El amor no es eterno, pero los recuerdos sí [EXO FANFIC] (2/4)

Apr 03, 2020 17:19


#2

-¿Tú eres el primo de Yixing?-Kyungsoo se había acercado a Jongin en aquella bienvenida de manera formal y sin ningún interés previo. Casualmente se sentaron lado a lado en el sillón principal y Kyungsoo no tuvo más opción que platicar con él.

Jongin le sonrió de manera casual y le respondió que sí, que era el primo coreano de Yixing y que estaba encantado de conocerlo. Kyungsoo no entendió muy bien porqué estaba encantado si apenas había cruzado dos palabras con él, pero de todas formas le correspondió la sonrisa. No se hizo de rogar.


Dos meses después Jongin le confesó que en verdad estaba esperando que él se le acercara porque le había gustado mucho su presencia y sus bonitos labios, pero era demasiado tímido para hablarle. Kyungsoo piensa que Jongin le está mintiendo, pero de todas formas le dice que le cree y que es un idiota por no haberse acercado él primero.

- Eras el amigo guapo de mi primo al cual no tenía que acercarme porque debía alejarme del drama, hyung- dijo divertido Jongin aquella vez después de su confesión, mientras le rozaba los dedos con los propios y le sonreía mostrando sus brillantes dientes blancos que a Kyungsoo siempre le producían ansiedad por lo perfectos que eran.

-Pero a ti te gusta el drama-le dijo Kyungsoo, burlándose.

-Y también me gustas tú-confesó, tapando la mitad de su cara con el cuello de su chaqueta y disimulando sus nervios mientras la mirada perpleja de Kyungsoo le taladraba la cabeza y el corazón.

Luego de una extensa conversación en el departamento de Yixing y Minseok, donde compartió un par de palabras con Jongin, pero no demasiadas, Kyungsoo decidió retirarse del lugar porque ya era demasiado tarde y mañana, como todo los sábados, debía lavar la ropa de la semana. Lo último no lo dijo en voz alta, pero Baekhyun y Yixing ya sabían su rutina, por lo que no le dijeron nada cuando empezó a despedirse de todos en la pequeña reunión. Jongin se ofreció en ir a dejarlo a la casa. Kyungsoo se negó. Jongin insistió. Kyungsoo le dijo que no tenía 14 años, pero que agradece su ofrecimiento. Jongin lo siguió hasta el ascensor del edificio y le dijo que lo llamara cuando llegara a su departamento.

-No tengo tú número.

-Yixing hyung me dice que no le dé mi número a desconocidos.

-Tú me estás pidiendo que te llame-le dijo sin ánimos de discutir. De hecho le pareció hasta un poco gracioso el cómo Jongin se estaba haciendo de rogar. - Ya me voy.

-¿Entonces cómo me avisaras? Necesito un número para saber de ti-dijo finalmente Jongin, haciéndose el gracioso.

Kyungsoo se rió disimuladamente y le dio su tarjeta personal en la mano donde venía su número adjuntado y luego se despidió cortésmente. Jongin lo leyó en silencio y sonrió de oreja a oreja e igualmente se despidió de manera cortés, sólo que desde la salida del ascensor.

Esa noche Jongin lo llamó para saber si había llegado bien a su departamento y le preguntó si el domingo podían ir por un café. Kyungsoo quiso negarse, pero su ambición fue mayor y le dijo que estaba bien. De todas formas era un simple café y Yixing ya le había dicho que Jongin era un buen chico y que confiaba en él para cuidarlo. Sea lo que sea que eso significara.

Es por eso que el café es un símil de Jongin, amargo y dulce al tragar. Como los recuerdos de su relación ya terminada, extinta y quemada gracias al desgaste de la relación. O como se refirió Jongin aquella noche lluviosa a las afueras del Jazz Story; extinguida por el exceso de pasión y el deseo de sus anhelos apresurados.

Kyungsoo nunca entendió lo que quiso decir Jongin con esas palabras, pero las tiene grabadas en su memoria como si con tinta lo hubiera escrito en un papel imposible de extinguir. Supone, hasta el día de hoy, que Jongin hizo alusión a que todo pasó demasiado rápido y no pudo darse cuenta que en verdad no lo estaba pasando bien. Kyungsoo cree que es una mierda de pretexto si es lo que realmente quiso decir. Porque la realidad siempre había superado la ficción y Jongin jamás se había acostumbrado a la velocidad de las cosas, y si acaso en algún momento se sintió incómodo, tuvo un año y siete meses exactos para decírselo.

-Maldito mentiroso-dice Kyungsoo en voz alta, cuando encuentra una foto de ambos, tomando un café en DooRo, sacada por Baekhyun, tomada exactamente una semana después de que se dieron su primer beso.

Después del primer café de aquel domingo improvisado, Kyungsoo quedó demasiado enganchado del primo coreano de Yixing como para hacerse el difícil con él. Por lo que siguieron saliendo y conociéndose por un mes, fue en la tercera salida que descubrieron que a ambos les gustaba The Koxx, y que en efecto jamás habían ido a verlos tocar en vivo. Jongin dijo que sería una buena idea ir a verlos la próxima semana. Kyungsoo se entusiasmó. Ha esas alturas, ya le gustaba demasiado Jongin para negarse a sus panoramas en conjunto. Era la dinámica de sus conversaciones, la forma en que Jongin conjeturaba sus ideas, como lo miraba, la forma en que rozaba casualmente sus dedos cuando caminaban demasiado cerca por la calle sin un destino final. Fue todo eso que provocaba en Kyungsoo las ganas de acercarse más y más a Jongin.

No pudo detenerse. Y poco a poco Jongin se volvió parte de su rutina.

Rutina que aún existe, en su cabeza, en sus recuerdos, en la nostalgia de la noche cuando ve la foto de ambos sonrientes y jóvenes, alucinados por lo que las endorfinas y el romance estaba provocando en sus cuerpos. Romance perdido, pero que en aquella foto existe. Una alusión física de un tiempo espacial que no volverá a pasar, pero que está graficada en un papel fotográfico para no olvidar.

Cuando por fin consiguieron entradas para ir a ver en vivo a The Koxx en Jazz Story , un bar aclamado de Seúl que Kyungsoo había visitado un par de veces, pero que nunca le había encontrado tanto atractivo como aquella noche. Entre medio de la presentación, y con echo, sonando de fondo y en pleno apogeo, Jongin le preguntó si podían ir a tomar un poco de aire fresco porque se estaba sintiendo mareado por la cuarta cerveza que había probado. Kyungsoo frunció un poco el ceño, porque echo era una de sus canciones favoritas, pero Jongin lo miraba demasiado fijamente y con ojos de nerviosismo que no pudo negarse.

Con echo sonando de fondo Jongin se declaró en voz baja a Kyungsoo y le preguntó si podía besarlo. Le dijo que había sido una fortuna conectar con alguien como él, tan inteligente y maravilloso. Kyungsoo no respondió nada y se lanzó a los labios de su amado porque no hallaba el momento en que este fugaz sentimiento explotara. Jongin era suyo esa noche, junto con las estrellas y un Seul iluminado que no deja de observarlos.

Un beso que sabe, huele y se siente como la cerveza de arándanos que Jongin había probado a último momento. Una noche que decreta que The KOXX es el grupo favorito de ambos, que el café es delicioso y romántico, que Jazz Story es el mejor bar de Seúl, y que Kyungsoo está demasiado enamorado de Jongin como para creer que alguna vez este amor va a terminar. Se jura a sí mismo que este amor será eterno. Jongin le dice que sabe que es un poco apresurado todo, pero que espera no decepcionarlo a través del tiempo. Kyungsoo esperaba lo mismo.

Tras la fotografía se encuentra una dedicatoria de Baekhyun.

“Para la futura feliz pareja, del futuro padrino de la futura boda”.

Kyungsoo se ríe a secas. Baekhyun era un imbécil lindo.

Los retazos de las entradas desgastadas que los demasiados conciertos a los cuales asistieron junto con Jongin están guardados en la misma caja en donde encontró aquella fotografía. Kyungsoo quiere botarlas a la basura o en su defecto quemarlas, pero los recuerdos de Jongin le nublan la razón y prefiere apegarse otra noche más a la nostalgia que todo el romance extinto le traen aquellos papeles.

Sabe que lo que está haciendo es doloroso para sí mismo, que Baekhyun no lo quiere ver más llorar por Jongin, y aunque anteriormente fue su mayor alegría en la vida, hoy es su mayor dolor en el alma. Es un dolor que quema y que no tiene ganas de retirarse por un largo tiempo de su cuerpo. Pero, y muy a su pesar, paradójicamente la única forma de encontrar consuelo a la traición de su ex enamorado, es retratando su antiguo amor, sus antiguos besos y sus antiguas aventuras. Porque aunque suene duro, Kyungsoo cree que Jongin se llevó una parte de él que jamás volverá a salir a la luz.

Guarda la caja en algún lugar recóndito de su closet. Donde sabe que no lo volverá a ver en un largo tiempo -quizá sólo cuando esté demasiado triste y solitario como para hacerse daño de nuevo. No puede seguir así y lo sabe. Así que llama a Baekhyun para hablar de cualquier cosa que no sean sus recuerdos depresivos con Jongin. Baekhyun le dice que pasado mañana vayan a DooRo a conversar después del trabajo. Kyungsoo le dice que mejor vayan a otro lugar. Baekhyun responde que está bien. Kyungsoo ya tiene sueño así que le dice que va a cortar. Baekhyun se despide y le pide que por favor se cuide. Kyungsoo corta la llamada.

Como último pensamiento antes de dormir planea utópicamente llamar a Jongin y preguntarle sobre cualquier cosa y hacer drama con respecto a su relación inexistente. Jongin le pide entre lágrimas que vuelvan a estar juntos, le dice que lo ha extrañado, que lo sigue amando, que por favor se junten de nuevo en DooRo a tomar un café como antes. Kyungsoo lo perdona y le dice que lo vaya a ver la casa ahora mismo porque quiere tener sexo desenfrenado con él y no quiere seguir llorando. Jongin le dice que irá enseguida. Kyungsoo cae de nuevo en las garras de Jongin en su cabeza, pero es una idea que abunda unos dos minutos y luego es declinada en sus pensamientos, porque Kyungsoo se da cuenta que la angustia le está haciendo idealizar escenarios que jamás pasarán y que por supuesto, él no debería desear, como perdonar a Jongin, ya que sería una total aberración después de lo que le hizo.

Que se vaya a la mierda Jongin.

Luego de unos minutos, Kyungsoo logra quedarse dormido y no bota ni una sola lágrima. Tampoco vuelve a pensar en Jongin.

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