[Fic] Cocina fácil en 20 minutos (Spanish and French version)

Aug 14, 2006 22:52

Titre: Cocina fácil en 20 minutos / Cuisine facile en 20 minutes
Auteur: Amber
Rating: G
Disclaimers: Editorial Dupuis... también hago una parodia de los programas de Carlos Arguiñano, asi que supongo que parte de los disclaimers le corresponden :P
Catégorie: Humor
Notes: Originalmente escrito en español, después traducido al francés por una servidora y más tarde corregido por Krystaline (merci beacoup! ^^) Para que nadie se queje, publicaré las dos, que se note que ésta es una comunidad multilingüe XD


Notas pre-lectura: La idea del fic surgió un día en que me fijé que Fantasio era el que siempre controlaba el tema de la comida. Y me pregunté si no sería porque Spirou es bastante inútil en ese aspecto... XD Así que ya véis, si esperáis un fanfic serio y con argumento sólido... mejor que retrocedáis ^^U Si en cambio queréis echaros unas risas, os lo recomiendo...

- ¡Bueno, bueno, bueno, amigos! ¡Un día más comenzamos nuestro cursillo de “Cocina Fácil en 20 minutos”! Ya veréis que el plato de hoy nos va a salir ¡rico, rico!
- Hombre, muy rico no sé si me saldrá… con que sea comestible me conformo……. ¿Y yo porqué estoy respondiendo a la tele, si sé perfectamente que no me escucha?

Miró furtivamente a Spip, como buscando una respuesta a su duda existencial, encontrándose con que su ardilla domesticada se encogía de hombros. Evidentemente Spirou no estaba acostumbrado a quedarse solo en casa tanto tiempo, pero algo tendría que hacer mientras Fantasio estuviera en aquel congreso en Indonesia…
Además, no quería darle el placer a su compañero de piso de darle la razón. Era una cuestión de orgullo.

- ¿Para qué has comprado tanto congelado? - había preguntado el pelirrojo el día en que Fantasio partía hacia su viaje en solitario, cuando vio que las bolsas de la compra iban repletas hasta los topes de comidas preparadas y derivados.
- Hombre, el congreso durará tres días y así me quedo más tranquilo… - había respondido Fantasio como quien no quiere la cosa.
- ¿Más tranquilo con qué? - inquirió Spirou cada vez más extrañado.

Su amigo, por su parte, suspiró profundamente e hizo una pausa dramática, antes de depositar una mano sobre su hombro de forma solemne.

- Spirou, esto me duele más a mí de lo que te dolerá a ti, pero eres mi mejor amigo y tengo que decírtelo… - empezó, tras lo cual inspiró profundamente y soltó: - No tienes ni idea de cocina y quería asegurarme de que, al menos, no te mueres de hambre en mi ausencia.

Sin más, le dio un par de palmaditas amistosas y se dirigió a su habitación a terminar de preparar las maletas. Spirou, pillado por aquella afirmación tan contundente, no reaccionó al principio. Cuando recuperó la capacidad de habla y de movimiento, fue directo hacia el piso de arriba, siguiendo a su compañero.

- ¡Eso es mentira! - exclamó ofendido - ¡Yo sé cocinar perfectamente!
- Sí, vale, tú sabes cocinar. - repitió Fantasio con ironía - Y yo no voy a un congreso de fotógrafos en Sri Lanka sino que me voy a pasar unas tranquilas vacaciones en Tahití, bebiendo piñas coladas todo el día, rodeada de preciosas jovencitas locales ligeras de ropa… ¡Lo que tú digas! - terminó entornando los ojos al tiempo que cogía la maleta ya terminada y descendía las escaleras, con Spirou siguiéndole de cerca.
- ¡No me vengas con sarcasmos! - se enojó el pelirrojo aún más mientras atravesaban uno detrás del otro el portal - ¡El hecho de que tú cocines casi siempre no significa nada! ¡Si quisiera yo podría hacer lo que tú haces!
- Oye, tampoco es tan grave no saber cocinar - trató de apaciguarle el rubio mientras el taxista, que le esperaba desde hacía quince minutos, cogía su equipaje y lo metía en el maletero - la industria de los congelados se inventó para eso…
- ¡¡Guárdate tus malditos congelados!! - gritó Spirou harto - ¡Te digo que sé cocinar y cocinaré mientras estés fuera!
- Bueno, bueno… - Fantasio se metió en el taxi, dando aquella conversación por imposible; la testarudez de su amigo era muy difícil de vencer y su avión salía en media hora - Haz lo que quieras, pero un consejo: guarda esos guisantes en el congelador antes de que se estropeen.

Esa misma tarde Spirou se había puesto manos a la obra en la afanosa tarea de encontrar en el recetario de Fantasio algo sencillo que poder hacerse de cena… finalmente tuvo que renunciar a ello y cenó una pizza precongelada a medias con Spip mientras hacía zapping. Fue así que, por casualidad, descubrió a André Fournier y su programa de cocina fácil. Constató que lo que estaban echando era una repetición del programa de esa mañana y se dijo a sí mismo que al día siguiente estaría atento a la televisión a la hora de la primera emisión y seguiría al pie de la letra una de las recetas del cocinero televisivo.
Porque él no iba a darse por vencido. No Spirou el aventurero. No Spirou “el que burla a la muerte”. Alguien como él, que había pasado por situaciones de vida o muerte, que se había enfrentado a mil peligros y plantado cara a los delincuentes más peligrosos del planeta, no iba a admitir que no sabía ni freírse un huevo en condiciones.

- En fin, amiguetes cocinillas - decía en aquellos momentos André sonriendo a la cámara - Hoy vamos a preparar un pollo con verduritas ¡Un plato sencillo que os llenará bien la panza! Para empezar, evidentemente, necesitaremos el pollo… ¡Fijaos bien en este! - añadió palmeando uno que tenía depositado en la mesa - ¿Habéis visto qué hermoso está? Un buen pollo para cocinar debe ser así de gordito y de piel sonrosadita, recordadlo bien…
- Pues el mío es más bien escuchimizado y está más blanco que el papel… - comentó Spirou mirando el suyo con aprensión - ¡En fin, supongo que servirá!
- Luego necesitaremos las verduritas, apuntad bien: para empezar, medio kilo de zanahorias…
- ¡Zanahorias listas! - exclamó triunfante Spirou, sacándolas del frigorífico.
- … luego necesitaremos medio kilo de patatas …
- ¡Medio kilo, listo! - anunció Spirou de nuevo.
- … dos berenjenas…
- Sólo tengo una, pero supongo que será suficiente…
- … media cebolla grande…
- A ver… la cebolla… ¡ah, aquí está!
- … un pimiento verde…
- ¡Lo tengo!
- … tres o cuatro nabos…
- ¡Listos!
- … y finalmente un manojo de puerros!

Spirou alzó una ceja ¿Tenían puerros? No lo recordaba bien así que registró el frigo a fondo. Pero en vano.

- Lo más parecido que he llegado a encontrar es una cebolleta… - se lamentó el pelirrojo - Y encima, reseca…
- ¡Bien, ahora que tenemos todos los ingredientes…!
- … menos los puerros… - murmuró Spirou entornando los ojos.
- ¡… podemos ponernos manos a la obra! Empezaremos cortando los puerros en juliana…
- O en mi caso, la cebolleta y de cualquier maner… ¡¡Auuuuh!! ¡La madre que me…!

Se chupó el dedo sangrante, mientras en la tele André se desenvolvía con maestría con el cuchillo de cocina. Y luego decían que el torpe era Fantasio, pues anda que él…

- ¿Qué, habéis visto qué fácil? - comentaba el cocinero sin dejar de sonreír a la cámara - ¡El secreto está en la muñeca…!
- Sí, ya, fácil dice el tío… ¡y una mierda! - maldijo en voz alta, mientras su dedo índice no paraba de sangrar y de dolerle. - Yo así no puedo continuar… antes necesito una tirita… - decidió empezando a subir las escaleras hacia el cuarto de baño del piso superior.
- ¡Muy bien, pues ahora que tenemos las verduritas cortadas…!
- ¡Eh, eh, eh, un minuto, dame un minuto! - vociferó Spirou aunque sabía que por más que gritara André no dejaría de dar instrucciones.
- ¡… pasaremos a ocuparnos del pollo! Hay que embadurnarlo bien con aceite, así…

Mientras André masajeaba al pollo aceitoso, Spirou subió corriendo de tres en tres los escalones, dirigiéndose como una exhalación al botiquín del baño. Rebuscó frenéticamente en busca de unas tiritas que finalmente no encontró, de modo que optó con envolver el dedo herido en una venda y fijarlo con esparadrapo, mientras abajo en la tele el cocinero se ensañaba ablandando el pollo a mazazos.

- Y ahora lo único que queda es meter el pollo en el horno a 200 grados durante cinco minutos…
- ¡Espera, repite, a qué temperatura has dicho que era?! - preguntó Spirou tras bajar las escaleras como un desesperado, al tiempo que le echaba al pollo media botella de aceite con prisas.
- ¡Volvamos con las verduras! Ahora toca reahogarlas un poco…
- ¡Oye, no me ignores te he preguntado que…! - gritó Spirou hasta que se dio cuenta de lo absurdo de su actitud - Agh, maldita sea, sólo me faltaba empezar a hacer soliloquios con la tele…
- … en agua hirviendo con una pastilla de caldo de pollo, primero las zanahorias y luego, cuando estén un poco hechas, las juntamos con el resto…
- Mierdaaaaa…. - el pelirrojo por su parte ya tenía bastantes dificultades para meter el pollo en el horno como para prestar atención a las dichosas verduras, que seguían sin cortar - No me extraña que diga que sus recetas son de veinte minutos, si es que va a toda mecha…
- ¿Iiiiik?
- ¡¡¿¿QUÉ, QUÉ, QUÉ PASA??!! - acabó por explotar - ¡¿NO VES QUE YA TENGO BASTANTE LÍO ENCIMA?!

Spip se quedó asustado en el sitio, mientras Spirou lo miraba sorprendido, más por la forma en que le había gritado a su mascota que por otra cosa. Nunca pensó que perdería los estribos de esa manera.

- … bastarán otros cinco minutillos para…. - seguía dictando André de fondo. El reportero no le prestó atención, pendiente más de seguir con la mirada a su ardilla, que había abandonado la casa, ofendido, para salir al exterior.
- ¡Spip, espera, no…! - Spirou salió tras él, consciente de que esta vez había metido bien la pata - ¡No te vayas, hombre! ¡Eran los nervios, los nervios que me han dominado! - quiso justificarse - ¡No lo decía en serio…!

Pero el pequeño roedor no atendía a razones y se escondió en su nido de invierno, en la base de una rama del manzano que adornaba el centro del jardín delantero, ignorando deliberadamente las palabras de su amo.

- ¡De verdad que lo siento, Spip! - se disculpaba éste entretanto - ¡Te juro que se me escapó sin querer! ¡Por favor, baja del árbol, Spip…!

No pudo continuar porque en ese mismo instante a sus fosas nasales llegó el característico olor de algo quemándose. Y quedó completamente horrorizado al ver la columna de humo que salía de su casa.

- ¡¡Aaaaagh, el pollooooo!! - gritó precipitándose hacia el interior de la vivienda.

De pasada vio como André Fournier se despedía de sus espectadores hasta el siguiente programa, pero lo ignoró por completo, entrando directamente en la cocina, inundada por una niebla gris que le picó en la garganta y en los ojos. A ciegas abrió la puerta del horno y otra nube de humo, más espesa que la anterior se precipitó sobre él. Tuvo que salir a toda prisa, tosiendo profusamente, tratando de recuperar el aliento.

- ¿Qué pasa aquí? - Spirou se sorprendió al ver de pronto a Fantasio, dirigiéndose hacia él alarmado - ¡Spirou! - le sujetó por los hombros, aireándole al tiempo - ¡¿Se puede saber qué has hecho?!
- El… *cofcof*… el horno… se quema… - articuló el pelirrojo a duras penas.
- ¡No, si eso ya lo veo! - replicó el rubio con sarcasmo, quitándose a continuación la gabardina y la chaqueta para entrar en la cocina, con su pañuelo tapándole las vías respiratorias - ¡Abre la ventana, deprisa!

Reprimiendo la tos, Spirou hizo lo que su amigo le decía. Fantasio, que había cogido la bandeja con el pollo, lo tiró sin más miramientos a través de la ventana abierta de la cocina y el pollo acabó rodando por la hierba húmeda, completamente carbonizado y todavía echando humo.

- Buf… buf… - Fantasio se dejó caer en el diván, aireándose con el cuello de la camisa. Spirou, después de abrir de par en par todas las ventanas de la planta baja, le imitó - Da gusto sentirse de nuevo en casa - ironizó el rubio con una media sonrisa - En serio ¿qué era eso? - añadió refiriéndose al pollo carbonizado.
- ¿Y tú? - inquirió el pelirrojo a su vez - ¿Cómo es que has vuelto tan pronto de tu congreso?
- ¿No te has enterado? Ha habido una huelga de controladores - explicó su amigo - Nos han tenido retenidos en la terminal durante 24 horas, hasta que se decidieron a anunciar que se cancelaba el vuelo… Así que pillé un taxi y me volví. Pero tú no has respondido a mi pregunta… - recalcó.
- Ay… - suspiró Spirou - eso… era un intento de Pollo con verduras.
- Pues yo más bien lo llamaría “Cacho de carbón a la Spirou” - bromeó su compañero y él no pudo evitar reírse, un poco a modo de liberar la tensión. - Desde luego eres un caso perdido… ¿no te había dejado suficientes congelados para aguantar los tres días?

El pelirrojo, herido en el orgullo y avergonzado de sí mismo, se limitó a agachar la cabeza. Fantasio, lanzando un suspiro de resignación al tiempo que le palmeaba la espalda, se levantó dirigiéndose de nuevo a la cocina ya despejada.

- Anda, cabezota - dijo arremangándose primero y poniéndose encima un delantal después - deja el trabajo a un profesional… Habrá que ver qué es lo que ha quedado de este desaguisado… tal vez pueda preparar un caldo de verduras… ¿qué pretendías hacer con esta cebolleta? ¡Está fatal, puaj! ¡A la basura con ella…!

Spirou se levantó paulatinamente del sofá, para acabar apoyándose en el quicio de la puerta de la cocina. Así se quedó, mirando a su amigo revolver entre las ollas y el resto de utensilios y rebuscando entre los escasos alimentos del frigorífico los que necesitaría para la sopa que tenía planeada. Incluso comentó, mientras sacaba lo necesario del congelador, que bien mirado unas gambas salteadas al ajillo y con guisantes serviría como segundo plato. Una sonrisa se dibujó en su cara y notó que Spip, viendo que las aguas volvían a su cauce, regresaba a su lado para frotarse entre sus piernas.

- ¡Qué haría yo sin ti! - exclamó le pelirrojo con sinceridad.
- Probablemente morirte de hambre - replicó en broma Fantasio - ¡A no ser que te quemes primero!


Notes pre-lecture: L'idée de cette fic m'est venu au esprit quand un jour j'ai remarqué que c'etait toujours Fantasio cet qui cuisinait a la maison... donc j'ai pensé que peut-être Spirou était complétement nul a la matiére XD Alors si vous cherchez un fic serieux et de scénario solide... meilleur que cherchez autre chose ^^U mais si vous avez envie de rire, alors je vous le recomande...

- Bon, bon, bon, mes amis! Encore une fois, nous commençons notre cours de “Cuisine facile en 20 minutes”! Vous verrez comment le plat qu’on préparera va être très, très bon!
- Enfin, je ne sais pas si ça sera bon… si ça devient comestible je m’en contenterai… mais qu’est-ce que je fais en parlant avec la télé, si je sais parfaitament qu’on ne me répondra pas?

Il tourna la tête furtivement vers Spip, cherchant une réponse à son doute existentiel, mais il trouva son écureuil domestique haussant les épaules. Évidemment, Spirou n’était pas habitué à rester tout seul à la maison autant de temps, mais il devait faire quelque chose pendant que Fantasio était à ce congrès en Indonésie…
Et en plus, il ne voulait donner raison à son colocataire. C’était une question d’orgueil.

- Et c’est pourqoui tous ces surgelés? - avait questionné le rouquin le jour où Fantasio partait à son voyage en solitaire, quand il regarda les sacs d’achats pleins à craquer de plats préparés et similaires.
- Eh bien, le congrès durera trois jours et comme ça je serais plus tranquille… - avait répondu Fantasio mine de rien.
- Plus tranquille avec quoi? - enquérit Spirou de plus en plus étonné.

Son ami soupira profondement et fit une pause dramatique, avant deposser sa main sur l’épaule du rouquin de façon solonnelle.

- Spirou, ça me fait plus de mal qu’à toi, mais tu es mon meilleur ami et je dois te dire ça … - commença-t-il ; après ça, il prit une grande inspiration et dit: - Tu n’as aucune idée concernant la cuisine et je voulais m’assurer que, au moins, tu ne meures pas de faim pendant mon absence.

Sans dire un mot en plus, il lui donna une tape amicale et se diriga vers sa chambre pour finaliser les valises. Spirou, surpis par cette affirmation si accablante, ne réagit point au début. Mais quand il récupéra sa capacité de parler et ses mouvements, il alla directement au premier étage, suivant son copain.

- Ça, c’est un mesonge! - s’exclama-t-il, offensé - Je sais cuisiner parfaitement!
- Ouais, d’accord, tu sais cuisiner. - répéta Fantasio avec ironie à la voix - Et je ne pars pas vers un congrès de photographes à Sri Lanka, mais passer des vacances tranquilles à Tahiti, en buvant une ‘piña colada’, entouré de jolies filles locales légèrement vêtues. Oui, bien sûr! - finit-il en roulant les yeux au même moment qu’il saisit sa valise et descendit les escaliers, avec Spirou suivant ses pas de près.
- Laisse tomber tes sarcasmes! - s’est mis encore plus en colère le rouquin alors qu’ils traversaient l’un derrière l’autre l’entrée - Le fait que c’est toi qui cuisine presque toujours ne signifie rien! Si je le voulais, je pourrais faire ce que tu fais!
- Hé, mais c’est pas si grave être nul à la cuisine - tenta d’apaiser le blond, pendant que le conducteur de taxi, qui patientait depuis quinze minutes, lui prit ses bagages et les mettait au coffre - L’industrie des surgelés, c’est inventé pour ça…
- Garde-les, tes damnés surgelés!! - cria Spirou, fâché - Je te dis que je sais cuisiner et je cuisinerai pendant que tu es en voyage!
- Bon, bon… - Fantasio se hissa dans le taxi et laissa tomber la conversation ; l’entêtement de son ami était trop difficile à vaincre et son avion partait dans une demi-heure - Fais comme tu veux, mais un conseil ; garde ces pois au congélateur avant qu’ils ne s’abîment.

Ce même soir, Spirou s’était mis à l’oeuvre et commença la laborieusse tâche de tenter de trouver dans les recettes de Fantasio quelque chose de simple pour le dîner… finalement, il dut rennoncer à ça et mangea une moitié de pizza avec Spip, pendant qu’il changeait de poste de télévision. C’était ainsi que, par chance, il tomba sur André Fournier et son émission de “Cuisine facile en 20 minutes”. Il constata que ce qu’on passait en ce moment à la télé était une reprise du programme de ce matin et il s’est fait la promesse que, au prochain jour, il syntoniserait la première diffusion et suivirait pas à pas les indications du cuisiner télévisé.
Parce qu’il n’allait pas se donner pour vaincu. Pas Spirou l’aventurier. Pas “Spirou-trompe-la-mort”. Une persone comme lui, qui avait passé maintes situations de vie ou de mort, qui a affronté mille dangers et qui avait été face-à-face avec les délinquants les plus redoutables de la planète, n’allait pas admettre qu’il ne savait même faire un oeuf frit décemment.

- Bien allons-y, mes amis cuisiners - disait en ce moment André en souriant à la caméra - Aujourd’hui, on va faire du poulet aux légumes. Un plat facile avec lequel vous vous remplirez la panse! En premier lieu, on aura besoin d’un poulet, évidemment… Regardez bien celui-ci! - ajouta en signalant celui qu’il avait sur la table - Voyez comme il est de beau! Un bon poulet pour cuisiner doit avoir la peau rosée et doit être aussi gros, rappelez-vous bien de ça…
- Le mien est plûtot maigre et blanc comme une feuille de papier… - commenta Spirou en regardant son poulet avec appréhension - Enfin, ça ira!
- En deuxième lieu, on a besoin de légumes, prenez note: pour comencer, un demi-kilo de carottes…
- Les carottes ! - anonça Spirou triomphant, en les sortant du réfrigérateur.
- … après, un demi-kilo de patates…
- Un demi-kilo, voilà! - dit Spirou de noveau.
- … deux aubergines…
- Il ne m’en reste seulement une, j’espère que ça suffira…
- … un gros demi-oignon…
- Voyons… où est cet oignon … ah, le voilà!
- … un poivrot vert…
- Je l’ai!
- … trois ou quatre navets…
- Prêts!
- … et, pour finir, une poignée de poireaux!

Spirou arqua un sourcil. Avait-il des poireaux? Il n’était pas sûr, donc il chercha dans le frigo à fond. Mais sans succès.

- Le plus semblable que j’ai trouvé c’est cette ciboulette - regretta le rouquin - Et en plus, elle est complètement sèche…
- Bien! Et maintenant qu’on a tous les ingrédients…!
- … sauf les poireaux… - murmura Spirou en roulant les yeux.
- … nous pouvons nous mettre maintenant à l’oeuvre! On commencera par couper les poirreaux, en julienne…
- Dans mon cas la ciboulette et de quelque fa- ouuuuuhhh!!! Nom de…!!

Il suça le doigt sanglant, pendant qu’à la télé André se débrouillait bien avec le couteau. On disait que c’était Fantasio le maladroit, et le voilà faisant le gaffeur…

- Vous voyez que ça est bien facile, hein? - commentait le cuisiner télévisé sans laisser de sourire à la caméra - Le secret est dans le poignet…
- Facile, dit-il… Tu parles! - damna-t-il à haute voix pendant que son index n’arrêtait pas de saigner et de souffrir - Je peux pas suivre comme ça.. avant tout, j’ai besoin d’une pansement - décida-t-il en commençant à monter les escaliers pour aller à la salle de bains, à l’étage supérieure.
- Très bien, maintenant qu’on a les légumes coupées…!
- Hé, hé, hé, une minute, donne-moi une minute! - vociféra Spirou, même s’il savait qu’André ne cesserait pas de donner ses intructions autant qu’il hurlait.
- … on s’occupera du poulet! Il faut lui étendre de l’huile, comme ça…

Pendant qu’André massait le poulet huileux, Spirou monta trois-à-trois les escaliers, en se dirigeant comme une exhalation sur l’armoire à pharmacie. Il chercha frénetiquement les pansements, finalement introuvables; alors il décida d’envelopper le doigt blessé avec des bandages fixés avec du sparadrap, pendant que le cuisiner s’acharnait sur le poulet à coups de masse.

- Et maintenant il nous reste à mettre le poulet au four à 200 degrées pendant 5 minutes…
- Arrête, répète, à quelle température as-tu dit?! - questionna Spirou après avoir descendu les escaliers désespéré, en même temps qu’il renversait la bouteille d’huille sur le poulet, pressé.
- On revient aux légumes! Il faut les faire un peu…
- Hé, ne m’ignores pas, je t’ai questionné sur…! - cria Spirou jusqu’à ce qu’il finit par se rendre compte de l’absurdité de son attitude - Râaah, zut, il ne me manquait ça, que je me mette à faire des soliloques avec la télé…
- … dans l’eau bouillante avec une pastille de bouillon de poulet, en premier lieu les carottes et quand elles sont prêtes, les mélanger avec le reste…
- Merdeeee… - le rouquin de son côté avait déjà trop de difficultés pour mettre le poulet au four comme pour prêter attention aux légumes, encore non coupés - Ça m’étonne pas qu’il dit que ses recettes se font en 20 minutes, il va à toute vitesse…
- Iiiiik?
- QUOI, QUOI, QU’EST-CE QUI SE PASSE MAITENANT??!! - finit-il par exploser - NE VOIS-TU PAS QUE JE SUIS OCCUPÉ?!!

Spip resta immobile, choqué, pendant que Spirou le dévisageait, surpris, plus par la façon qu’il avait hurlé que pour autre chose. Il n’avait jamais pensé qu’il pouvait perdre les pédales comme ça.

- … il suffira de 5 minutes pour… - poursuivit André, de fond. Le reporter ne lui prêtait attention, plus porté à suivre son écureuil, qui avait sorti de la maison, offensé.
- Spip, arrête, ne…! - Spirou sortit après lui, conscient que cette fois, il avait bien fait une gaffe - Ne t’en va pas, voyons! C’était les nerfs, ils m’ont dominé! - voulut-il se justifier - Je n’étais pas sérieux!

Mais le petit rongeur n’entendait pas raison et se cacha dans son nid d’hiver, à la base d’une branche du pommier qui ornait le jardin, en ignorant délibérément les paroles de son maître.

- Je suis désolé, Spip, vraiment! - s’excusait le rouquin pendant ce temps - Je te jure que ça m’est échappé sans le vouloir! S’il te plaît, Spip, descend de l’arbre…!

Il ne put continuer, car, à l’instant même, arriva à ses fosses nasales l’odeur caractéristique d’un aliment en train de brûler. Et il s’est terrifié quand il vit la colonne de fumée sortant de sa maison.

- Râaaaaah, le pouleeeeeet!! - cria-t-il en se précipitant vers l’intérieur de l’immeuble.

En passant, il vit André Forunier disant au revoir à ses téléspectateurs jusqu’au prochain programme, mais il l’ignora complètement, entrant directement dans la cuisine, inondée par un brouillard gris qui lui piqua la gueule et les yeux. À l'aveuglette, il ouvrit la porte du four et un autre nuage de fumée, plus épais que le précédent, se précipita vers lui. Il dut sortir à toute pompe, en toussant profusément, tentant de reprendre le souffle.

- Mais qu’est-ce qui se passe ici? - Spirou fut surpris de voir soudain Fantasio, se pechant vers lui, alarmé - Spirou! - il le prit par les épaules, l’aérant en même temps - Peux-tu m’expliquer qu’est-ce que tu as fait?!
- Le… *keufkeuf*… le four… se brûle… - articula à peine le rouquin.
- Ouais, ça, je le vois bien! - répliqua le blond sarcastique, en ôtant la gabardine et la veste pour entrer à la cuisine, un mouchoir couvrant les voies respiratoires - Ouvre la fenêtre, vite!

En retenant sa toux, Spirou fit ce que son ami lui disait. Fantasio, qui avait saisit le plateau avec le poulet, le jeta sans égards à travers la fenêrte ouverte de la cuisine et le poulet finit par rouler sur l’herbe humide, complètement carbonisée et fumée.

- Buf… buf… - Fantasio se laissa tomber sur le divan, en s’éventant avec le col de la chemise. Spirou, après avoir ouvert à deux battants toutes les fenêtres de la maison, l’imita. - Rien de mieux d’être de noveau à la maison - ironisa le blond avec un sourire au coin - Sans blague, qu’est-ce c’était, ça? - ajouta-t-il par rapport au poulet carbonisé.
- Et toi? - questionna le rouquin à son tour - Pourquoi est-ce que tu es rentré si tôt de ton congrès?
- Tu ne t’es pas renseigné? Ils ont déclaré une grève de contrôleurs - expliqua son ami - Ils ont retenu tous les passagers au terminal pendant 24 heures, avant de se décider à dire que le vol était annulé… Alors j’ai appelé un taxi et me voilà de retour… mais tu n’as encore répondu à ma question… - remarqua-t-il.
- Aïe… - soupira Spirou - ça… c’était une tentative de Poulet aux légumes…
- Moi je dirais plus que c’était “Bout de charbon à la Spirou” - blaguait le blond et l’autre ne fut pas capable d’éviter le rire, libérant la tension accumulée - Tu es vraiment un cas désespéré… ne t’avais-je pas laissé assez de surgelés pour les trois jours?

Le rouquin, blessé à l’orgueil et honteux de lui-même, s’est borné à baisser la tête. Fantasio poussa un soupir de résignation en même temps qu’il tappait l’épaule de son ami et puis se leva, en se dirigeant de noveau à la cuisine déjà libre de fumée.

- Enfin, tête de mule - dit-il en se retroussant les manches et mettant le tablier ensuite - laisse le travail à un professionnel… Faudra voir ce qui est resté de ce désastre… peut-être que je peux faire un potage de légumes… mais que pensais-tu faire avec cette ciboulette? Elle est pourrie, beurk! Aux ordures…!

Spirou se leva progressivement du divan et s’appuya à l’encadrement de la porte de la cuisine. Il resta là, en dévisageant son meilleur ami fouiller entre les casseroles et le reste des ustensiles de cuisine et cherche parmi le peu d’aliments disponible ceux qu’il aurait besoin pour la soupe qu’il avait planifié. Il a même commenté, pendant qu’il sortait le nécessaire du congélateur, que, réflexion faite, des crevettes sautées à l’ail seraient bon comme plat principal. Un sourire apparut au visage du rouquin et il remarqua que Spip, voyant que les eaux reprenaient son cours, retournait à ses côtés pour se frotter contre ses jambes.

- Que ferais-je sans toi! - exclama le rouquin avec sincérité.
- Probablement mourir de faim - répondit Fantasio pour plaisanter - À moins que tu te brûles d’abord!

FIN

spip, fantasio, spirou

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