.
Ullysses obedeció al instante. Aunque una parte de él le recordó que su ropa quedaría echa un completo desastre y que tenía bastante trabajo por hacer, otra mucha más grande le decía que el reporte podría esperar diez minutos más. Al fin y al cabo, besar a Draco estaba en la cima de sus prioridades.
Todo el tiempo.
TBC...
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Nota 3 (because I can): Esta es una serie de drabbles (sí, otra), que será utilizada para mi insana necesidad de escribir PWP (porn without plot/porno sin argumento).
Las actualizaciones serán periódicas y espontaneas. Les invito a retarme con toda confianza!!!
Estaré escogiendo un reto por semana, ya sea de LJ o de esta pag, lo único que pido es que sea bottom!Draco porque aparentemente no puedo escribir otra cosa…
Hasta el drabble de Harry!!!! *se la lleva el viento*