Estoy bastante triste. El Domingo apareció mi gatito muerto. No sabemos realmente que le ha podido pasar, aparentemente estaba sano.
Apareció aterido en el jardín, muy rígido y con signos de haber estado sangrando por la boca.
Yo por suerte, no lo ví en ese estado, creo que me hubiera sentido peor.
Yo estaba en la cama y oí algo comentar a mi madre, de repente me dio un vuelco el corazón y me sentí bastante hundido, pero como si no quisiera creermelo me volví a quedar dormido para despertarme unas horas después intentando pensar que había sido un sueño, una pesadilla.
Mi teoría es que el pobre gatito debía estar algo enfermo y las bajas temperaturas de la noche le provocaron un shock que le provocó la muerte, quizás pulmonía o algo parecido, o cualquier otro tipo de infección.
Este gato era único, no lo puedo explicar con palabras, era muy dócil, tranquilo, cariñoso a más no poder, se notaba que nos quería y se sentía agusto con nosotros. Aún no le habíamos puesto ni nombre, le llamábamos Chiquitín.
Apareció por mi casa y después de varios días entrando en contacto con él lo adoptamos. Era mi primera mascota y me hacía mucha ilusión, pero ahora todo se ha acabado... No tenía ni un año de vida y ya se fué.
Me queda un cierto sentimiento de culpabilidad, probablemente si le hubieramos tenido dentro de casa esa noche, no habría pasado esto, o quizás sí, no se... es todo muy triste.
Parece que aún le oigo maullar suavemente a lo lejos, y le recuerdo con esos ojitos de ternura que te miraba. Era el mejor gato del mundo, para mí. Tan sólo me queda su recuerdo.
Me queda el consuelo del otro gato que hemos acogido desde hace unos días, no se llevaba muy bien con Chiquitín, pero bueno, habrá que aceptarlo tal como es. Le hemos puesto de nombre Antón, a mi no me gusta, pero no me hacen ni caso. Es de raza birmano, o sagrado birmano, no sé muy bien cual es la diferencia.
Espero que esta sensación de tristeza y vacío se evapore poco a poco. Tampoco tengo prisa, estoy (mal) acostumbrado.