El cambio en el juego III - Fanfic de Bones

Jun 05, 2011 17:01

Os acordáis de toda esa melaza que HH nos niega, que no nos quiere dar, que nos quiere negar. Los besitos tontos, las moñadas, vamos lo que queremos en el fondo ver en Bones, bueno pues no os preocupéis. Ya lo he puesto yo todo en este capitulo.

Eso sí, tengo un problema. Bueno, más de uno, pero en este momento y en este capitulo, sólo uno. No sé donde acabar el capi. Mi idea primera es como lo he escrito, pero no sé si al final se me ha ido la mano. Quería demostrar que dado el momento, una vez hablado todo, podían volver a discutir con total normalidad de cualquier cosa. Vamos que una vez que habían superado la primera fase moñas, podían ser ellos de nuevo, para luego llegar a la conclusión de que ellos nunca dejaran de ser ellos, pero enamorados y con un embarazo de por medio van a ser moñas por narices.

No sé, os pongo una seña donde podría ser el final y si sois tan amables me comentáis. Y si creéis que me he puesto muy moñas, pensar en las hormonas cuando simplemente tenéis la regla. De todos modos si veis que algo es completamente antiBrennan, avisar, por favor.

He quitado el posible final alternativo, en breve lo vereis como parte del capitulo final del fanfic. Gracias por las opiniones.

El cambio en el juego III

Brennan hacía semanas que no se sentía tan bien, tan tranquila, tan en paz…

Extendida todo lo que era de larga en su cama, con su camiseta de pijama recogida a la altura del pecho, podía respirar en paz mientras mirada embobada su vientre planito, pero lleno de vida.

No podía explicar lo que sentía, no podía explicar nada de lo que estaba viviendo, sabía que podía echarle la culpa a las hormonas, pero no sería algo que ella debería de hacer. Que ella fuera a hacer.

Quería mantener la lógica en su vida el mayor tiempo posible.  Sin embargo  una vida crecía en su interior y por mucho que fuera consciente  de que “aquello” apenas media  medio centímetro y de que era peligroso hacerse ilusiones tan pronto, no podía dejar de sentirse plena, llena de vida, simplemente feliz…

Aunque eso tenía que ver bastante con Booth.

¡¡Oh sí!!

Booth había sido tan dulce.

La había besado con amor, acariciado con adoración y la había hecho sentirse completamente protegida, alejada de cualquiera de los pensamientos negativos que la habían acechado en los últimos días.

Él la quería y quería al bebé.

Nadie puede mentir tan bien.

Sabía que estaba ejerciendo de macho alfa dominante defendiendo su camada incluso antes de que ésta pudiera saberlo, exagerando situaciones y haciendo promesas que no sabía si podría cumplir. Todo eso que normalmente la molestaba, ya no la importaba. Ya no. Por lo menos no en ese momento. Era como cuando reventaba puertas de una patada. Había veces que era un completo Neardenthal, no literalmente claro está, pero la ponía a mil. Era Booth. Y le amaba.

Le gustaba sentirse protegida.

Lo echaba de menos.

Lo había echado tanto de menos aquel último año.

Sonrió como embobada.

Por fin habían hablado, por fin habían dicho en alto aquello que tanto temían y todo aquello que deseaban más que nada.

Estar juntos y criar a su hijo.

Booth había confesado que tenía miedo de que ella se asustara y se echara para atrás, por eso le había dado espacio, por eso no la había presionado con etiquetas, exigencias o preguntas. Por eso ni siquiera había mencionado el claro avance que había tenido su relación.

Brennan reconoció que no necesitaba espacio, sólo un poco de tiempo para ir paso a paso, para adaptarse. Pero sobre todo estaba preocupada, porque esperaba que él la guiara de la mano en esa, su primera relación sentimental y no soportaba no encontrar su mano al lado de la suya.

Tenía miedo. Tenía miedo al silencio.

Ella nunca había tenido una relación basada única y exclusivamente en el amor y en la necesidad de mantenerse tanto física como mentalmente cerca de otra persona y le necesitaba para avanzar. Le necesitaba. Era así de aterrador, pero no la importaba.

Booth confesó exactamente lo mismo.

Lo mismo y el miedo.

Acordaron nunca más guardarse sus miedos. Que el silencio no formara parte de su relación. Ellos no eran silencio. Eran la mezcla perfecta entre mente y corazón.

“Versus”

Entonces Booth la propuso que se fueran a vivir juntos, Brennan tuvo que preguntar dos veces, se sintió confusa, esperaba una propuesta de matrimonio. Realmente la esperaba. Una vez que Booth dejo claro que la quería y quería al bebé, era como el siguiente paso, ¿no? Y era ese “no” el que tenía preparado.

Les toco improvisar a los dos.

Acordaron que era muy pronto para irse a vivir juntos y que sería bueno tener un noviazgo “convencional”, todo lo convencional que podría ser con un embarazo de por medio, claro está, por lo menos durante los tres primeros meses de embarazo. Hasta que estuvieran más o menos seguros de que todo saldría bien. Hasta que se hubieran asentado más o menos en una relación sentimental.

Tenían que pasear de la mano, decírselo a sus amigos, preparar a Parker, preparar a Sweets y al FBI, antes de discutir, porque sabían ya de atemano que eso iba a ser una discursión, donde vivir o de qué color pintar las paredes de la habitación del bebé.

Brennan seguía necesitando tiempo. De hecho prefirieron no sacar el tema de si educarían a su pequeño vástago en la religión católica o en un ateísmo teórico.

Aunque lo pensaron.

En definitiva decidieron ser una pareja, en la definición más amplia del término. Monógama. Sentimental. Con lo bueno y con lo malo. Seguirse queriendo cada día como en ese momento y afrontar los problemas según llegaran.

Habían sido muchas decisiones para una sola noche, pero ambos sabían que aún había mucho que decir.

- Es mágico, ¿verdad? - comentó el agente mientras salía del cuarto de baño y se encontraba a su “mujer” observando embobada su barriga.
- La magia no existe, Booth - dijo con una sonrisa mirando hacia el agente para luego devolverla a su vientre, mientras lo acariciaba - pero sí que lo parece. Parece magia.

Booth sonrío satisfecho ante la afirmación de Brennan, se acercó hacia la cama y se metió con calma para acercarse a ella y darle un dulce beso en los labios. Su mano se fue instintivamente a donde descansaba la mano de su compañera, a su vientre.

Los dos sonrieron embobados.

- ¿Qué crees que será? - pregunto Booth.
- Es imposible hacer una predicción en estos momentos - replicó Brennan con voz serena-. Apenas si se le están definiendo los brazos- dijo con voz calmada mientras se acercaba más a su compañero, disfrutando de su cercanía.

El silencio se hizo entre los dos, ese silencio cómodo que tanto echaban de menos. Ese que les hacía sentir en paz y relajados. Sin embargo la mente de la antropóloga no dejaba de dar vueltas a su nueva realidad.

-¿Cómo puedes sentirte tan unida a algo que no tiene brazos? - comentó de forma casual.

Booth sonrió con condescendencia.

- Es tu hijo Bones - y apretó un poco más su mano sobre la suya-. Nuestro hijo.
- No mide un centímetro. Te parecería horrible si lo vieras al natural.
- No lo creo - dijo el hombre acercando su nariz a la de su novia.
- Tienes razón - dijo con tristeza cerrando los ojos con cadencia al notar la cercanía de Booth - A ti te parecería monísimo. Yo lo vería horrible, pero porque sería horrible y entonces discutiríamos.

El agente sonrío divertido ante la escena más que probable y mientras besaba la comisura de los labios de su mujer repitió.

- No lo creo.

Brennan sonrió, no llegaba a entender como después de aquel mes tan complicado, Booth era capaz de saber exactamente que decir para que ella se sintiera mejor. Sin lugar a dudas era la teoría de la evolución.

- Te quiero - y todo lo que esas palabras significaban se dejaron notar en el rostro de la mujer.
- Y yo a ti - contesto el agente mientras besaba con delicadeza sus parpados, su frente, sus mejillas, para terminar con un beso en sus labios, calmado, largo, húmedo, que parecía no querer terminar jamás y que jamás hubiera terminado, si no fuera porque mientras el agente disfrutaba del beso una idea se cruzaba por su mente-. Lo hubieras tenido, ¿verdad? - el final del beso y la pregunta inexacta pillo desprevenida a la antropóloga que se estaba dejando hacer sin presentar ningún tipo de recelo.
- ¿Qué?

Booth se apoyo en uno de sus brazos, apenas sin separarse de Brennan, pero con el suficiente ángulo de visión como para poder ver su rostro completo e intentó explicar su pregunta.

- Tenías miedo de mi reacción. Pero si yo no lo hubiera querido. Si no hubiera querido al bebé. ¿Lo  hubieras tenido? La decisión ya la tenias tomada, ¿verdad?
- Era una decisión de los dos - dijo la antropóloga seria colocándose en la misma posición que su pareja, sus manos unidas entre ellos-. Eso lo he aprendido de ti.

Sonrió ligeramente la mujer, correspondiendo a la sonrisa de Booth. Pero era algo serio lo que tenía que decir, era la pregunta que temía.

- Sabía que no me hubieras perdonado que me deshiciera de él - dijo acariciando su vientre-, aunque tú no lo quisieras - Respiro hondo y decidió seguir valientemente-. En ningún momento fue una opción no tenerlo - por fin dejo escapar y esa era la única verdad-. Sabía que lo quisieras o no, lo querrías, aunque no tenga sentido. Lo que me daba miedo es que no me quisieras a mí en la ecuación. O que yo fuera una carga para ti en la relación con tu hijo - a Brennan le entraron unas inmensas ganas de llorar al recordar todo lo que había pasado por su cabeza-. Una vez te volviste loco pensando que ibas a ser padre de un hijo mío.

Booth toco con delicadeza el rostro de su Bones, su preciosa y adoraba Bones. Recordando otros tiempos y ese dolor frío que le anunciaba que sería padre sin ser padre, entremezclado con la felicidad que sentía en ese momento.

- En esa época tú no querías que yo fuera el padre - dijo con tristeza.

Brennan respiro de nuevo hondo. No guardarse sus miedos. Ser sincera. Ella presumía de ser siempre sincera, de nunca mentir, pero lo había hecho. Lo hacía.

- Yo siempre quise que tú fueras el padre. Siempre quise un hijo tuyo. Si no, no te lo hubiera pedido a ti - no sabía cómo continuar, Booth se mantenía callado, estático, extasiado por una confesión no esperada, otra más en apenas unas horas-. He tenido mucho tiempo para pensar. Quería un hijo tuyo.

El rostro, el tono, el gesto, todo hablaba de que la confesión de Brennan era algo más de lo que Booth pudo comprender a la primera.

-¿Qué?

Brennan cerró los ojos, respiró profundamente y los abrió de nuevo centrándolos completamente en los de su compañero.

- Conocía la posibilidad y no hice nada. Tenía que haberlo hablado contigo, pero era tan difícil. Todo se hizo tan difícil. La noche siguiente, después del funeral te lo iba a comentar pero...
- Acabamos repitiendo - dijo Booth más comprensivo de lo que Brennan esperaba, pero también más serio. Parecía estar pensando en la salvación del mundo.
- Tenía que haber hecho algo al respecto, ¿verdad? - unas lágrimas escaparon de sus ojos, no podía hablar con lógica, casi tartamudeaba-. Hubiera sido lo correcto. Era una posibilidad muy pequeña, la estadística… Dada la situación. Aunque ahora estés contento. Aunque no te pudiera consultar. ¿Me odias?

Una lágrima amenazo con salir de los ojos del agente. Tanto dolor. Habían ocasionado tanto dolor por no haber sido sinceros desde el primer momento, por haberse visto arrastrados por el miedo desde siempre. Ellos que era valientes, héroes…

Volvió a acercase a su novia para besarla con consuelo.

- No. Claro que no te odio - dijo el agente a escasos milímetros de la antropóloga-. Yo siempre quise tener un hijo contigo. Supongo que nuestro subconsciente gritaba alto y claro, pero nos negábamos a escucharle. Somos culpables al 50%.

Brennan dejo escapar una carcajada afligida.

- No me gusta la psicología Booth. He sido una irresponsable.
- Hemos - aclaro el agente-, los dos hemos sido unos irresponsables - Booth sonrió-, pero sabíamos a quien teníamos entre manos, ¿no? Así no se hacen las cosas, pero tal vez después de todo era la única forma en la que podíamos hacerlas - Booth realizó una pequeña parada para coger aire-. Gracias por decírmelo.

Brennan sonrió, sintió que se había quitado un gran peso de encima. Ya no había nada malo que pudiera enturbiar su felicidad. Ya podía sentirse simplemente libre, sin embargo la cara del agente parecía aún un poco confusa.

- ¿Qué?
- Yo también quiero decirte algo - dijo el agente con un poco de preocupación. Había que ser sincero. Ella había sido tan valiente-. Cuando te he pedido que viviéramos juntos…
- Si - dijo Brennan un poco asustada.
- Te iba a pedir que te casaras conmigo - Brennan no supo si sonreír o temblar, ella lo sabía, él lo notó-. No digas nada - la antropóloga se mantuvo seria y callada-. No lo he hecho porque sé que no te quieres casar y porque seriamente creo que mis peticiones de matrimonio de tanto repetirlas han perdido en cierto grado su seriedad y significado - las palabras de Booth eran serias y sentidas. Era una confesión dolorosa, pero era justa-. Quiero que sepas que te respeto y que nunca te haré la pregunta, no te quiero poner entre la espada y la pared, hacerte sentir incomoda o involucrarte en un compromiso que no desees...
- Llevo a tu hijo en mi vientre Booth - Brennan dijo con dulzura mientras acariciaba el rostro del agente intentando consolarle-. Te he confesado todos mis miedos. No queda nada sólo para mí. No conozco mayor compromiso.
- Lo sé - dijo Booth - y te amo tanto por ello. Pero si alguna vez cambias de opinión. O te quieres plantear de pasada las ventajas para nuestro hijo y para nosotros mismos como pareja, por tener una situación regularizada. Decisiones medicas y esas cosas- Brennan sonrió ante lo elaborado de su argumento - sólo dímelo. Porqué aunque ahora no lo considero necesario y no me vaya a crear ningún problema - Brennan no estaba segura de que aquello fuera verdad-, no es por el niño, no es por hacer lo correcto, siempre querré casarme contigo y creo que es justo que lo sepas.
- Gracias por decírmelo - dijo Brennan completamente emocionada - prometo pensarlo - y lo decía en serio.
- Gracias a ti por escucharme.

Brennan se dejo caer sobre la cama ante la atenta mirada de Booth. Acercó sus manos a su rostro intentando recogerlo, Booth la beso las manos con adoración y rozo sus labios contra los de ella como si fuera una nube contra el cielo. Bajo por su cuerpo y levantando un poco la camiseta de su novia, beso su vientre con veneración, Brennan pudo notar una lágrima de felicidad resbalando por su vientre. No es que el juego hubiese cambiado, si no que aquella era una partida completamente diferente.

Continuara.

spoilers, booth/brennan, fanfic, bones

Previous post Next post
Up