El nacimiento del vodka-martini

Nov 26, 2006 17:54




En la entrada anterior contaba que llevaba una racha de películas buenas vistas en el cine (Infiltrados, Scoop y El ilusionista). Y que la próxima película que vería sería Casino Royale. También deseaba que esta siguiente no rompiera la racha de buenas películas. Y afortunadamente, no lo ha hecho. Ni mucho menos.

Y es que Casino Royale me ha gustado más que cualquiera de las cuatro anteriores. Al margen del actor que incorpore a Bond, es mejor que cualquiera de las cuatro de Pierce, porque está lejos de las fantasmadas que inundaban las películas anteriores. Desde que en Goldeneye vi a Bond corriendo en una moto tras un avión, para conseguir alcanzar la cabina y remontar el vuelo después de que el avión se precipitara en picado, pensé que eso (y más cosas que vendrían después en las siguientes) sobrepasaban los límites de lo aceptable. Porque vale que estamos viendo películas de acción, de un agente que puede hacer de todo, pero en serio, vale ya. En cambio, Casino Royale, con todo eso de volver a los orígenes, y reinventar a Bond presentándonoslo en su primera historia, sin gadgets, capaz de enamorarse, y adaptándose a su nuevo status de doble cero, se aleja de las fantasmadas anteriores, y nos coloca a un agente que hace cosas increíbles, reparate estopa a los malos, persiguiéndolos hasta las alturas, si hace falta, pero sin que le salgan alas. Espectacular, pero sin fantasmadas.
Del nuevo Bond, tengo que decir que aunque en un principio yo también pensé que su imagen no encajaba en el perfil habitual de Bond, una vez olvidado eso, sólo hay que sentarse y ver cómo parte el bacalao, porque después de todo, si Jack Bauer es rubio y es el puto Jack Bauer, Daniel Craig puede ser perfectamente el puto James Bond. Y efectivamente, así es. Porque como lo vale, consigue averiguar el verdadero nombre de M, colarse en su casa, o vacilar de una manera asombrosa y tronchante, con un par, a su torturador. Además tiene buen humor con algunos puntos como el de "esa última mano casi me mata", o en la tortura a la que me ya me he referido.

Del personaje de Eva Green, Vesper, prefiero no decir mucho, porque por poco que se diga se spoilea, pero da de sí, mucho más allá de lo que daría una simple contable al servicio de su majestad. Mejor dejo una fotito de un póster dedicado a ella.

Del malo, me gusta que no haya sido el típico malo coñazo con el que no se acaba ni aunque esté muerto, porque reaparece una y otra vez, cuando ya es inverosímil que siga vivo. Tampoco es el típico psicópata que quiere dominar el mundo sin más. Todo esto estaba ya muy visto en otras películas, y afortunadamente, en esta no es así.

En fin, la recomiendo totalmente tanto a los aficionados a Bond, como a los que no lo son tanto, porque tendrán la oportunidad de conocerle desde cero y descubrir nuevas facetas que ayudan a comprender por qué él es él.



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