Una compañera nuestra del piso decidió abandonarnos. Qué bien porque estaba muy loca. Sólo comía manzanas y coca-cola light pero escondía bajo su cama un enorme bote de Nutella. Todo lo que tenía era rosa, hasta sus lentillas eran rosas. Ochenta y tres pares de zapatos acaparando el armario común. Cuando la dejó su novio intentó suicidarse, vinieron dieciséis bomberos a rescatarla de su sobredosis y se puso a ligar con uno de ellos.
A mí me quería mucho por alguna razón que nadie alcanza a comprender, pero odiaba a muerte a Joy, y como Joy y yo somos la carne y la uña, se enfadó mucho y se cansó de nuestras fiestas y de nuestros ruidos y decidió marcharse.
La pobre era una psicópata. Una noche hicimos una "reunión de amigos" que duró hasta muy tarde y a las 9:00 de la mañana puso la música techno a tope para despertarnos, y empezó a subir y bajar escaleras haciendo el mismo ruido de un elefante, hasta se probó cuatro pares de zapatos distintos para ver cuál hacía más ruido. La muy puta. Tuve que sumergir su cepillo de dientes en el váter.
El caso es que hace más o menos un mes que buscamos sin éxito un compañero de casa. Hasta que apareció ¡Geric!
Geric es un chico de 32 años que trabaja en la central nuclear como Homer. Y vivía solo hasta ahora pero se estaba deprimiendo mucho, así que busca gente maja para mudarse. Y es un connard. Sé que hay mil palabras para insultar en español, pero ninguna describe la magnitud de su estupidez tan bien como CONNARD. Hasta nos preguntó por nuestra vida sexual y aunque le insistí en que estaba ocupada, se tiró en nuestro sofá y no se movió de allí. Con esa cara de perro bobo, amargado.
Tras cerrar la puerta sólo pudimos gritar que MENUDO IMBÉCIL. Pero nuestro nivel de desesperación era tal, que Geric se planteaba como la única posibilidad a no tener que pagar el alquiler de la maldita desertora, gracias a la cláusula del contrato de solidaridad. Así que aceptamos ir a tomar algo con Geric, ante su insistencia de conocernos mejor.
Os juro que esa noche estuve absolutamente insoportable. Le contestaba mal, apenas hablé, ponía los ojos en blanco en señal de aburrimiento.
Entonces vinimos a casa y tras atrincherarse, fumar un montón y comerse tres kiwis, intuí que no se iría jamás y su presencia me estaba resultando tan insoportable y repulsiva que decidí subir, ponerme el pijama, bajar a dar buenas noches y dejarle solo con Anais.
¡Mi sorpresa! cuando ayer Anais recibe un mensaje de Geric que dice. Que DICE, atención, traducción literal: "tengo muchas dudas sobre si ir a vivir con vosotras o no, tengo mucho miedo porque me temo que he caído presa de los encantos de Paula. He apreciado su DULZURA y creo que si vivo con ella voy a enamorarme".
¿HOLA?
Os juro, os juro de verdad, que estoy prácticamente segura de que ninguno de vosotros conoce a nadie MENOS DULCE que yo. Soy absolutamente SALVAJE, y BRUTA y CRUEL y PÉRFIDA y CÍNICA. Y ÉL, él está LOCO.
Ayer noche recibimos otro mensaje suyo diciéndonos que ¡enhorabuena, habíamos encontrado compañero!.
Ahora tendré en la habitación de al lado al máximo psicópata de la vida, que hará agujeros en la pared para ver cómo me desnudo, y me robará los pelos de mi peine para coleccionarlos, y que aparecerá sentado al borde de mi cama cuando me despierte algunas noches, y me estoy planteando dormir con un cuchillo bajo la almohada. Porque si hay que matar a ese imbécil, SE LE MATA.
Así de dulce y delicada soy. Está claro quién ganó la pelea.