"El debutante Álvarez Izquierdo inventó una nueva forma de expulsar: por una interjección en francés, ¡uo!, equivalente al español ¡eh! Eso fue, según el acta, lo que le dijo el levantinista Kapo cuando le recriminaba un penalti "de viva voz y con los brazos en alto, "de forma despectiva y reiterada". "¡Uo!, ¡uo!, uo!". Y tarjeta roja. Kapo, marfileño nacionalizado francés y cedido por el Juventus, apenas habla castellano".
Obviamente, y durante el transcurso de esta semana, "¡Uo!" ha entrado a formar parte de mi vida. Utilizando dicho palabro para múltiples situaciones. Dando nuevas pruebas a aquellos que sospechaban (no infundadamente) que era subnormal.
A continuación redacto una serie de ejemplos para utilizar tan práctica expresión:
-En el trabajo, el jefe te encomienda una tarea que no es responsabilidad tuya hacer. Le espetas un "¡Uo!"
-Te están soltando un mitin. Ante cualquier pregunta tonta, tu simplemente contestarás con un "Uo".
-En el medio de un concierto de Los Suaves, éstos empiezan a tocar "Peligrosa María". Todos juntos y al unísono: "¡Uoooooo!"
-Aparte de para que te saquen tarjeta roja directa, "¡Uo!" también es tremendamente útil para hacerle saber a un compañero que te has quedado sólo y que te pase el balón. Agita los brazos para enfatizar.
-Vas en el coche tranquilamente, cuando de repende ves cruzar a una tremenda zagala. Bajas la ventanilla del coche y la abrumas con un "¡uo!"
-Sales de noche y te aproximas a la barra para pedir un cubata. El camarero te lo sirve. Lo pruebas y compruebas con incredulidad que más que a cubata, sabe a agua de rosas. Ante semejante garrafonazo miras al barman con indignación y mientras señalas el cubata con tu mano le gritas un "¡Uo!"