Jan 10, 2010 14:00
demagogia.
(Del gr. δημαγωγία).
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Al encender esta mañana la tele (quién me mandaría), me aparece la tal Indhira esa (si, la que echó un polvo bajo un edredrón para alegría de los espectadores de Gran Hermano, que son demasiado remilgados para ver una peli porno directamente, pero a la vez demasiado morbosos como para entender que una relación enmarcada dentro de las dimensiones en pulgadas de la televisión no tenga un punto escandaloso "perse".
Bueno, el caso es que el sujeto (digo el sujeto porque la sujeta, aunque existe, no me sirve para lo que quiero transmitir - chupaos esa, feministas del lenguaje)....
***sujeto, ta.
(Del lat. subiectus, part. pas. de subiicĕre, poner debajo, someter).
1. adj. Expuesto o propenso a algo.
2. m. Asunto o materia sobre que se habla o escribe.
3. m. Persona innominada. U. frecuentemente cuando no se quiere declarar de quién se habla, o cuando se ignora su nombre.
4. m. Fil. Espíritu humano, considerado en oposición al mundo externo, en cualquiera de las relaciones de sensibilidad o de conocimiento, y también en oposición a sí mismo como término de conciencia.
5. m. Fil. Ser del cual se predica o anuncia algo.
6. m. Gram. Función oracional desempeñada por un sustantivo, un pronombre o un sintagma nominal en concordancia obligada de persona y de número con el verbo. Pueden desempeñarla también cualquier sintagma o proposición sustantivados, con concordancia verbal obligada de número en tercera persona.
7. m. Gram. Elemento o conjunto de elementos lingüísticos que, en una oración, desempeñan la función de sujeto.
8. m. R. Dom. Persona despreciable, gente de poca monta.
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Perdón por el inciso, al grano, voy al grano: el caso es que esta persona, en el transcurso de una conversación para gramolas rayadas (sería una reunión de personajes de gran hermano), va y suelta, ante la interjección de otra persona que la decía que ya podía empezar por ella misma para tener respeto:
-¡¡¡Eso es demagogia!!!
El Doctor Lingua Mortis, nos explica PORQUE NO ES CORRECTO lo dicho:
- Bueno, tal y como la propia definición de la RAE nos transmite, el término demagogia está asociado a la práctica política, y en un sentido más concreto, a la democracia. Por tanto, esta persona estaría aseverando que su interlocutora está en realidad realizando un mitín, o si acaso, un debate político. Mientras no se demuestre lo contrario, hablar sobre quién te da placer en la cama no es un asunto sobre política. Y las personas que disertan sobre esto no son automáticamente políticas, pues político, en su sentido más contextual, implica la aspiración a un cargo electo, y de las conversaciones no se deduce que esta persona esté pidiendo votos, si no más bien polvos. Y mientras no cambie el sistema electoral, quien más polvos eche no es elegido como cargo electo, valga la redundancia.
Sin embargo, existen voces discrepantes, que apoyadas en una dialéctica pura, aconsejan revisar los significados de ciertas palabras, como el Catedrático en evolución del lenguaje D. Diego Digo:
- La palabra demagogia, proveniente del griego δημαγωγία - por favor, aplaudan - y libre de las implicaciones que empezaron a forjarse en la decadencia del imperio romano, es lo que yo llamo una palabra pura. Es decir, un diamante un bruto que ha perdurado con el paso de los siglos incólume al avance de la sociedad - Don Diego se quita el monóculo para descansar la vista del tratado de la afable lectura del incunable que tiene en su regazo " el tratado de Tordesillas" -. Sin embargo, si aceptamos revisar las bases, la palabra fue acuñada antes de la propia fundación de la primera democracia de las civilizaciones, en Atenas, cuando el Gobierno de las polis era ostentado por una oligarquía aristocrática, que con el tiempo degeneraba en una especie de tiranismo, conservando el poder haciendo uso de la demagogia como una de sus armas. Posteriormente se ha extendido este uso a la propia democracia, admitiendo que como sistema político imperfecto con su evolución, aún siendo el más justo con la libre elección del pueblo, dota de recursos para que, los gobernantes puedan persistir en el poder usando la propia demagogia, de una forma mucho menos sutil que en tiempos antiguos. Esto ha degenerado tanto que actualmente muchos políticos acusan como demagogos de forma estándar a sus adversarios, dándose la paradoja de que a veces el uso de la propia palabra "demagogia" es demagogo.
Bien, pues en los tiempos actuales, los medios de comunicación se han convertido en el púlpito de oratoria en el que los antiguos sometían a dialéctica los principios elementales de convivencia y administración de los recursos, con la diferencia que el arte se ha convertido en desastre y la dialéctica en conversación ecléctica (en su acepción 1 de la RAE). Por tanto los políticos actuales sólo sudan en algunos mítines, como mucho uno al año, y lo demás lo dejan a los esbirros de los grupos de poder de la comunicación, que transmiten sus mensajes y sus promesas con los filtros adecuados. De modo que la política actual en la vertiente de la comunicación se ha convertido en demagogia por defecto. Y cuando el significado de una palabra sustituye a la propia palabra, se convierte en una sintaxis vacía. Es decir, no dices nada porque ya se presupone que es así. Por tanto, propongo extender el significado de la palabra demagogia a otros ámbitos, como por ejemplo el social. Así, encontraríamos nuevas situaciones a las que podríamos adjetivarlas como demagogas, sobretodo aquellas en las que la falsedad se convierte en práctica social usual. Por ejemplo, imaginemos la típica boda en la que la amiga que se quería beneficiar del marido la dice a la novia: "¡¡¡Felices novios!!!". Allí podría alguien gritar: ¡¡¡DEMAGOGA!!!.
O esa discusión típica de bares en la que alguien del equipo X le recuerda al del equipo Y la manita que le metieron hace diez años, para argumentar que es mejor su equipo a pesar de la paliza que le han metido el fin de semana. O cuando los reyes magos prometen los regalos de la carta a los niños, sentados en su propio regazo. Cualquier observador de estas escenas podría maldecir con "¡Esto es pura demagogia!".
El lenguaje evoluciona con la sociedad. Si la sociedad se encuentra en decadencia perpetua, o bien dejamos que el lenguaje siga su misma progresión, hasta acabar como lengua muerta y volver a expresarnos como monos, o tratamos de adaptar los significados a la propia evolución.
El problema es cuando un necio obliga a cambiar los significados... ¿preservamos el intelecto o cultivamos la necedad?