[Fanfiction Exo] Nightmare (Drabble KaiSoo)
Título fanfiction: Nightmare
Autor: stellasometimes
Pareja: Kai/Do (KaiSoo)
Extención: Drabble
Palabras: 950 ~
Género: fluff.
n/a: Nunca había pensado en escribir un drabble, la verdad ni siquiera creo que sea uno, pero se le acerca (?) estube como idiota preguntandole a Chani y a Choi si les gustaba y no estaba raro. Me dieron su opinión y quitaron las inseguridad de mi cuerpo haha espero que guste, sinceramente debo dejar de pensar en Kyungsoo como el oppa de Jonginnie xD
Resumen: Kyungsoo conoce todos los gestos de Jongin. Conoce hasta sus más mínimos berrinches al amanecer, e incluso los reconoce antes de adentrarse bajo sus sábanas para acariciarlo en forma de consuelo. Lástima que Kyungsoo no conoza a fondo el inconsciente de Jongin. No conoce sus miedos ni dolores. No sabe cuánto es el pánico que le tiene a la oscuridad ni a la soledad. Ni tampoco sospecha del calibre de las pesadillas de Jongin.
Nightmare
Kyungsoo no recuerda los martes como tal, sino más bien, como trazos de lunes disueltos en horas lentas y en segundos demasiados extensos; en pasos cortos pero exaltados; en una llovizna de primavera que arrastra el olor a asfalto húmedo y a pavimento muy bien envuelto con el olor a flores secas; y por último a un temible pero esperanzador temporal de fines de mayo.
Cuela sus manos frías por debajo de la camisa de Jongin, que está dormido entre sus brazos y con su cabeza apoyada sobre su pecho y siente piel cálida que choca contra la palma de su mano acompañado de sudor frío que de a poco se pega entre sus dedos. Percibe a sus propios brazos temperándose con tan superficial tacto y las manos le tiemblan; el cosquilleo va acompañado de cortos pero notorios espasmos y leves jadeos sobre su pecho que suenan a terror puro. Un pequeño sollozo se escapa de los labios de Jongin que provocan que su pecho se contraiga y casi por inercia atrae más cerca el cuerpo del menor. Manos acariciando los miedos acumulados en su cuerpo y pequeños susurros ahogados sobre el oído que saben a consuelo.
Jongin está teniendo otra pesadilla.
El sol lucha bruscamente adentrarse por las cortinas, busca de alguna manera ingresar por la fina tela de color vino y reposa su rutilante color naranja encima de los muebles. Kyungsoo observa la ventana de soslayo y piensa que quizá deba cambiar las cortinas. Es una primavera lluviosa e inesperada, con un sol imprudente que sale después de una llovizna que huele a flores, y ese rojo chillón que se crea con el contraste de la tela le hace doler los ojos.
-No… Me duele… Por favor no.
Hay veces que la voz de Jongin es tan suave que a Kyungsoo le produce escalofríos. Es por la forma en que el miedo y los nervios se acumulan en sus frases que él odia todo lo relacionado con el inconsciente del menor. Es más, detesta todo lo que produce que Jongin esté a su lado casi temblando del pánico, acurrucado mientras sus muslos se contraen en claro terror y provoca que su voz sea casi inaudible. Labios agrietados siendo cruelmente mordidos y su ceño tan fruncido que produce que el estómago se le contraiga y quiera sollozar junto a él. Y asesinar lo que sea que esté torturando a su pequeño.
Kyungsoo pasa sus manos hacia el cabello húmedo de su acompañante y, comienza suave y dulcemente a recitar su ritual para calmar al bulto de miedo acurrucado bajo sus brazos con serenos “tranquilo Jonginnie ya va a pasar” y “es sólo un sueño” mientras da pequeños besos sobre su frente. Una inocua y pequeña sonrisa se escapa de sus labios cuando siente el amarre de las manos de Jongin alrededor de su camisa y se olvida de momento del sudor frío que acompaña al cuerpo del moreno y los temblores cerca de su abdomen.
-Ya pasó Jonginnie-susurra sobre su mejilla y crea una pequeña caricia con su propia cara mientras escucha los sollozos del menor perdiéndose entre las sábanas.
-¡Hyung!-voz quebrada y respiración entre cortada se escapan de la boca del menor. Kyungsoo no lo ve, pero se imagina los lindos labios de Jongin apretujados por el alivio y sus adormilados ojos dando las gracias internamente-. Hyung, hyung ¡Fue horrible!-el pecho de Jongin se expande y contrae de forma tan rápida que choca violentamente contra el de él. Acaricia con más fervor el cabello de Jongin-. Hoy me estaban arañando los brazos y ...
-Shhh… no importa, ya pasó.
Jongin suspira, y es un suspiro que sabe a alivio sobre los labios de Kyungsoo. Luego del suspiro están los ojos oscuros de Jongin carcomiendo su alma y su cordura tirándose por la ventana, sus manos temblorosas y el latido de su corazón quebrando lo poco y nada de control que tiene sobre su cuerpo. La diferencia es que hoy no es por culpa de la empatía que siente por su pequeño vecino que lo llama todos los lunes por la tarde cuando sus padres no están y sus hermanas llegan tarde a casa. No, hoy es porque Jongin le está mirando directamente a los ojos y el flequillo húmedo que cubren torpemente sus ojos saca a la luz sus mejillas sonrojadas, cosa que provoca que se desplome.
-Gracias por venir hyung.
El aliento cálido cae sobre la boca de Kyungsoo y ya no lo soporta más, abraza con más fuerza al menor y le roba un beso, uno descuidado y sincero que sabe a todo lo que quiera Jongin y a lo que busque en sus sueños. Toma entre sus manos el rostro no tan maduro del menor, pero que de todos modos es mucho más atractivo que cualquier chico de dieciséis años, sus dedos de nuevo están húmedos, pero no es sudor, definitivamente; son las lágrimas que desbordan las comisuras de los ojos de Jongin que ahora provocan un nudo en su garganta.
Se equivocó, Jongin le tiene miedo. Lo siente, lo siente tanto.
-¿Estoy soñando? Por favor dime que no-pregunta. Y su sonrisa se extiende tanto que produce que Kyungsoo también sonría como idiota y lo bese impulsivamente.
Lo besa toda la madrugada mientras Jongin solloza de felicidad, o eso dice mientras entierra su rostro en su pecho para esconder su vergüenza. Remplaza el sudor frío por mimos sobre su cuello y cambia los martes que saben a lunes por una eternidad acompañada por Jongin, sueños extensos custodiados de brisas de primavera y de gritos que no tienen nada que ver con pesadillas, sino que son de felicidad.
O al menos Jongin los escucha así.
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Autor: stellasometimes
Pareja: Kai/Do (KaiSoo)
Extención: Drabble
Palabras: 950 ~
Género: fluff.
n/a: Nunca había pensado en escribir un drabble, la verdad ni siquiera creo que sea uno, pero se le acerca (?) estube como idiota preguntandole a Chani y a Choi si les gustaba y no estaba raro. Me dieron su opinión y quitaron las inseguridad de mi cuerpo haha espero que guste, sinceramente debo dejar de pensar en Kyungsoo como el oppa de Jonginnie xD
Resumen: Kyungsoo conoce todos los gestos de Jongin. Conoce hasta sus más mínimos berrinches al amanecer, e incluso los reconoce antes de adentrarse bajo sus sábanas para acariciarlo en forma de consuelo. Lástima que Kyungsoo no conoza a fondo el inconsciente de Jongin. No conoce sus miedos ni dolores. No sabe cuánto es el pánico que le tiene a la oscuridad ni a la soledad. Ni tampoco sospecha del calibre de las pesadillas de Jongin.
Nightmare
Kyungsoo no recuerda los martes como tal, sino más bien, como trazos de lunes disueltos en horas lentas y en segundos demasiados extensos; en pasos cortos pero exaltados; en una llovizna de primavera que arrastra el olor a asfalto húmedo y a pavimento muy bien envuelto con el olor a flores secas; y por último a un temible pero esperanzador temporal de fines de mayo.
Cuela sus manos frías por debajo de la camisa de Jongin, que está dormido entre sus brazos y con su cabeza apoyada sobre su pecho y siente piel cálida que choca contra la palma de su mano acompañado de sudor frío que de a poco se pega entre sus dedos. Percibe a sus propios brazos temperándose con tan superficial tacto y las manos le tiemblan; el cosquilleo va acompañado de cortos pero notorios espasmos y leves jadeos sobre su pecho que suenan a terror puro. Un pequeño sollozo se escapa de los labios de Jongin que provocan que su pecho se contraiga y casi por inercia atrae más cerca el cuerpo del menor. Manos acariciando los miedos acumulados en su cuerpo y pequeños susurros ahogados sobre el oído que saben a consuelo.
Jongin está teniendo otra pesadilla.
El sol lucha bruscamente adentrarse por las cortinas, busca de alguna manera ingresar por la fina tela de color vino y reposa su rutilante color naranja encima de los muebles. Kyungsoo observa la ventana de soslayo y piensa que quizá deba cambiar las cortinas. Es una primavera lluviosa e inesperada, con un sol imprudente que sale después de una llovizna que huele a flores, y ese rojo chillón que se crea con el contraste de la tela le hace doler los ojos.
-No… Me duele… Por favor no.
Hay veces que la voz de Jongin es tan suave que a Kyungsoo le produce escalofríos. Es por la forma en que el miedo y los nervios se acumulan en sus frases que él odia todo lo relacionado con el inconsciente del menor. Es más, detesta todo lo que produce que Jongin esté a su lado casi temblando del pánico, acurrucado mientras sus muslos se contraen en claro terror y provoca que su voz sea casi inaudible. Labios agrietados siendo cruelmente mordidos y su ceño tan fruncido que produce que el estómago se le contraiga y quiera sollozar junto a él. Y asesinar lo que sea que esté torturando a su pequeño.
Kyungsoo pasa sus manos hacia el cabello húmedo de su acompañante y, comienza suave y dulcemente a recitar su ritual para calmar al bulto de miedo acurrucado bajo sus brazos con serenos “tranquilo Jonginnie ya va a pasar” y “es sólo un sueño” mientras da pequeños besos sobre su frente. Una inocua y pequeña sonrisa se escapa de sus labios cuando siente el amarre de las manos de Jongin alrededor de su camisa y se olvida de momento del sudor frío que acompaña al cuerpo del moreno y los temblores cerca de su abdomen.
-Ya pasó Jonginnie-susurra sobre su mejilla y crea una pequeña caricia con su propia cara mientras escucha los sollozos del menor perdiéndose entre las sábanas.
-¡Hyung!-voz quebrada y respiración entre cortada se escapan de la boca del menor. Kyungsoo no lo ve, pero se imagina los lindos labios de Jongin apretujados por el alivio y sus adormilados ojos dando las gracias internamente-. Hyung, hyung ¡Fue horrible!-el pecho de Jongin se expande y contrae de forma tan rápida que choca violentamente contra el de él. Acaricia con más fervor el cabello de Jongin-. Hoy me estaban arañando los brazos y ...
-Shhh… no importa, ya pasó.
Jongin suspira, y es un suspiro que sabe a alivio sobre los labios de Kyungsoo. Luego del suspiro están los ojos oscuros de Jongin carcomiendo su alma y su cordura tirándose por la ventana, sus manos temblorosas y el latido de su corazón quebrando lo poco y nada de control que tiene sobre su cuerpo. La diferencia es que hoy no es por culpa de la empatía que siente por su pequeño vecino que lo llama todos los lunes por la tarde cuando sus padres no están y sus hermanas llegan tarde a casa. No, hoy es porque Jongin le está mirando directamente a los ojos y el flequillo húmedo que cubren torpemente sus ojos saca a la luz sus mejillas sonrojadas, cosa que provoca que se desplome.
-Gracias por venir hyung.
El aliento cálido cae sobre la boca de Kyungsoo y ya no lo soporta más, abraza con más fuerza al menor y le roba un beso, uno descuidado y sincero que sabe a todo lo que quiera Jongin y a lo que busque en sus sueños. Toma entre sus manos el rostro no tan maduro del menor, pero que de todos modos es mucho más atractivo que cualquier chico de dieciséis años, sus dedos de nuevo están húmedos, pero no es sudor, definitivamente; son las lágrimas que desbordan las comisuras de los ojos de Jongin que ahora provocan un nudo en su garganta.
Se equivocó, Jongin le tiene miedo. Lo siente, lo siente tanto.
-¿Estoy soñando? Por favor dime que no-pregunta. Y su sonrisa se extiende tanto que produce que Kyungsoo también sonría como idiota y lo bese impulsivamente.
Lo besa toda la madrugada mientras Jongin solloza de felicidad, o eso dice mientras entierra su rostro en su pecho para esconder su vergüenza. Remplaza el sudor frío por mimos sobre su cuello y cambia los martes que saben a lunes por una eternidad acompañada por Jongin, sueños extensos custodiados de brisas de primavera y de gritos que no tienen nada que ver con pesadillas, sino que son de felicidad.
O al menos Jongin los escucha así.
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