Título Fanfic: Cita de estudio
Autor:
stellasometimesPareja: Kyungsoo+Jongin
Palabras: 4175~
Extensión: Oneshot
Género: fluff, romance, AU.
n/a: Cuenta la leyenda que cada comeback de EXO un espíritu me posee e intento publicar algo que valga la pena (?) pues nada, salió de la incongruencia de mi vida y un poco de estar en la vagancia un fin de semana largo. En verdad no sé ni cómo la surgió la idea, y quería que fuera más pornoso (as always) pero ya no me sale lol Espero que les guste y fin de la transimisión es súper violento volver después de dos años y no saber públicar entradas en LJ
Resumen: El maestro Smith era demasiado buena persona como para que Kyungsoo se negara a su ofrecimiento de tutorías ¿O sería más bien que Kyungsoo no se podía negar a su alumno?
Cita de estudio
Kyungsoo estaba nervioso. Corrección, Do Kyungsoo estaba jodidamente entrando en pánico. La ventana de la biblioteca chillaba de manera insoportable por el viento de primavera que corría fuera, era un sonido similar al que su pavor gritaba en su cabeza. Uno, dos, tres minutos y el tamborileo de dedos que lleva el chico dos mesas más allá retumba, a la par que la ventana, en su cabeza de manera sincronizada.
Se estaba volviendo loco.
Sabía que debía haber rechazado la propuesta del Profesor Smith -un maestro Inglés, que pronunciaba su nombre de manera extraña, pero que era demasiado amable y encantador para decirle que no-, lo sabía. Pero fue tan repentino y tentador, tan casual y poco pensado que no pudo hacerlo. De hecho fue como si la casualidad hubiera chocado en su cara. Hacia una semana atrás le había ofrecido realizar tutorías de inglés para los alumnos del primer grado, y como él era el mejor promedio de la clase no pudo escapar de las garras de su maestro. Lo intentó, pero cuando fue pronunciado el nombre de su “alumno”, no pudo evitar ampliar sus ojos y pavonear un gran: - Acepto.
-Kim Jongin se juntará contigo mañana a las 2 de la tarde en la biblioteca, ¿Está bien?-intentó concretar el Maestro Smith, con sus ojos azules casi más intimidantes que los propios ojos de Kyungsoo, ahora sumidos en él.
«Jongin…»
-Claro, solo pídale que no se retrase.
- ¡Thanks Mr.Do! -Dijo entusiasmado, con su inglés tan distintivo- You are a kind and adorable boy.
Y aunque intentó decirle en tono no macabro que él NO era adorable, el maestro Smith simplemente sonrió más ampliamente y le dio en sus manos un papel rosa con el contacto de Kim Jongin, agradeciéndole nuevamente.
Kyungsoo tecleó el número de Kim Jongin en su teléfono celular y al agregar el contacto, la fotografía de su alumno se visualizó ante sus ojos. Sus manos temblaron, y el nerviosismo ahuecado en su estómago dio luces de que en verdad su instinto no estaba tan errado.
Lo que el Maestro Smith no tenía contemplado, era que Kyungsoo sabía muy bien quién era Kim Jongin. Y para su desgracia, estaba pactando con una gran alianza ya antes consensuada pero que no había podido ser concretada.
El primer encuentro que tuvieron fue en la bienvenida de la carrera. Como Kyungsoo ingresaba a tercer año de Ingeniería Comercial, debía asistir obligadamente para ayudar a hacer los eventos hacia los novatos. Baekhyun era el encargado de todos los juegos del maxi evento que se planeaba cada año para que los novatos pudieran adherirse a la carrera de forma amistosa y no tan atemorizante como generalmente era iniciar esta nueva etapa. Y aunque la realidad de la Universidad es, que es jodidamente horrible, ellos no tenían por qué asustarse tan luego.
-Kyungsoo, no era necesario que vinieras si ibas a tener esa cara de culo todo el evento-comentó sarcásticamente Jongdae mientras colocaba las gaseosas encima de la mesa principal-¡Ah! Cierto que Joonmyun te amenazó con quitarte créditos si no venías.
Unas risas burlonas secundaron el ingenioso comentario, a lo que Kyungsoo sólo rodo los ojos y suspiró-. Joonmyun debería superar que terminamos y no abusar de su condición como presidente del centro de alumnos-dijo en tono aburrido, mientras terminaba de colocar una guirnalda en la pared- Además ¿A quién le puede gustar venir a estas cosas? Llena de niñatos que se creen que la Universidad en una fiesta divertida, y que sacarse fotos en los campus centrales es muy “genial”.
- ¡Vamos! A ti es el único que no te gustan las bienvenidas porque eres un nerd-replicó Chanyeol, recalcando lo obvio, a lo que todos aportaron con un sonoro “ajá”. Kyungsoo lo quedó mirando con una ceja elevada y éste contraargumento a su mirada, con pavor- ¡Al menos hay gente nueva para conocer! No todo es tan trágico, Kyungsoo.
-Carne fresca y mucho alcohol-aportó Baekhyun-Hay una chica de primero de Teatro que ya abusa con su oppa, y en serio quiero tirármela.
Después de escuchar la gran lógica de sus amigos, de lo grandioso que era tirarse gente desconocida y beber hasta caer en un coma etílico, Kyungsoo decidió ignorarlos y seguir con su terrible labor de decoración.
A medida que fue pasando la tarde, la gente fue llegando y de un momento a otro el campus de bienvenida se vio repleto de universitarios alocados, ruidosos y novatos ya demasiado borrachos. Kyungsoo terminó en una mesa alejada de la pista central bebiendo cerveza con sus amigos y algunos otros chicos de otras facultades. Era primera vez que él hablaba con ellos, porque en verdad no era de mucha plática, pero con unas cervezas dentro se dejaba llevar con más facilidad ante el peso de la sociabilidad. Joonmyun, su ex, estaba a su lado metiéndole conversación y llamando su atención, a lo que Kyungsoo intentaba no mirarlo mucho a la cara porque lamentablemente el alcohol no sólo lo hacía ser más sociable, sino que, para su desgracia, lo ponía más caliente.
Y esa era una de las otras razones por la que no salía a tanto evento social, sus amigos sabían de su lado un tanto más “alocado”, pero no tan afondo. En cambio Joonmyun se la sabía de memoria, y por eso insistió tanto en que fuera. Kyungsoo no quería caer en esa trampa-otra vez-, y supo, cuando la mano de Joonmyun estaba encima de su muslo y la música se distorsionó estruendosamente en su cabeza, que poco a poco estaba cediendo ante todo; ante el alcohol, ante Joonmyun, ante el sexo casual sin compromiso que terminaba teniendo con él, ante sus sentidos embriagados de dulce excitación.
-Vamos al baño-susurró Joonmyun en su oído. Y Kyungsoo tembló, porque de verdad quería hacerlo, pero a la vez sabía que no debía caer de nuevo ante él. -Yo sé que quieres.
El bochorno cumulado en sus mejillas por la acción del alcohol incrementó cuando la mano comenzó a subir menos sutilmente y ya estaba bordeando su entre pierna. - No, hoy no quiero- y alejó la mano. Joonmyun chasqueo la lengua y lo quedó mirando fijo, invitándolo silenciosamente.
Aburrido del hostigante comportamiento de su ex pareja decidió ir al baño, solo, dejando a la muchedumbre atrás y a un enojado Joonmyun llamándole para que volviera a la mesa.
Sus mejillas estaban aún muy rojas junto a sus orejas, estaba un tanto mareado y el rebote de la música le hacía perder un poco más la estabilidad, por lo que se afirmaba fervientemente del lavamanos. -Vamos, no puedes emborracharte así hoy. Menos con ese idiota tras tuyo-se reprimió, como todo el humano ebrio que era en ese momento.
El sonido de una puerta golpeándose violentamente hizo que saliera de su ensimismamiento producido por el abuso de alcohol, a lo que Kyungsoo salió apresuradamente al que creía era el origen de ese ruido. Al salir, a las afueras del baño estaba un chico alto y delgado, de cabello castaño y muy, muy, muy atractivo intentando pararse del suelo. Llevaba una camisa blanca abierta en el pecho, y en la parte del hombro tenía una pequeña mancha de sangre, la cual seguía una línea continua hasta los demasiado apretados pantalones del chico. -Oye, estás sangrando-dijo Kyungsoo, brillantemente mientras le daba una mano para que se levantara. Él chico la aceptó y le sonrió de manera amplia.
A Kyungsoo se le congeló la garganta tras ver esa sonrisa tan brillante.
-Creo que me he lastimado al caerme, quería llegar al baño pero me he resbalado con ese trapo-se rió avergonzadamente apuntando a su enemigo de la noche. Kyungsoo no había escuchado una risa tan estrepitosa desde Chanyeol, y por alguna razón no le pareció desagradable-. Al menos un novato atractivo vino a mi rescate.
-No soy un novato-lo cortó Kyungsoo, con tono petulante-, voy en tercero, y te juro que si lo vuelves a repetir te parto el otro lado de la cara.
- ¡Hey! No seas un matón-se burló, aun riéndose amablemente a lo que Kyungsoo lo miró dubitativo-. Me llamo Jongin, y lo siento ¿Sunbae?... Sólo quería alagarte por salvarme la vida.
Kyungsoo sería un total mentiroso sino dijera que se le había derretido hasta la más mínima fibra desde que contempló de pies a cabeza la joyita de hombre que se había encontrado en aquel inapropiado lugar. Jongin era caliente, atractivo por donde se mirase, demasiado para su ser ebrio que ahora le estaba conversando a escasos centímetros de distancia y ahora él aprovechaba de tocarle indiscretamente los brazos, que eran formados y demasiado trabajados para su cordura.
A través de ese encuentro casual y estúpido -por parte de Jongin- se comenzaron a llevar bien, intercambiaron intereses, pero jamás demasiada información personal. Sólo sus nombres y el año en que cada uno iba, Jongin le invitó una cerveza y luego de una extensa conversación sobre música y películas, temas inconexos y bastantes coqueteos previos, por asares de la divinidad de la noche-no tan azarosa-, terminaron en un rincón del campus besándose.
Kyungsoo le dio merito a la borrachera que ambos cargaban, a sus manos torpes y a que los pantalones de Jongin estaban demasiado apretados como para desabrochárselos y bajárselos que no terminaron en algún acto sexual del cual pudiera arrepentirse. Porque sinceramente, fue algo completamente creado por la calentura de la situación y su caprichosa personalidad de no querer perder jamás.
Recuerda a fuego los besos de Jongin, la forma lenta en que movía su lengua, como mordía su labio inferior lujuriosamente para provocarlo, y cómo lentamente pasaba su mano sobre su cadera para poder acariciar sobre su pantalón su trasero. Es un recuerdo que se quedó tallado en su memoria, acompañado de su calidez, su personalidad tan misteriosa y la conexión que hubo aquella noche que no le permite olvidar aquel momento.
- Tus piernas me tienen loco-comentó acelerado aquella vez, que la situación se salía de control, mientras su mano intentaba llegar más allá y un agitado Kyungsoo lo paraba entre risas y respiraciones entre cortadas.
-Vamos hoobae, que ni te conozco y ya quieres llegar ahí-se burló, mordiendo su labio, mientras Jongin reía y le daba apretones en la cadera.
Jongin estaba a punto del delirio por el pecaminoso hombre que se había topado en su bienvenida de novato, pero no iba a ceder ante él-Pues tú empezaste con el flirteo.
-Yo sólo dije que iba a partirte la cara.
-Me gustó tu actitud de enojo.
-Raro.
Kyungsoo y Jongin eran unos completos bichos raros, y si alguien los hubiera escuchado o visto aquella noche, pensaría que serían una perfecta pareja. Pero como no todo funciona como debe funcionar, nadie logró presenciar tan significativo evento, por lo que solamente nosotros sabemos cuál importante fue para ellos aquel encuentro.
Después de aquella salvaje noche, nunca más volvieron hablar, ni a verse a la cara. A lo contrario que uno pensaría cuando la gente conoce a alguien en un lugar reducido y controlado -donde el público es el mismo cada día-, que se encontraran millones de veces y sentirán esa vergüenza ajena por haber hecho una idiotez, acá no ocurrió nada. Jamás se pillaron en los pasillos, en los baños, en el campus central. Y cuando lo hicieron, no fueron capases de encontrarse.
Kyungsoo apenas se sabía su nombre y que iba en primero, además Joonmyun se negaba a darle información de los alumnos, -porque era un maldito celoso-, y Baekhyun con los chicos sólo conocían a las mujeres del campus.
Hubo una oportunidad en donde se cruzaron, pero ambos no lograron verse. Fue en el cambio de semestre, en el que Jongin estaba hablando con el maestro Smith porque necesitaba ayuda para no reprobar inglés, y Kyungsoo le tocaba dar una clase justo en el mismo salón. Y aunque Jongin tenía un color de piel característico y una mirada intensa que te dejaba sin aliento, Kyungsoo no logro verlo, por el simple hecho de que no llevaba sus gafas puestas y para empeorar la suerte, Jongin ya no llevaba el pelo castaño, sino que se había tinturado de color rubio.
-Woah, no sabía que se podía tener el cabello así de rubio-gritoneó Jongdae, mientras ingresaba a la sala y el rastro de Jongin, el chico rubia del cual hablaba, ya había desaparecido. -Quizá yo también lo haga algún día.
Baekhyun lo apoyó, y Kyungsoo repuso: - ¿Quién se puede colocar rubio? Eso es ridículo, digo, vamos que no somos el maestro Smith- finalizó. A lo que Chanyeol aportó que si no fuera porque él era heterosexual, juraría que el chico se veía muy atractivo con ese tono y hasta pensaría en tener algo con él.
Kyungsoo bufó de la irreverencia de la situación, se colocó sus gafas para leer el pizarrón, que ahora sí que eran letras y no runas mallas, y prestó atención a su clase sin ninguna otra distracción.
Si se pudiera contabilizar la cantidad de veces en la que Jongin y Kyungsoo casi se cruzan en sus vidas, probablemente estaría atado a algún número bastante grande. Y es que el funcionamiento del azar y las casualidades, causalidades y hechos son un misterio en el cual nadie puede intervenir.
Por ejemplo, Jongin ha pensado más de 10 veces desde que conoció a Kyungsoo en cómo eran sus besos y en la forma de corazón de sus labios. Las tiene grabada en su memoria, al igual que Kyungsoo con la figura de un Jongin de tez color miel y la intensidad de su mirada calándole el alma. Pero ninguno, jamás ha pensado en buscarse mutuamente, porque la causalidad ha creado una temporalidad, en la que ambos no han podido encontrarse el uno al otro. Y no se buscan por el simple hecho de que ambos creen -pero no sienten- que sólo fue algo casual y sin importancia. Y como las grandes historias ameritan, no se puede llegar a tu persona sin antes tener un gran choque causal, como lo es que ahora Do Kyungsoo sea el tutor de Kim Jongin.
El maestro Smith sería esa causalidad. Pero Kyungsoo por supuesto no lo asumía como aquello, sino como un azaroso momento en el cual podría por fin aclarar lo que pasó aquella noche. El hecho de que le diera el número de contacto-que agradecía silenciosamente- y por fin alguien le diera su maldito apellido, fue un gran evento.
La gran duda que abunda en la cabeza de Kyungsoo es, por supuesto, si Jongin lo recuerda o no. Hay lapsus en que ni él se acuerda muy bien lo que pasó, pero ¿Jongin lo recordará tan magnánimo como él lo hace? Es un cuestionamiento que retruena en su cabeza, junto con el tamborileo de dedos del chico de dos mesas más allá, y el chirrido de la ventana que ahora, alguien acaba de cerrar gracias al cielo.
Junto al tamborileo de dedos a su lado alguien apila barios libros de inglés básico, uno que otro intermedio, y encima una revista VOGUE donde sale una modelo que él no conoce, pero que a su percepción parece ser muy reconocida. -Es Kendall Jenner-la voz indiscutible de Jongin resuena en su pabellón auricular y Kyungsoo no puede evitar mirarlo con pavor y nerviosismo, mientras él se sienta a su lado y le sonríe casual-. El maestro Smith me dijo que leyera revistas para entender un poco más el inglés.
-E-es bastante bueno-tartamudea-. Leer blogs o escuchar música en inglés también funciona.
Kyungsoo había evitado mirar a Jongin directamente a los ojos, pero por su ineptitud cayó ante él y fue igual, o quizá doblemente más transgresor, que la primera vez que se afianzaron en un encuentro casual. Jongin ahora lucía mucho más sencillo que aquella vez, llevaba unos jeans que ahora dejaban circular su sangre, y una remera blanca donde salía David Bowie en el centro. Para su desgracia se veía igual de atractivo, pero inocente y casual, más natural y sincero, como la sonrisa que ahora le entregaba y que le hacía sonrojarse como un imbécil. -Me gusta la moda, y la música, así que me acomoda ese concepto-dijo, y Kyungsoo pensó que era la primera vez que alguien le contaba tan abiertamente que le gustaba la moda-. Te vienen las gafas de lectura-apoyó su codo en la mesa, y luego su cabeza sobre la palma de su mano. En serio Jongin tenía un semblante totalmente calmo, y eso le ponía más nervioso de lo que debía. -Eres todo un nerd.
- ¿Eso es un cumplido? -frunció el ceño Kyungsoo. Jongin rió en silencio. -Porque yo no te diré ningún cumplido. Más si estás reprobando inglés como los tontos.
-Ah ~ya me parecía que te veías demasiado adorable con tu sonrojo-hizo el amague de tomarle una mejilla y apretarla, Kyungsoo lo amenazó con la mirada. - Pero sigues siendo el tirano que recordaba.
Un silencio recorrió el lugar y Kyungsoo no pudo evitar notar que Jongin se sintió sumamente incómodo con su propio comentario. La situación en general carecía de sentido, y más por la tranquilidad en que ambos se comportaban. - ¿No te parece curiosa la situación?
-Un poco, no te miento. Pero cuando el maestro Smith dijo tu nombre con su acento raro, presentí que podías ser tú.
-Y no te negaste.
-Quería ver esos labios de corazón de nuevo.
-Eres un maldito casanovas de cuarta-se burló Kyungsoo, con sus orejas pasando a ser rojas por enésima vez en lo que iba de esos minutos y golpeó el brazo de Jongin de manera brusca, haciendo que este se quejara fuerte mientras se reía. Todos los que los rodeaban gritaron un “shhh” y ambos tuvieron que pedir disculpas. -Pero me alegra que te acuerdes de mí-susurró.
Kyungsoo quiso preguntarle a Jongin por qué jamás lo había buscado. Pero cayó en la desdicha de que quizá, no lo tomo como algo serio. Y no era que para él lo hubiese sido, pero había algo en Jongin que le provocaba revoltijos en su estómago y claro que no era normal, sólo quería creer que a su nuevo alumno le pasaba lo mismo o sólo era una locura suya.
De todas formas se lo preguntaría más adelante, ahora debía concentrarse en no pronunciar mal alguna palabra y lucirse siendo el mejor tutor de inglés de la facultad. Kyungsoo quería dejar la mejor impresión posible-. Vaya es más sencillo de lo que pensaba-dijo Jongin, asombrado por la simplicidad en la que Kyungsoo le explicaba lo del presente continuo y la utilización de verbos en él.
-Lo es, sólo es cosa de practicar y prestar atención en clases.
-Duh, por algo tengo un tutor, porque soy tonto.
-No lo eres-dijo con el tono más serio que pudo encontrar Kyungsoo. Jongin quedó colgado, porque lucía muy relajado y simple, acto que no había podido presenciar antes-. Eres un poco distraído, solamente. No te reproches así.
Jongin no supo que comentar, ahora era él quien estaba sonrojado por la preocupación que Kyungsoo le estaba demostrando, y no podía negar que ver los ojos de su tutor puestos sólo en él le producía entre nerviosismo y vergüenza, mucha vergüenza.
Volvieron rápidamente a la tutoría, en la dinámica que ya se estaban acostumbrando a mantener, un Jongin completamente atento a los tips que su tutor le daba y a Kyungsoo entregando su conocimiento de la mejor manera que podía. De todas formas por ese motivo estaban juntos en ese preciso momento.
Luego de una hora, decidieron retirarse del lugar ya que Kyungsoo creía que una hora y media de tutoría era algo bastante decente. Jongin devolvió todos los libros, excepto la revista VOGUE, que en efecto era suya- ¿Tienes una colección en tu casa?-preguntó Kyungsoo, sin ninguna pizca de burla en su comentario y un tanto asombrado. Iban camino al paradero del bus, en el cual ambos debían tomar, sólo que Jongin debía tomarlo para el lado contrario por lo que su parada estaba cruzando la calle.
Jongin rió por la cara de seriedad del otro al hacerle esa pregunta tan simple-. Se las quito a mi hermana, no soy tan alternativo.
-Eres un misterio, Kim Jongin-dijo Kyungsoo con simpleza, mirando hacia la calle en busca de algún transporte público que se asomara.
Jongin decidió tomarlo como un halago.
-Entonces, ¿Cuándo es nuestra próxima cita de estudio?
- ¿Cita?-alzó una ceja Kyungsoo. Jongin afirmó sereno, sin risas, ni sonrisas estúpidas, sin golpes en su antebrazo por la inseguridad de sus dichos, ni una especie de burla se asomaba en sus labios. -Wow, hablas muy en serio.
-¿No fue una cita para ti?
Y no era que para Kyungsoo no fuera una cita, o no le gustara Jongin y quisiera plantarle un beso ahora mismo frente a la muchedumbre que los rodeaba. Era simplemente que Kyungsoo tenía miedo, he inseguridades acumuladas. Jongin era el epitome del chico ideal, y no sólo por su apariencia, sino por su semblante, la forma en que hacía las cosas más simples de lo que eran. Se sentía en paz cuando estaba a su lado, y en efecto Kyungsoo jamás estaba en paz, así que le daba mérito por provocar esas cosas en él sin tanto esfuerzo. -No lo fue-dijo seco, y antes que Jongin replicase, siguió, para que no se confundiera-, pero no porque no me gustes. Te encuentro genial y todo, pero pensé que lo nuestro había sido lo de aquella noche y nada más.
- ¿Lo fue para ti?-la mirada de Jongin volvió a congelarle el alma a Kyungsoo, y ese malestar se volvía cálido cada segundo que pasaba mirando el rostro serio, pero con pintes infantiles que el otro llevaba- Nunca quise buscarte porque, en verdad creía lo mismo. Que fue sólo lo de aquella noche y ya-Kyungsoo apretó su bolso, porque necesitaba darse cuenta de que esto era real y no un mal sueño-. Pero después de esta tarde ya no lo creo. Eres alguien genial.
-Genial no sería la palabra que mejor me describe, Jongin-intentó evitar la situación, mientras se reía nervioso y sus orejas brillaban por lo rojas que estaban. El bus que Kyungsoo debía tomar hacia su casa se detuvo en frente de ambos, y mientras la gente se subía ordenadamente a él, Jongin lo miraba con cara de interrogación, esperando algún tipo de respuesta, después de todo había sido muy sincero con respecto a su percepción de todo-. Creo que necesitamos un tiempo para conocernos más.
-Está bien. Yo igual pienso lo mismo.
Kyungsoo sonrió, y Jongin no podía creer que una sonrisa tan bonita y especial estuviera alegrándole la existencia. Los ojos de Kyungsoo se hacían medias lunas y sus mejillas resaltaban más de lo habitual, lo que lo hacía lucir un tanto más joven y dulce, que con el tiempo comprendería que así era Kyungsoo, dulce y empalagoso, pero un tanto peligroso, como su sonrisa-. Pero fue bueno volverte a ver, Jongin.
- ¿Supongo que nos estamos viendo?
-Sí, te mando un mensaje-. Ambos se quedaron mirando fijamente por un par de segundos, cuando el chofer del bus tocó la bocina y miro con cara de pocos amigos a Kyungsoo. El cual simplemente asintió y corrió a subirse al transporte y se despidió de Jongin con su mano izquierda desde la lejanía.
En el silencio del paradero Jongin suspiró a secas, y quedó mirando cómo el bus se retiraba del lugar. Realmente, no sabía qué esperar de este encuentro con Kyungsoo. Si bien se había dado a entender que seguirían al habla-por obvias razones de que era su tutor-, por alguna razón, el estómago de Jongin se sentía efervescente y nervioso. Como si la respuesta de Kyungsoo hubiera carecido de emocionalidad y de un “quizá no quiera nada contigo”. Lo cual sinceramente le ponía un poco de mal humor y triste.
Con el tiempo Jongin entendería que Do Kyungsoo no era estrictamente la carencia de emocionalidad, sino más bien, todo lo contrario, un torbellino de emociones que irían arrasando en su camino y de a poco encajando en su vida.
Mientras cruzaba la calle hacia su paradero, pensaba en todo lo que había pasado, y antes de que pudiese dimensionar lo enorme y profundo que era la casualidad como tal, un mensaje llegó a su teléfono celular.
Número desconocido.
Su corazón palpitó un poco más rápido de lo que ya estaba, y al momento de leer el remitente Jongin juró que estaba en una especie de drama de bajísima calidad, pero muy cursi.
“El otro martes tengo libre, si quieres invitarme a una cita de verdad (porque esto no lo fue). Estudia para tu examen de inglés.
Do Kyungsoo”
Rió en voz alta.
Si la casualidad, buscó a Jongin y a Kyungsoo para que pudiesen por fin aclarar sus sentimientos, ¿quién era Jongin para decirle que no?
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