La Suerte de Mi Vida -- Xavi fic
So it's been forever since I've written anything. Like...ten months. Last December was the last time I wrote any fiction (I'm not counting the 12-page paper Spanish-style I had to write on the Basques in Spanish for my study abroad program, as it wasn't fiction.), which was WAY too long ago. So apparently inspiration has struck and here I am.
Word of warning: it's in Spanish. My inspiration struck in Spanish so if you can't speak/understand it, you'll have to wait until I decide that writing it in English is worthwhile. xD Also, I hate writing dialogue. You'll notice that's pretty obvious. xD
Without further ado, my first attempt at football fic.
Title: La Suerte de Mi Vida
Rating: G - minor swearing in Spanish, but since Spaniards don't care about swearing, it's G.
Pairings: Xavi Hernández, Elsa. Basically, I'm pretty sure Xavi has a gf. I saw it in an interview from 2005 and I'm going to keep assuming they're still together until something proves to me otherwise. But since I have no name for her, I created one. Meh.
Summary: It's been a rough start of the season, and Xavi's taking it personally. But there is one person who still believes in him.
Disclaimer: I don't own anyone except Iniesta's girlfriend, who's un-named. I know he has one, and I can't remember if I saw her name somewhere or not. o___O Because I don't know any of the detail's of Xavi's relationship with Elsa, this version of her is completely mine.
Other notes: I read in an interview from 2005 that he has a girlfriend, and I'm assuming they're still together unless I'm told otherwise (with proof). Since no name or anything was given, I took the liberty. The title comes from a song by El Canto del Loco. I couldn't think of a title, until this song came into my head. It's probably one of my all-time favorites, and it's so fitting. I'll put up a translation with the English version. The story also stems from Xavi's goal against Sporting Lisbon in September. He puts his hand to his mouth like he's blowing a kiss, and I kind of imagined his girlfriend sitting in the stands right there. So I wondered what the significance of that could possibly be, and came up with this. :)
Enjoy. [And yes, I will try to get an English version up soon. :)]
Yo no sé nada de fútbol, la verdad. No sé nada de estadísticas ni de tácticas. Eso lo dejo a los entrenadores, hermanos, primos, etcétera. A mí me da igual. Lo que a mí me interesa es que mi novio no se rompa la cabeza con el estrés que le aporta ese deporte.
Salimos desde hace mucho tiempo, que ya ni recuerdo cuando fue que nos conocimos, ni siquiera cuando empezamos a salir. Creo que fue antes de que le fichara el Barça, su equipo de siempre. Creció con ese equipo, me solía decir. Jugó con el equipo infantil de pequeño hasta que llegó el día en que le dijeron que tenían una plaza para él en la plantilla del equipo A, o sea, que estaría jugando con los grandes con sólo 18 años. Creo que por aquel entonces sólo éramos amigos. Nos habíamos conocido en el instituto, creo; siento que debería recordarme de todo eso, pero la verdad es que parece que tengo una nube en la memoria. Recuerdo que era mi mejor amigo, eso sí. Era esa persona para la que te levantas cada día para seguir con el rollo de siempre, el rollo de clases. Asistía cuando podía, porque a veces con tanto fútbol el día anterior le costó levantarse por la mañana para ir a clase. Una vez me invitó a un entrenamiento y casi me eché la siesta con lo aburrida que estaba. Pero sí, recuerdo la ilusión que tenía cuando le fichó el Barça, cuando le pidió que formara parte del equipo A, compartiendo vestuario con Guardiola, Luis Enrique, Figo, y otras leyendas de aquel entonces.
Creo que nuestra primera cita era a su debut en el campo. Consiguió las entradas y asistí al partido con sus padres, aunque la verdad es que me aburrí casi tanto como en aquel entrenamiento.
Ahora no creo que en aquel entonces tendría alguna idea de quién llegaría a ser dentro de la plantilla del Barça. Niega que tiene mucha importancia, que sólo es un jugador más, que no sé qué. Aunque sea segundo capitán sólo es otro jugador más. Pero cuando algo pasa con el equipo, se enfada y se cabrea como si todo es culpa suya. El principio de esta temporada ha sido muy duro con él, y yo tampoco sé por qué. Ha vuelto Josep Guardiola al equipo como entrenador, y sé que éste ha sido una influencia muy grande en su vida. Era su sustituto cuando éste era lesionado, y era como su hermano mayor. Se supondría que esto relajaría al novio, pero sólo hizo que se tensionara más.
--No lo sé, Elsa, me dijo una vez después del primer entrenamiento de la temporada, unas semanas antes de su viaje a los EEUU con el equipo. --No es el de antes. Le dije que no preocupara. Que todo iba a salir bien, que sólo era su primer año como entrenador del primer equipo, y que todos tenían que estar pacientes con él y darle tiempo. Le recordé la ilusión que tenía al volver a ser bajo Guardiola, aunque esta vez Guardiola era su claro superior.
Unos días después, cuando fui a ayudarle a hacer sus maletas para el viaje a los EEUU (y éste con tanto que odiaba viajar...), me dijo que todo iba bien. Que debería ser una buena temporada y que ya había dejado de preocupar. Le di un abrazo y dije que me alegraba. Odiaba verle con tensión, que no la aguantaba bien.
La pretemporada fue bien. El Barça ganó todos sus partidos, aunque claro, tampoco es que los equipos contra los que jugaba era de un nivel tan alto. Ganó los partidos de clasificación para la Champions, y pensábamos que todo iría bien.
Empezó la temporada contra la Numancia, que acababa de ascender de Segunda, y se notaba que ellos tenían las ganas de ganar, y justamente era lo que les faltó a los compañeros. Cuando volvió de Soria fui a recogerle al estadio. No me dirigió ni una sola palabra en toda la vuelta a su casa, y cuando entró por la puerta y su madre levantó para consolarle, dió la vuelta, se apartó de mí y subió hasta su cuarto, cerrando la puerta de su cuarto con tanta fuerza que parecía que se iba de derrumbar la casa.
El empate contra el Racing tampoco le sentó bien. Al menos le dio un punto al equipo, pero no era suficiente.
--¡Con tanto lo que hemos trabajado! le oí gritar una vez por detrás de su puerta. No sabía qué hacer, qué decir. --No me deberían de haber nombrado capitán.
Por tan modesto y tan humilde que fuera, siempre supe que ser capitán era uno de sus sueños. Amaba ese equipo, y tener una voz en lo que hacía y representar a sus compañeros siempre le había atraído. No le importaba que no era primer capitán...sólo que lo fuera. Ese comentario me llegó al alma, y llamé a la puerta.
--Xavi, cariño, ¿puedo entrar? pregunté en voz baja, suave. Casi un susurro. Había un silencio algo largo e incómodo, pero dejé que tomara su tiempo.
--Anda, sí, entra. Abrí la puerta y le vi tumbado en la cama, los ojos al cielo.
--No aguanto que estés así, le dije, sentándome al lado suyo. --Este no es el Xavi que conozco desde hace tanto tiempo. Habéis tenido peores temporadas que esta, ¿por qué ahora? Sólo fue el segundo partido de la temporada ¿y te rindes ya? Te encanta ser capitán, te encanta tener voz en el equipo. No me dirigió la mirada. Quiero saber lo que te pasa, porque como sigas así no vas a verme hasta que se te pase.
--Joder, es que... No podía decir nada. --Es que quiero tener el equipo que merece Guardiola, que merecen todos los culés. Quiero tener el equipo que no tuvimos el año pasado, el equipo que sé que podemos ser. Y quiero ser el ayudante en el campo que Carles necesita.
Y con eso había dicho todo. Lo único que siempre había querido era que los suyos estuvieran bien. Que estén felices, que estén contentos con él y que falten problemas. Me apoyé sobre un brazo para que estuviera en una posición para mirarle directamente a los ojos, a esos ojos tan preciosos y tan curiosos; uno lo tenía más oscuro que el otro. Ahora se le veían rojos y un poco hinchados. Debería haber estado llorando antes de que llamé a la puerta.
--Mírame y dime que no lo quieres, de verdad. Mírame a los ojos y dime que esto no es lo que siempre has querido. Se quedó en silencio un rato. No me dirigió la mirada, y sus ojos vagaron por su cuarto semivacío, salvo el armario de trofeos y medallas que había ganado en su larga carrera como futbolista. Todavía le quedaba por meter su trofeo más reciente, el que recibió hace unos días por ser el mejor futbolista de la Eurocopa este año, la que habían ganado los chicos con fuerza y espíritu, y sobre todo con todas las ganas del mundo.
--Este miércoles os toca la Champions, ¿no? Me señaló que sí. --¿Y crees que podéis ganar? Me miró, y señaló que sí.
--Pues yo estoy segura que podéis ganar. Estoy segura que podéis ganarlo todo esta temporada, que podéis ser uno de los mejores equipos de la historia. Y sé que tú eres el que va a conseguir que pase. Sé que tú eres la persona que llevará al cabo el sueño de Guardiola. Sé que puedes ser el jugador que mereció ser nombrado el mejor de la Eurocopa.
La verdad es que lo dije para alegrarle un poco. Como no sabía nada del fútbol en general menos lo que su hermano y su padre intentaron explicarme durante las muchas veces que veríamos los partidos, no sabía lo que harían mis palabras.
Después de otro silencio, se levantó hasta que su cara era paralela a la mía.
--¿Por qué eres tan buena conmigo? preguntó. Una sonrisa le creció en la cara.
--Perquè t'estimo, le dije en catalán. Porque te quiero.
El Camp Nou estaba lleno ese miércoles para el primer partido oficial de la Liga de Campeones de la temporada. El Sporting de Lisboa estaba de visita, y todos sabían que era el equipo que más podría dar en ese partido. Xavi me había conseguido unas entradas y asistí al partido junto a la novia de Andrés Iniesta. Como los dos eran muy amigos nosotras dos nos conocimos muy bien y aunque pasábamos la mayoría de los partidos que asistimos juntas haciendo chorradas y charlando, la verdad es que nos gustaba ir a los partidos para apoyar a los novios, que lo merecían.
Parecía haber estado jugando muchísimo mejor que en los partidos anteriores. Daba mucha lucha, y cuando marcó Márquez el primer gol para el Barça nos levantábamos ella y yo y gritábamos como locas. Ya iban ganando uno a cero, pero todavía quedaba una mitad entera. Marcó Eto'o el otro gol para el Barça, y un momento de desgracia cuando marcó el Lisboa. Entrando por el tramo final del partido íbamos ganando 2-1.
Con un brillante pase de Iniesta en el minuto 87 (me lo contaron...aparentemente había memorizado el momento exacto) la dinámica de la relación esta temporada entre Xavi y yo cambió. Le vi correr hacia el balón y deslizarse por el césped, y cuando el balón entró en la portería sin que lo tocara el portero de Lisboa casi se me entraron ganas de llorar. Un gol tan precioso. Justo lo que le faltaba. Al levantarse y juntarse con sus compañeros para celebrar el gol se lanzó un beso en la dirección de las gradas, en dirección mía. Ese gesto tan simple pero tan cargado de emoción me hizo recordar los buenos momentos que habíamos pasado, lo mucho que me había apoyado en él en diversas situaciones problemáticas en mi vida, pero sobre todo, era un gesto de agradecimiento por lo que yo le había aportado a él.
Después del partido y después de que los chicos se ducharan, la novia de Iniesta y yo quedamos un ratito fuera de las vallas del estadio, esperando a que salgan los chicos. Normalmente me iría a su casa a esperar a que vuelva, para saludarle y prepararle una pequeña cena. Pero yo quería estar allí con él, en el estadio.
Me vio detrás de las vallas cuando salió de la puerta del vestuario y vino corriendo.
--¡A que has visto el gol! gritó por dentro de la zona, sin salir fuera, como si tuviera seis años otra vez y había marcado el primer gol en su vida.
--Sí, sí, claro que lo vi, respondí, sonriendo. Salió, y se saltó encima mío, cubriéndome. Me dio un beso fuerte en la boca, sin hacer caso a sus compañeros riéndose. Me agarré de su chaqueta por detrás, haciendo que se acercara aún más a mí. Se soltó, y una de sus manos empezó a jugar con una mecha de mi pelo.
--Gracias, me dijo en voz baja, para que nadie le oyera. --Gracias por creer en mí.
Word of warning: it's in Spanish. My inspiration struck in Spanish so if you can't speak/understand it, you'll have to wait until I decide that writing it in English is worthwhile. xD Also, I hate writing dialogue. You'll notice that's pretty obvious. xD
Without further ado, my first attempt at football fic.
Title: La Suerte de Mi Vida
Rating: G - minor swearing in Spanish, but since Spaniards don't care about swearing, it's G.
Pairings: Xavi Hernández, Elsa. Basically, I'm pretty sure Xavi has a gf. I saw it in an interview from 2005 and I'm going to keep assuming they're still together until something proves to me otherwise. But since I have no name for her, I created one. Meh.
Summary: It's been a rough start of the season, and Xavi's taking it personally. But there is one person who still believes in him.
Disclaimer: I don't own anyone except Iniesta's girlfriend, who's un-named. I know he has one, and I can't remember if I saw her name somewhere or not. o___O Because I don't know any of the detail's of Xavi's relationship with Elsa, this version of her is completely mine.
Other notes: I read in an interview from 2005 that he has a girlfriend, and I'm assuming they're still together unless I'm told otherwise (with proof). Since no name or anything was given, I took the liberty. The title comes from a song by El Canto del Loco. I couldn't think of a title, until this song came into my head. It's probably one of my all-time favorites, and it's so fitting. I'll put up a translation with the English version. The story also stems from Xavi's goal against Sporting Lisbon in September. He puts his hand to his mouth like he's blowing a kiss, and I kind of imagined his girlfriend sitting in the stands right there. So I wondered what the significance of that could possibly be, and came up with this. :)
Enjoy. [And yes, I will try to get an English version up soon. :)]
Yo no sé nada de fútbol, la verdad. No sé nada de estadísticas ni de tácticas. Eso lo dejo a los entrenadores, hermanos, primos, etcétera. A mí me da igual. Lo que a mí me interesa es que mi novio no se rompa la cabeza con el estrés que le aporta ese deporte.
Salimos desde hace mucho tiempo, que ya ni recuerdo cuando fue que nos conocimos, ni siquiera cuando empezamos a salir. Creo que fue antes de que le fichara el Barça, su equipo de siempre. Creció con ese equipo, me solía decir. Jugó con el equipo infantil de pequeño hasta que llegó el día en que le dijeron que tenían una plaza para él en la plantilla del equipo A, o sea, que estaría jugando con los grandes con sólo 18 años. Creo que por aquel entonces sólo éramos amigos. Nos habíamos conocido en el instituto, creo; siento que debería recordarme de todo eso, pero la verdad es que parece que tengo una nube en la memoria. Recuerdo que era mi mejor amigo, eso sí. Era esa persona para la que te levantas cada día para seguir con el rollo de siempre, el rollo de clases. Asistía cuando podía, porque a veces con tanto fútbol el día anterior le costó levantarse por la mañana para ir a clase. Una vez me invitó a un entrenamiento y casi me eché la siesta con lo aburrida que estaba. Pero sí, recuerdo la ilusión que tenía cuando le fichó el Barça, cuando le pidió que formara parte del equipo A, compartiendo vestuario con Guardiola, Luis Enrique, Figo, y otras leyendas de aquel entonces.
Creo que nuestra primera cita era a su debut en el campo. Consiguió las entradas y asistí al partido con sus padres, aunque la verdad es que me aburrí casi tanto como en aquel entrenamiento.
Ahora no creo que en aquel entonces tendría alguna idea de quién llegaría a ser dentro de la plantilla del Barça. Niega que tiene mucha importancia, que sólo es un jugador más, que no sé qué. Aunque sea segundo capitán sólo es otro jugador más. Pero cuando algo pasa con el equipo, se enfada y se cabrea como si todo es culpa suya. El principio de esta temporada ha sido muy duro con él, y yo tampoco sé por qué. Ha vuelto Josep Guardiola al equipo como entrenador, y sé que éste ha sido una influencia muy grande en su vida. Era su sustituto cuando éste era lesionado, y era como su hermano mayor. Se supondría que esto relajaría al novio, pero sólo hizo que se tensionara más.
--No lo sé, Elsa, me dijo una vez después del primer entrenamiento de la temporada, unas semanas antes de su viaje a los EEUU con el equipo. --No es el de antes. Le dije que no preocupara. Que todo iba a salir bien, que sólo era su primer año como entrenador del primer equipo, y que todos tenían que estar pacientes con él y darle tiempo. Le recordé la ilusión que tenía al volver a ser bajo Guardiola, aunque esta vez Guardiola era su claro superior.
Unos días después, cuando fui a ayudarle a hacer sus maletas para el viaje a los EEUU (y éste con tanto que odiaba viajar...), me dijo que todo iba bien. Que debería ser una buena temporada y que ya había dejado de preocupar. Le di un abrazo y dije que me alegraba. Odiaba verle con tensión, que no la aguantaba bien.
La pretemporada fue bien. El Barça ganó todos sus partidos, aunque claro, tampoco es que los equipos contra los que jugaba era de un nivel tan alto. Ganó los partidos de clasificación para la Champions, y pensábamos que todo iría bien.
Empezó la temporada contra la Numancia, que acababa de ascender de Segunda, y se notaba que ellos tenían las ganas de ganar, y justamente era lo que les faltó a los compañeros. Cuando volvió de Soria fui a recogerle al estadio. No me dirigió ni una sola palabra en toda la vuelta a su casa, y cuando entró por la puerta y su madre levantó para consolarle, dió la vuelta, se apartó de mí y subió hasta su cuarto, cerrando la puerta de su cuarto con tanta fuerza que parecía que se iba de derrumbar la casa.
El empate contra el Racing tampoco le sentó bien. Al menos le dio un punto al equipo, pero no era suficiente.
--¡Con tanto lo que hemos trabajado! le oí gritar una vez por detrás de su puerta. No sabía qué hacer, qué decir. --No me deberían de haber nombrado capitán.
Por tan modesto y tan humilde que fuera, siempre supe que ser capitán era uno de sus sueños. Amaba ese equipo, y tener una voz en lo que hacía y representar a sus compañeros siempre le había atraído. No le importaba que no era primer capitán...sólo que lo fuera. Ese comentario me llegó al alma, y llamé a la puerta.
--Xavi, cariño, ¿puedo entrar? pregunté en voz baja, suave. Casi un susurro. Había un silencio algo largo e incómodo, pero dejé que tomara su tiempo.
--Anda, sí, entra. Abrí la puerta y le vi tumbado en la cama, los ojos al cielo.
--No aguanto que estés así, le dije, sentándome al lado suyo. --Este no es el Xavi que conozco desde hace tanto tiempo. Habéis tenido peores temporadas que esta, ¿por qué ahora? Sólo fue el segundo partido de la temporada ¿y te rindes ya? Te encanta ser capitán, te encanta tener voz en el equipo. No me dirigió la mirada. Quiero saber lo que te pasa, porque como sigas así no vas a verme hasta que se te pase.
--Joder, es que... No podía decir nada. --Es que quiero tener el equipo que merece Guardiola, que merecen todos los culés. Quiero tener el equipo que no tuvimos el año pasado, el equipo que sé que podemos ser. Y quiero ser el ayudante en el campo que Carles necesita.
Y con eso había dicho todo. Lo único que siempre había querido era que los suyos estuvieran bien. Que estén felices, que estén contentos con él y que falten problemas. Me apoyé sobre un brazo para que estuviera en una posición para mirarle directamente a los ojos, a esos ojos tan preciosos y tan curiosos; uno lo tenía más oscuro que el otro. Ahora se le veían rojos y un poco hinchados. Debería haber estado llorando antes de que llamé a la puerta.
--Mírame y dime que no lo quieres, de verdad. Mírame a los ojos y dime que esto no es lo que siempre has querido. Se quedó en silencio un rato. No me dirigió la mirada, y sus ojos vagaron por su cuarto semivacío, salvo el armario de trofeos y medallas que había ganado en su larga carrera como futbolista. Todavía le quedaba por meter su trofeo más reciente, el que recibió hace unos días por ser el mejor futbolista de la Eurocopa este año, la que habían ganado los chicos con fuerza y espíritu, y sobre todo con todas las ganas del mundo.
--Este miércoles os toca la Champions, ¿no? Me señaló que sí. --¿Y crees que podéis ganar? Me miró, y señaló que sí.
--Pues yo estoy segura que podéis ganar. Estoy segura que podéis ganarlo todo esta temporada, que podéis ser uno de los mejores equipos de la historia. Y sé que tú eres el que va a conseguir que pase. Sé que tú eres la persona que llevará al cabo el sueño de Guardiola. Sé que puedes ser el jugador que mereció ser nombrado el mejor de la Eurocopa.
La verdad es que lo dije para alegrarle un poco. Como no sabía nada del fútbol en general menos lo que su hermano y su padre intentaron explicarme durante las muchas veces que veríamos los partidos, no sabía lo que harían mis palabras.
Después de otro silencio, se levantó hasta que su cara era paralela a la mía.
--¿Por qué eres tan buena conmigo? preguntó. Una sonrisa le creció en la cara.
--Perquè t'estimo, le dije en catalán. Porque te quiero.
El Camp Nou estaba lleno ese miércoles para el primer partido oficial de la Liga de Campeones de la temporada. El Sporting de Lisboa estaba de visita, y todos sabían que era el equipo que más podría dar en ese partido. Xavi me había conseguido unas entradas y asistí al partido junto a la novia de Andrés Iniesta. Como los dos eran muy amigos nosotras dos nos conocimos muy bien y aunque pasábamos la mayoría de los partidos que asistimos juntas haciendo chorradas y charlando, la verdad es que nos gustaba ir a los partidos para apoyar a los novios, que lo merecían.
Parecía haber estado jugando muchísimo mejor que en los partidos anteriores. Daba mucha lucha, y cuando marcó Márquez el primer gol para el Barça nos levantábamos ella y yo y gritábamos como locas. Ya iban ganando uno a cero, pero todavía quedaba una mitad entera. Marcó Eto'o el otro gol para el Barça, y un momento de desgracia cuando marcó el Lisboa. Entrando por el tramo final del partido íbamos ganando 2-1.
Con un brillante pase de Iniesta en el minuto 87 (me lo contaron...aparentemente había memorizado el momento exacto) la dinámica de la relación esta temporada entre Xavi y yo cambió. Le vi correr hacia el balón y deslizarse por el césped, y cuando el balón entró en la portería sin que lo tocara el portero de Lisboa casi se me entraron ganas de llorar. Un gol tan precioso. Justo lo que le faltaba. Al levantarse y juntarse con sus compañeros para celebrar el gol se lanzó un beso en la dirección de las gradas, en dirección mía. Ese gesto tan simple pero tan cargado de emoción me hizo recordar los buenos momentos que habíamos pasado, lo mucho que me había apoyado en él en diversas situaciones problemáticas en mi vida, pero sobre todo, era un gesto de agradecimiento por lo que yo le había aportado a él.
Después del partido y después de que los chicos se ducharan, la novia de Iniesta y yo quedamos un ratito fuera de las vallas del estadio, esperando a que salgan los chicos. Normalmente me iría a su casa a esperar a que vuelva, para saludarle y prepararle una pequeña cena. Pero yo quería estar allí con él, en el estadio.
Me vio detrás de las vallas cuando salió de la puerta del vestuario y vino corriendo.
--¡A que has visto el gol! gritó por dentro de la zona, sin salir fuera, como si tuviera seis años otra vez y había marcado el primer gol en su vida.
--Sí, sí, claro que lo vi, respondí, sonriendo. Salió, y se saltó encima mío, cubriéndome. Me dio un beso fuerte en la boca, sin hacer caso a sus compañeros riéndose. Me agarré de su chaqueta por detrás, haciendo que se acercara aún más a mí. Se soltó, y una de sus manos empezó a jugar con una mecha de mi pelo.
--Gracias, me dijo en voz baja, para que nadie le oyera. --Gracias por creer en mí.