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“Mientras que a los muggles se les ha dicho que va armado con un revólver (una especie de varita de metal que los muggles utilizan para matarse entre ellos.”
Severus se había prometido a sí mismo que no ia a leer ninguna noticia relacionada con Black. Más tarde decidió que no, que sí que iba a leerlas,
(para demostrar que ya no le importaba nada, que Black era el pasado, que podía olvidarlo)
para regodearse en cuando anunciaran su captura. Pero todo se había estropeado cuand había llegado a aquel párrafo. Un revólver, una pistola, ¿no se le podía haber ocurrido al incompetente de Fugde cualquier otra cosa?
Con un arrebato de furia, tiró violentamente “El Profeta” al suelo, y a continuación se dirigió a uno de los muebles de la cocina. Allí, escondida detrás de algunos botes de comida, Severus mantenía escondida una vieja pistola. La cogió entre sus manos, notando que seguía pesando tal y como recordaba, y que aquella pistola le seguía atrayendo y repugnando igual.
(Un ligero movimiento, tan sólo apretar un gatillo y todo acabaría, ¿qué es lo que te queda? Nada te retiene. Odias tu vida, siempre lo has hecho.)
La pistola está cargada, y seguramente funcionaría . Tan sólo faltan dos balas, una por su padre
(Apenas podía creer lo que ponía en la carta. Finalmente Tobías Snape había decidido viajar a los infiernos, donde le correspondía. No más gritos, no más golpes. Su madre ya no sería una prisionera en su propia casa. No se dio cuenta de que los borrone3s en la carta significaban que se había escrito llorando)
la otra por su madre
(Dos meses más tarde se celebrara el entierro de Eileen Snape, incapaz de seguir viviendo sin su marido, al que a pesar de todas las palizas seguía amando. El amor es cruel y dañino, ella era la prueba)
.
¿Por qué Fudge no podái haber dicho otra cosa? Cualquiera menos qu Black portaba una pistola. Ahora, cada vez que se acordase de sus padres se acordaría también de él, y el maldito bastardo ya se había infiltrado en demasiados de sus recuerdos como para permitirle hacerlo en uno más.Y lo más gracioso del asunto es que esta vez no era siquiera su culpa.
Severus se había prometido a sí mismo que no ia a leer ninguna noticia relacionada con Black. Más tarde decidió que no, que sí que iba a leerlas,
(para demostrar que ya no le importaba nada, que Black era el pasado, que podía olvidarlo)
para regodearse en cuando anunciaran su captura. Pero todo se había estropeado cuand había llegado a aquel párrafo. Un revólver, una pistola, ¿no se le podía haber ocurrido al incompetente de Fugde cualquier otra cosa?
Con un arrebato de furia, tiró violentamente “El Profeta” al suelo, y a continuación se dirigió a uno de los muebles de la cocina. Allí, escondida detrás de algunos botes de comida, Severus mantenía escondida una vieja pistola. La cogió entre sus manos, notando que seguía pesando tal y como recordaba, y que aquella pistola le seguía atrayendo y repugnando igual.
(Un ligero movimiento, tan sólo apretar un gatillo y todo acabaría, ¿qué es lo que te queda? Nada te retiene. Odias tu vida, siempre lo has hecho.)
La pistola está cargada, y seguramente funcionaría . Tan sólo faltan dos balas, una por su padre
(Apenas podía creer lo que ponía en la carta. Finalmente Tobías Snape había decidido viajar a los infiernos, donde le correspondía. No más gritos, no más golpes. Su madre ya no sería una prisionera en su propia casa. No se dio cuenta de que los borrone3s en la carta significaban que se había escrito llorando)
la otra por su madre
(Dos meses más tarde se celebrara el entierro de Eileen Snape, incapaz de seguir viviendo sin su marido, al que a pesar de todas las palizas seguía amando. El amor es cruel y dañino, ella era la prueba)
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¿Por qué Fudge no podái haber dicho otra cosa? Cualquiera menos qu Black portaba una pistola. Ahora, cada vez que se acordase de sus padres se acordaría también de él, y el maldito bastardo ya se había infiltrado en demasiados de sus recuerdos como para permitirle hacerlo en uno más.Y lo más gracioso del asunto es que esta vez no era siquiera su culpa.