Las cosas cambian y nosotros con ellas, o a lo mejor somos nosotros que cambiamos y las cosas simplemente se adaptan. De fondo a forma, Sara.
Me recuerdo constantemente todo aquello que debo naturalizar. Si lo piensas más terminarás por no hacer nada.
Please don't flow, me dice la canción cuando en realidad es lo único que me apetece hacer. Y aprender. Aprehender.
A través de una brecha en la pared puedo ver la calle con las gentes, los ruidos y los olores. Las sensaciones y emociones. Y me doy cada vez más cuenta de lo subjetivo de la propia interpretación. Que nada nos engañe, ni lo que creemos más indudable.
Ayer una mujer muy entrañable me dijo que lo único que debo procurar en toda la vida es ser feliz. Me dijo también que a las 17 semanas de gestación sufrí mi primer trauma. Para lo bueno y para lo malo, verdad mami?
A las 20.34 envié dos mensajes. Bueno, más o menos. Uno decía un gran Te quiero, mientras que el otro repetía un et trobo a faltar. Porque la echo de menos antes y después de coger el teléfono. Y mientras tanto, también. Me digo que así son las cosas y que algún día lo entenderemos, pero eso no evita que me queme por dentro cada vez que crea odiarla por formar tanto de mi misma.
tu tu tu tu. Por la compra de unos pantalones me regalaron una libretita y por navidad otra parecida. Ya están llenas las dos, de dibujos y letras y rayotes y cariños y olores. El olfato es el sentido que más fuerte me teletransporta al pasado. Como el olor a garaje de la residencia, que me recuerda a cuando ibamos a buscar la colchoneta de la playa.
Prometo no volver a aguantarme las lágrimas.